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Investigación básica y clínica en la obesidad infantil
Rafael Pérez Ybarra
11 Diciembre 2009
La obesidad y su asociación con enfermedades como la diabetes o las patologías cardiovasculares se está convirtiendo en un grave problema de salud en todo el mundo, y constituye ya una realidad en la población pediátrica, según se puso de manifiesto en la I Reunión Conjunta sobre Investigación en Obesidad que coordinó el Dr. Jesús Argente, del Hospital Niño Jesús de Madrid, junto al Dr. John J. Kopchick, director del Instituto Edison de Biotecnología de la Universidad de Ohio (EE.UU.).
El Dr. Argente, cuyo grupo es el único equipo pediátrico incorporado al CIBER de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBERobn), subrayó la importancia de la aproximación clínica y básica a la obesidad infantil. La investigación clínica aplicada, comentó, está centrada en el estudio, en condiciones normales y patológicas, de los niveles circulantes de aquellos péptidos de producción periférica implicados en el control de la homeostasis energética y en las comorbilidades asociadas a la obesidad (ghrelin y adipokinas); estableciendo sus valores de referencia en el período neonatal e infanto-juvenil y evaluando sus alteraciones en los trastornos nutricionales, tanto por defecto como por exceso, así como en diversas condiciones patológicas.
En cuanto a la investigación básica, aseguró que, tras el estudio intensivo de la afectación de las poblaciones celulares hipotálamo-hipofisarias en las alteraciones del metabolismo de los hidratos de carbono, las líneas de investigación actuales complementan a aquellas desarrolladas en la investigación clínica. Tanto su grupo como el de Ohio están investigando el comportamiento de los sujetos obesos desde el punto de vista de la resistencia a la acción de la leptina. Así, se han identificado diferentes alteraciones en los niveles de adipokinas de los niños obesos en comparación con los de los niños delgados. Este grupo se encuentra ahora trabajando con técnicas de electroforesis que permiten analizar otras proteínas no detectables en plasma y así poder ver qué modificaciones aparecen en los pacientes obesos.
Estos datos son importantes porque permiten conocer si es posible actuar con alguna medida terapéutica, tanto a través de la alimentación como con alguna medicación que llegue a desarrollarse en un futuro para mejorar el control del peso corporal, porque una de las dificultades que plantea el manejo farmacológico de los niños obesos es que ni las autoridades sanitarias europeas ni las de EE.UU. permiten usar medicamentos en niños con este problema y las medidas terapéuticas se dirigen a terapias conductuales, de alimentación o psicológicas.
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