martes, 15 de octubre de 2013

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Los especialistas confían en la utilización de una nueva vacuna para prevenir el herpes zóster


Madrid (16/10/2013) - Redacción

La edad avanzada y el trastorno del sistema inmunitario favorecen la aparición de esta enfermedad

El incremento de la esperanza de vida de la población es un hecho constatado en los países desarrollados. Esta situación ha obligado a las Autoridades Sanitarias a hacer frente a un auténtico reto a la hora de preservar la salud y calidad de vida de la población, así como a retrasar la aparición de enfermedades debilitantes e incapacitantes propias de la edad avanzada. Entre ellas, cabe citar el Herpes Zóster, una enfermedad cuyo principal factor de riesgo es la edad y que afecta principalmente a las personas mayores de 50 años.

La aparición del HZ se debe a una reactivación del mismo virus que causa la varicela (VVZ) que permanece latente en el organismo tras haberlo sufrido o haber tenido contacto con el mismo. El VVZ queda acantonado en los ganglios, lo que hace que cualquiera pueda padecer herpes zóster (HZ) o neuralgia post-herpética (NPH), la complicación más frecuente, dolorosa e incapacitante del HZ. Se manifiesta como consecuencia de la disminución de las defensas del organismo y sin síntomas previos.

Según explica el doctor Javier Gómez Marco, médico de familia del centro de salud Las Calesas de Madrid: "Los dos factores principales que favorecen la aparición del HZ son la edad y la presencia de enfermedades que disminuyen el sistema inmune".

Si bien el HZ no es contagioso, se estima que aproximadamente una de cada cuatro personas desarrollará HZ a lo largo de su vidai. De las personas afectadas entre el quince y el 40 por ciento padecerán neuralgia post-herpética (NPH).

La NPH es un dolor crónico y recurrente que se da después de que las lesiones cutáneas se hayan curado. Puede durar meses o incluso años. El dolor puede ser tan intenso que el contacto con un simple trozo de tela o el viento frío son insoportables para alguien que lo padezca, y a veces, no responde al tratamiento analgésico.

En este sentido, el doctor Gómez Marco indica que "algunos pacientes necesitan ser hospitalizados por la enfermedad o sus complicaciones (inmunodeprimidos, afectación oftalmológica...) o controlados en unidades especializadas del dolor por la persistencia del mismo, lo supone una merma en su calidad de vida".

Además, la toma de fármacos, los efectos secundarios de éstos, los controles periódicos, y las alteraciones en la movilidad provocan un impacto significativo en las actividades de la vida diaria como el sueño, los aspectos psicológicos y las relaciones sociales.

Un futuro prometedor
Hoy en día el principal tratamiento para el manejo del HZ y la NPH se centra en la terapia antiviral. Sin embargo, existen problemas asociados a su tratamiento; para que sea eficaz, la terapia antiviral debe ser administrada en las primeras 72 horas de la aparición de la erupción cutánea del HZ, lo que en muchas ocasiones es complicado debido al retraso diagnóstico.

Tal y como comenta el doctor Ángel Gil, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública, "en la actualidad no existe un tratamiento eficaz para evitar el HZ y sus complicaciones. En concreto, el tratamiento de la neuralgia post-herpética es difícil e insatisfactorio".

Sin embargo, el futuro se muestra esperanzador: se espera que "la puesta a disposición de la población de una nueva vacuna frente al herpes zóster contribuya a la prevención de esta enfermedad y su mayor complicación, la neuralgia post-herpética. Esta vacuna, que próximamente se comercializará en España tiene una eficacia en torno al 67 por ciento para una población diana mayor de 60 años".

La prevención del HZ y la NPH contribuirá a mejorar el bienestar de las personas mayores de 50 años, evitándoles enfermedades dolorosas y debilitantes que afectan seriamente a su vida diaria, su productividad laboral, su contribución económico-social, al mismo tiempo que reducirá la presión sobre los sistemas sanitarios al reducir el uso de recursos asistenciales.

Impacto económico y social
"Resulta complicado cuantificar los costes asociados a la pérdida de productividad, las bajas laborales, la atención especializada y los relacionados con el impacto en la calidad de vida del paciente," comenta el doctor Gil. En España, sólo los costes derivados de las hospitalizaciones por esta enfermedad se estiman en más de trece millones de euros. Si consideramos otros costes sanitarios directos derivados del manejo del paciente con HZ, se estima que el impacto alcanzaría los 60 millones de euros al año para el Sistema Nacional de Salud.

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