Los adolescentes y adultos jóvenes diagnosticados con cáncer tienen mayor riesgo de suicidio
31/10/2013 - E.P.
Los científicos detectaron un aumento del riesgo de comportamiento suicida después del diagnóstico de la mayoría de tipos de cáncer
Los adolescentes y los adultos jóvenes están en mayor riesgo de suicidio después de ser diagnosticado con cáncer, según revela un estudio de casi ocho millones de suecos mayores de 15 años y que se publica este miércoles en 'Annals of Oncology'. La investigación encontró que entre 12.669 jóvenes con diagnóstico de cáncer en las edades de 15 a 30 años se produjo un aumento del riesgo de suicidio o intento de suicidio del 60 por ciento.
El riesgo fue mayor durante el primer año inmediatamente después del diagnóstico, momento en el que el comportamiento suicida fue 1,5 veces más alto (150 por ciento) entre los pacientes de cáncer en comparación con el grupo sin cáncer. Los expertos vieron que hubo 22 suicidios entre los pacientes de cáncer en comparación con los 14 esperados y 136 intentos de suicidio frente a 80 esperados, lo que equivale a un extra de 64 casos de comportamiento suicida entre los jóvenes con cáncer.
"Teniendo en cuenta que los jóvenes todavía están desarrollando sus estrategias para afrontar el estrés, pueden verse más afectados que los adultos cuando se enfrentan a una gran adversidad como un diagnóstico de cáncer. Aunque el riesgo absoluto de la conducta suicida es modesto entre los pacientes con cáncer, hace hincapié en la necesidad de apoyar y vigilar cuidadosamente a estos jóvenes vulnerables", explicó Donghao Lu, estudiante de doctorado en el Departamento de Epidemiología Médica y Bioestadística del Instituto Karolinska, en Estocolmo, Suecia.
Lu y sus colegas de Suecia, Islandia y Estados Unidos usaron el censo sueco, una base de datos médica y otros registros para seguir a 7.860.629 suecos de más de 15 años entre 1987 y 2009. Se tuvieron en cuenta los antecedentes psiquiátricos y también se observó más de cerca la diferencia de comportamiento suicida en las mujeres que habían sido diagnosticadas con cáncer de cuello uterino o un precursor del cáncer cervical (el equivalente de neoplasia cervical intraepitelial grado 3 o CIN3).
Durante un promedio de 17,4 años de seguimiento, hubo 105.868 casos de comportamiento suicida entre los cerca de ocho millones de personas. Entre los 12.669 pacientes con cáncer, más hombres que mujeres (16 frente a 6) se quitaron la vida, mientras que más mujeres que hombres (82 frente a 54) hizo un intento fallido de suicidio. Aunque la incidencia de intentos de suicidio es mayor entre las personas con y sin diagnóstico de cáncer si tenían antecedentes de problemas mentales, un diagnóstico de cáncer no parece marcar una diferencia estadísticamente significativa en el riesgo de suicidio entre estos dos grupos. Los investigadores sugieren que esto podría deberse a un tratamiento permanente de los problemas psiquiátricos, como los antidepresivos, que pueden ayudar a prevenir el comportamiento suicida.
Los científicos detectaron un aumento del riesgo de comportamiento suicida después del diagnóstico de la mayoría de tipos de cáncer, excepto los de tiroides, testículo y melanoma (cáncer de piel), lo que puede reflejar el mejor pronóstico para estos tipos de cáncer en este grupo de edad. Sin embargo, este razonamiento no se mantuvo para el cáncer cervical.
A pesar de que la gran mayoría de los pacientes diagnosticados con tumor cervical entre los 20 y 29 años podría esperar sobrevivir más de cinco años, había un riesgo tres veces mayor de comportamiento suicida, llegando a un aumento del riesgo de casi seis veces en el primer año después del diagnóstico. Las mujeres diagnosticadas con CIN 3 tenían un riesgo 2,5 veces mayor de comportamiento suicida en comparación con las mujeres sin diagnóstico de CIN 3 y que no tenían cáncer.
"Creemos que es probable que el evidente riesgo de comportamiento suicida represente sólo la punta del iceberg del sufrimiento mental en estos jóvenes pacientes con cáncer. Nuestros hallazgos también tienen implicaciones importantes para los familiares y otras personas que participan en la asistencia sanitaria de este grupo", desatcó Lu, reclamado atención mental a estos pacientes, especialmente aquellos con enfermedades psiquiátricas preexistentes o con un mal pronóstico.
Los investigadores dicen que sus resultados no necesariamente pueden extrapolarse a otros países, aunque es probable que se puedan encontrar cifras similares, ya que estudios de Estados Unidos, Australia y Japón han informado de un aumento del riesgo de suicidio en adultos con diagnóstico de cáncer. Actualmente se están llevando a cabo más investigaciones para identificar qué factores podrían desempeñar un papel en las reacciones graves de estrés a un diagnóstico de cáncer.
El riesgo fue mayor durante el primer año inmediatamente después del diagnóstico, momento en el que el comportamiento suicida fue 1,5 veces más alto (150 por ciento) entre los pacientes de cáncer en comparación con el grupo sin cáncer. Los expertos vieron que hubo 22 suicidios entre los pacientes de cáncer en comparación con los 14 esperados y 136 intentos de suicidio frente a 80 esperados, lo que equivale a un extra de 64 casos de comportamiento suicida entre los jóvenes con cáncer.
"Teniendo en cuenta que los jóvenes todavía están desarrollando sus estrategias para afrontar el estrés, pueden verse más afectados que los adultos cuando se enfrentan a una gran adversidad como un diagnóstico de cáncer. Aunque el riesgo absoluto de la conducta suicida es modesto entre los pacientes con cáncer, hace hincapié en la necesidad de apoyar y vigilar cuidadosamente a estos jóvenes vulnerables", explicó Donghao Lu, estudiante de doctorado en el Departamento de Epidemiología Médica y Bioestadística del Instituto Karolinska, en Estocolmo, Suecia.
Lu y sus colegas de Suecia, Islandia y Estados Unidos usaron el censo sueco, una base de datos médica y otros registros para seguir a 7.860.629 suecos de más de 15 años entre 1987 y 2009. Se tuvieron en cuenta los antecedentes psiquiátricos y también se observó más de cerca la diferencia de comportamiento suicida en las mujeres que habían sido diagnosticadas con cáncer de cuello uterino o un precursor del cáncer cervical (el equivalente de neoplasia cervical intraepitelial grado 3 o CIN3).
Durante un promedio de 17,4 años de seguimiento, hubo 105.868 casos de comportamiento suicida entre los cerca de ocho millones de personas. Entre los 12.669 pacientes con cáncer, más hombres que mujeres (16 frente a 6) se quitaron la vida, mientras que más mujeres que hombres (82 frente a 54) hizo un intento fallido de suicidio. Aunque la incidencia de intentos de suicidio es mayor entre las personas con y sin diagnóstico de cáncer si tenían antecedentes de problemas mentales, un diagnóstico de cáncer no parece marcar una diferencia estadísticamente significativa en el riesgo de suicidio entre estos dos grupos. Los investigadores sugieren que esto podría deberse a un tratamiento permanente de los problemas psiquiátricos, como los antidepresivos, que pueden ayudar a prevenir el comportamiento suicida.
Los científicos detectaron un aumento del riesgo de comportamiento suicida después del diagnóstico de la mayoría de tipos de cáncer, excepto los de tiroides, testículo y melanoma (cáncer de piel), lo que puede reflejar el mejor pronóstico para estos tipos de cáncer en este grupo de edad. Sin embargo, este razonamiento no se mantuvo para el cáncer cervical.
A pesar de que la gran mayoría de los pacientes diagnosticados con tumor cervical entre los 20 y 29 años podría esperar sobrevivir más de cinco años, había un riesgo tres veces mayor de comportamiento suicida, llegando a un aumento del riesgo de casi seis veces en el primer año después del diagnóstico. Las mujeres diagnosticadas con CIN 3 tenían un riesgo 2,5 veces mayor de comportamiento suicida en comparación con las mujeres sin diagnóstico de CIN 3 y que no tenían cáncer.
"Creemos que es probable que el evidente riesgo de comportamiento suicida represente sólo la punta del iceberg del sufrimiento mental en estos jóvenes pacientes con cáncer. Nuestros hallazgos también tienen implicaciones importantes para los familiares y otras personas que participan en la asistencia sanitaria de este grupo", desatcó Lu, reclamado atención mental a estos pacientes, especialmente aquellos con enfermedades psiquiátricas preexistentes o con un mal pronóstico.
Los investigadores dicen que sus resultados no necesariamente pueden extrapolarse a otros países, aunque es probable que se puedan encontrar cifras similares, ya que estudios de Estados Unidos, Australia y Japón han informado de un aumento del riesgo de suicidio en adultos con diagnóstico de cáncer. Actualmente se están llevando a cabo más investigaciones para identificar qué factores podrían desempeñar un papel en las reacciones graves de estrés a un diagnóstico de cáncer.
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