En hernias o intervenciones gigantes
Nueva técnica de reparación multicapa para hernia gigante
Combinar métodos es efectivo en eventraciones de la línea media. Esta nueva técnica está indicada en eventraciones de más de 15 cm de diámetro.
Raquel Serrano. Madrid | raquelserrano@unidadeditorial.es | 14/10/2013 00:00
El antes y el después del abordaje basado en la reparación multicapa de una hernia gigante. (DM)
La eventroplastia multicapa permite corregir hernias o eventraciones gigantes con defectos de más de 15 cm de diámetro transverso, con un índice ínfimo de recidivas o complicaciones, según los datos de un estudio que publica el Journal of Gastrointestinal Surgery que recoge los resultados de este abordaje, ideado por el equipo de Cirugía General y Digestivo del Hospital General La Mancha-Centro, en Alcázar de San Juan (Ciudad Real), y del que forman parte Carlos Moreno, jefe del citado servicio, así como Joaquín Picazo Yeste y Antonio Morandeira. En realidad, el abordaje se basa en una combinación de técnicas quirúrgicas previas, como la de Da Silva, la de Ramírez y la de Stoppa. Tradicionalmente, las grandes eventraciones se someten a métodos de puenteo o reparación con una prótesis que "no resulta fisiológica porque se trata de implantar una malla que no es extensible", ha señalado Picazo a DM. Además, en estas eventraciones la tasa de fracasos, lo que se traduce en recidivas, con técnicas protésicas ha llegado hasta un 50 por ciento.
Ocultación parcial
La innovación del nuevo abordaje es que consigue utilizar el saco herniario también como refuerzo en la línea media, además de la liberación muscular lateral. Pero tal vez lo más destacado es que la prótesis o malla que se implanta no queda en contacto con el tejido subcutáneo ni con la cavidad peritoneal, "lo que reduce considerablemente la posibilidad de infecciones y de retirada de la malla. Al quedar oculta e integrada en la reparación, no implica la retirada de la malla en el caso de aparición de complicaciones en la piel o en el tejido subcutáneo", ha especificado Picazo.
Mediante este procedimiento, se utiliza el propio saco herniario, hecho procedente de la técnica de Da Silva, que queda parcialmente oculto y se va cerrando por capas. Después, se incorpora la prótesis, que se fija con un vaporizador de cola de fibrina para evitar desgarros y sangrados, y finalmente se cierra la otra parte del saco herniario encima de la malla. Se realizan además dos incisiones a ambos lados de la capa superficial que responden a la liberación muscular de la técnica de Ramírez. Las principales candidatas a este tipo de reparación son eventraciones con diámetros transversales de más de 15 cm. "Es posible realizarlo en hernias más pequeñas, pero la necesidad no es tan destacada porque se solucionan con otro abordaje".
Control de la necrosis
El estudio ha tenido 22 meses de seguimiento medio sobre 24 pacientes con una tasa de recurrencia del 4,1 por ciento, "muy positivo en este tipo de pacientes, aunque hay que matizar que en las eventraciones, con un seguimientos superior, la tasa de recidiva puede aumentar, aunque siempre seguiría siendo menor que las que aparecen en la literatura quirúrgica".
Sobre las complicaciones en el tejido cutáneo, debido al gran despegamiento en la piel que conlleva la técnica, Picazo destaca que puede conducir a necrosis cutánea. Sin embargo, como con este abordaje la prótesis no se encuentra debajo de la piel, sino que queda aislada, "si aparece necrosis cutánea, ésta se ha tratado con mayor facilidad y sin problemas".
- La triple capa permite dejar la prótesis aislada dentro de la reparación, por lo que no está en contacto ni con el subcutáneo, ni con las vísceras ni con la cavidad peritoneal
Ocultación parcial
La innovación del nuevo abordaje es que consigue utilizar el saco herniario también como refuerzo en la línea media, además de la liberación muscular lateral. Pero tal vez lo más destacado es que la prótesis o malla que se implanta no queda en contacto con el tejido subcutáneo ni con la cavidad peritoneal, "lo que reduce considerablemente la posibilidad de infecciones y de retirada de la malla. Al quedar oculta e integrada en la reparación, no implica la retirada de la malla en el caso de aparición de complicaciones en la piel o en el tejido subcutáneo", ha especificado Picazo.
Mediante este procedimiento, se utiliza el propio saco herniario, hecho procedente de la técnica de Da Silva, que queda parcialmente oculto y se va cerrando por capas. Después, se incorpora la prótesis, que se fija con un vaporizador de cola de fibrina para evitar desgarros y sangrados, y finalmente se cierra la otra parte del saco herniario encima de la malla. Se realizan además dos incisiones a ambos lados de la capa superficial que responden a la liberación muscular de la técnica de Ramírez. Las principales candidatas a este tipo de reparación son eventraciones con diámetros transversales de más de 15 cm. "Es posible realizarlo en hernias más pequeñas, pero la necesidad no es tan destacada porque se solucionan con otro abordaje".
Control de la necrosis
El estudio ha tenido 22 meses de seguimiento medio sobre 24 pacientes con una tasa de recurrencia del 4,1 por ciento, "muy positivo en este tipo de pacientes, aunque hay que matizar que en las eventraciones, con un seguimientos superior, la tasa de recidiva puede aumentar, aunque siempre seguiría siendo menor que las que aparecen en la literatura quirúrgica".
Sobre las complicaciones en el tejido cutáneo, debido al gran despegamiento en la piel que conlleva la técnica, Picazo destaca que puede conducir a necrosis cutánea. Sin embargo, como con este abordaje la prótesis no se encuentra debajo de la piel, sino que queda aislada, "si aparece necrosis cutánea, ésta se ha tratado con mayor facilidad y sin problemas".
No hay comentarios:
Publicar un comentario