El hombre de Denisova tuvo sexo con mujeres modernas
Día 18/10/2013 - 14.52h
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Los denisovanos, unos misteriosos ancestros humanos de Siberia, atravesaron la Línea de Wallace, una de las barreras marinas más importantes del mundo, en Indonesia, para hibridarse con el Homo sapiens
En marzo de 2010, el mundo conoció un extraño fósil, un fragmento de un meñique infantil de unos 50.000 años de antigüedad, descubierto en la cueva siberiana de Denisova, en los montes Altai. Dos años después, científicos del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva llevaron a cabo la secuenciación del genoma de esos restos y llegaron a la conclusión de que se trataba de una especie completamente nueva, «hermana» de los neandertales: los denisovanos. Ahora, investigadores de la Universidad de Adelaide, en Australia, sugieren que estos ancestros lograron de alguna manera atravesar una de las barreras marinas más importantes del mundo, en Indonesia, y más tarde se cruzaron con los humanos modernos que se movían por la zona de camino a Australia y Nueva Guinea. En concreto, varones de esa especie tuvieron sexo con mujeres de la nuestra.
Desde que los investigadores obtuvieran el análisis genético de los denisovanos, se ha detectado evidencia genética que apunta a su hibridación con poblaciones humanas modernas, pero solo con poblaciones indígenas de Australia, Nueva Guinea y áreas circundantes. Por el contrario, el ADN del homínido de Denisova parece estar ausente o en niveles muy bajos en las poblaciones actuales en el continente asiático, a pesar de que éste es el lugar donde se encontró el fósil.
Los autores del estudio, publicado este jueves en la revista Science, Alan Cooper, profesor de la Universidad de Adelaida, y Chris Stringer, profesor del Museo de Historia Natural de Reino Unido, creen que este patrón se puede explicar si los denisovanos lograron cruzar la famosa línea de Wallace, una de las mayores barreras biogeográficas del mundo que está formada por una poderosa corriente a lo largo de la costa este de Borneo. La línea de Wallace marca la división entre los mamíferos de Europa y Asia.
«En el continente asiático, ni los antiguos especímenes humanos ni las poblaciones indígenas modernas geográficamente aisladas tienen ADN desinova, lo que indica que no ha habido nunca una señal genética de mestizaje en la zona», dice el profesor Cooper, director del Centro Australiano de ADN antiguo de la Universidad de Adelaida. «El único lugar donde existe tal señal genética parece estar en áreas al este de la Línea de Wallace y ahí es donde creemos que tuvo lugar el cruce, a pesar de que esto significa que los denisovanos debieron hacer de alguna manera la travesía marítima», argumenta.
El hombre de Flores
«El reciente descubrimiento de la antigua especie enigmática 'Homo floresiensis', los llamados hobbits, en Flores, Indonesia, confirma que la diversidad de parientes humanos arcaicos en esta área fue mucho mayor de lo que pensábamos», destaca el profesor Stringer, experto en investigación de orígenes humanos en el Museo de Historia Natural de Londres. «La morfología de los hobbits muestra que son diferentes de los denisovanos, lo que significa que ahora tenemos al menos dos, y potencialmente más, grupos inesperados en la zona», añade.
Según este experto, saber que los denisovanos se extendieron más allá de esta significativa barrera martítima abre todo tipo de preguntas acerca de los comportamientos y las capacidades de este grupo y lo lejos que pueden haberse extendido.
«Las preguntas clave son ahora dónde y cuándo los antepasados de los humanos actuales, que se dirigían a colonizar Nueva Guinea y Australia hace unos 50.000 años, se reunieron e interactuaron con los denisovanos», agrega el profesor Cooper, quien destaca que los datos genéticos sugieren que hombres denisovanos se cruzaron con hembras humanas modernas.
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