INFECCIOSAS | Congreso en Barcelona
Perseverancia en la infructuosa búsqueda de la vacuna del sida
Las noticias en torno a la vacuna del VIH son agridulces.| EM
- Las noticias en torno a una terapia profiláctica son agridulces
- Los investigadores calculan que pasarán años antes de tener una vacuna eficaz
Ainhoa Iriberri | Barcelona
Actualizado martes 08/10/2013 08:55 horas
El lema del XIII Congreso de Vacunas de Sida -que se está celebrando en Barcelona- está compuesto por tres palabras: progreso, alianza y perseverancia, pero hay una, esta última, que parece la más apropiada para definir el estado actual de la búsqueda de la ansiada vacuna contra el VIH. Porque sin duda es perseverancia lo que muestran los científicos que, a pesar de los reiterados fracasos en busca del 'Santo Grial' de la prevención del sida, continúan investigando sin éxito. Las noticias son agridulces.
Por una parte, la confirmación hoy mismo -con la publicación en 'The New England Journal of Medicine'- de que el último gran ensayo que quedaba en marcha de una vacuna en fase avanzada, basada en DNA/rAd5 (ADN recombinante), fracasó, como ya se supo en abril cuando sus autores decidieron interrumpir el ensayo. Pero, por otra, Barcelona acoge la presentación de decenas de estudios básicos muy prometedores, como recordaron en rueda de prensa los co-anfitriones del congreso y directores del programa HIVACAT, Bonaventura Clotet y José Gatell.
De hecho, según el director de la Global HIV Vaccine Enterprise Bill Snow, éste es el congreso de vacunas que ha recibido más abstracts, muchas de ellas de médicos jóvenes que demuestran que la investigación en este campo está muy viva. Pero el hecho de que la mayoría de comunicaciones se refieran a fases preliminares de la investigación pone de manifiesto que habrán de pasar mucho años -los expertos hablan de al menos 10- para contar con la inmunización. "No digo que esté mintiendo, pero quien diga una fecha concreta de licencia de la vacuna está haciendo una suposición", explica a ELMUNDO.es Mitchell Warren, director ejecutivo de la ONG AVAC, centrada en la prevención del VIH.
Este experto señala que, para hablar de futuro, es imprescindible recordar el pasado más reciente. Y, en concreto, la fecha que marcó un hito en la búsqueda de la vacuna del VIH, el 24 de septiembre de 2009. Fue entonces cuando una vacuna que estaba siendo ensayada en más de 16.000 personas sanas de Tailandia dio la sorpresa y demostró por primera vez una reducción en el riesgo de adquirir el VIH. En concreto de un 31%, una cifra lejana a lo necesario para poder licenciarla (los especialistas creen que al menos se necesitaría un 50% de eficacia) pero que supuso algo vital en la investigación científica, lo que se denomina la prueba de concepto o, en otras palabras, la demostración de que la esquiva vacuna es posible.
La vacuna estaba compuesta por dos productos, que habían fracasado previamente. Uno de ellos pretendía estimular al sistema inmune y, el otro, generar anticuerpos. Y, según comenta Warren, lo que se lleva haciendo estos cuatro años es justamente "pensar en pequeñas modificaciones" para que la vacuna sea más eficaz. Algo de este trabajo se va a presentar en el congreso, como también algunos subanálisis del estudio RV144 -el que probó la eficacia de la vacuna- que demuestran que podría funcionar mejor en algunos subtipos de pacientes.
Pero aún si todo saliera según lo planeado, habría que esperar al menos otros cuatro años para poder evaluar la eficacia a gran escala, uno o dos más para que las autoridades sanitarias la autorizaran y al menos otro para que se fabricara a gran escala.
Y, en este tiempo, puede que den fruto alguna de las estrategias básicas que se van a presentar en el congreso, que abarcan desde cambios en el vector que se utiliza para insertar el VIH inactivado hasta cambios en lo que se pide a una futura vacuna. "Hasta ahora se buscaban anticuerpos neutralizantes, pero ahora se ha ampliado a los no neutralizantes, que se ha visto que también tienen efecto", ejemplifica Clotet.
Gatell, por su parte, señala que también se van a presentar en el congreso resultados esperanzadores en modelos animales. "Es el momento de volver a lo básico, no creo que hasta dentro de dos o tres años comiencen nuevos ensayos en humanos", comenta.
Tanto Clotet como Gatell insisten en que es probable que se desarrolle antes una vacuna terapéutica, que haga innecesario que los seropositivos tomen de forma crónica antirretrovirales, que una preventiva. En este sentido, los datos de la cohorte Visconti, publicados en marzo de este año, fueron muy alentadores. En el trabajo francés, aunque dirigido por el investigador español Aser Sánchez Cirión, se vio como 14 seropositivos que empezaron a tomar la medicación en la fase aguda de la infección (en los seis meses siguientes a adquirir el virus) dejaron de tomar sus fármacos sin sufrir el habitual repunte en la carga viral que sigue a cualquier abandono de esta terapia. "Hay que 'viscontinizar' a los pacientes", comenta Clotet que, desde HIVACAT, presenta en este congreso nuevos resultados de varias vacunas terapéuticas en desarrollo.
Dentro del optimismo moderado a largo plazo que se respira en el congreso, subyace una idea en la que todos están de acuerdo. La vacuna, de lograrse, no sería más que un arma más hacia la prevención del VIH. Algo que habría que añadir al uso del preservativo, la administración de antirretrovirales a todos los seropositivos, el probable suministro de estos mismos fármacos a las personas en riesgo de adquirir el virus (lo que se conoce como terapia preexposicion), la circuncisión y, si se confirma que funciona, los microbicidas.
Este acuerdo no escrito se confirma precisamente con la supresión de esta conferencia, que este año celebra su última edición. El año que viene, por estas mismas fechas, Ciudad del Cabo acogerá la I Conferencia de Investigación para la Prevención del VIH. En muchos años, quizás, cuando la deseada vacuna sea una realidad, la reunión vuelva a cambiar de nombre.
Por una parte, la confirmación hoy mismo -con la publicación en 'The New England Journal of Medicine'- de que el último gran ensayo que quedaba en marcha de una vacuna en fase avanzada, basada en DNA/rAd5 (ADN recombinante), fracasó, como ya se supo en abril cuando sus autores decidieron interrumpir el ensayo. Pero, por otra, Barcelona acoge la presentación de decenas de estudios básicos muy prometedores, como recordaron en rueda de prensa los co-anfitriones del congreso y directores del programa HIVACAT, Bonaventura Clotet y José Gatell.
De hecho, según el director de la Global HIV Vaccine Enterprise Bill Snow, éste es el congreso de vacunas que ha recibido más abstracts, muchas de ellas de médicos jóvenes que demuestran que la investigación en este campo está muy viva. Pero el hecho de que la mayoría de comunicaciones se refieran a fases preliminares de la investigación pone de manifiesto que habrán de pasar mucho años -los expertos hablan de al menos 10- para contar con la inmunización. "No digo que esté mintiendo, pero quien diga una fecha concreta de licencia de la vacuna está haciendo una suposición", explica a ELMUNDO.es Mitchell Warren, director ejecutivo de la ONG AVAC, centrada en la prevención del VIH.
Este experto señala que, para hablar de futuro, es imprescindible recordar el pasado más reciente. Y, en concreto, la fecha que marcó un hito en la búsqueda de la vacuna del VIH, el 24 de septiembre de 2009. Fue entonces cuando una vacuna que estaba siendo ensayada en más de 16.000 personas sanas de Tailandia dio la sorpresa y demostró por primera vez una reducción en el riesgo de adquirir el VIH. En concreto de un 31%, una cifra lejana a lo necesario para poder licenciarla (los especialistas creen que al menos se necesitaría un 50% de eficacia) pero que supuso algo vital en la investigación científica, lo que se denomina la prueba de concepto o, en otras palabras, la demostración de que la esquiva vacuna es posible.
La vacuna estaba compuesta por dos productos, que habían fracasado previamente. Uno de ellos pretendía estimular al sistema inmune y, el otro, generar anticuerpos. Y, según comenta Warren, lo que se lleva haciendo estos cuatro años es justamente "pensar en pequeñas modificaciones" para que la vacuna sea más eficaz. Algo de este trabajo se va a presentar en el congreso, como también algunos subanálisis del estudio RV144 -el que probó la eficacia de la vacuna- que demuestran que podría funcionar mejor en algunos subtipos de pacientes.
Más ensayos previstos
"Si estos pequeños ensayos salen adelante, sería lógico pensar que, para finales de 2015 o 2016 se podría pensar en diseñar otro ensayo multitudinario con el compuesto modificado. De hecho, ya hay dos previstos: uno en Suráfrica, en el que se cambiaría el virus modificado del VIH que se utiliza por el subtipo más frecuente en este país (el C, en lugar del A y el E utilizado en la formulación original) y otro en la misma Tailandia pero con una población diana distinta, la de hombres que tienen sexo con hombres", explica Warren.Pero aún si todo saliera según lo planeado, habría que esperar al menos otros cuatro años para poder evaluar la eficacia a gran escala, uno o dos más para que las autoridades sanitarias la autorizaran y al menos otro para que se fabricara a gran escala.
Y, en este tiempo, puede que den fruto alguna de las estrategias básicas que se van a presentar en el congreso, que abarcan desde cambios en el vector que se utiliza para insertar el VIH inactivado hasta cambios en lo que se pide a una futura vacuna. "Hasta ahora se buscaban anticuerpos neutralizantes, pero ahora se ha ampliado a los no neutralizantes, que se ha visto que también tienen efecto", ejemplifica Clotet.
Gatell, por su parte, señala que también se van a presentar en el congreso resultados esperanzadores en modelos animales. "Es el momento de volver a lo básico, no creo que hasta dentro de dos o tres años comiencen nuevos ensayos en humanos", comenta.
Tanto Clotet como Gatell insisten en que es probable que se desarrolle antes una vacuna terapéutica, que haga innecesario que los seropositivos tomen de forma crónica antirretrovirales, que una preventiva. En este sentido, los datos de la cohorte Visconti, publicados en marzo de este año, fueron muy alentadores. En el trabajo francés, aunque dirigido por el investigador español Aser Sánchez Cirión, se vio como 14 seropositivos que empezaron a tomar la medicación en la fase aguda de la infección (en los seis meses siguientes a adquirir el virus) dejaron de tomar sus fármacos sin sufrir el habitual repunte en la carga viral que sigue a cualquier abandono de esta terapia. "Hay que 'viscontinizar' a los pacientes", comenta Clotet que, desde HIVACAT, presenta en este congreso nuevos resultados de varias vacunas terapéuticas en desarrollo.
Dentro del optimismo moderado a largo plazo que se respira en el congreso, subyace una idea en la que todos están de acuerdo. La vacuna, de lograrse, no sería más que un arma más hacia la prevención del VIH. Algo que habría que añadir al uso del preservativo, la administración de antirretrovirales a todos los seropositivos, el probable suministro de estos mismos fármacos a las personas en riesgo de adquirir el virus (lo que se conoce como terapia preexposicion), la circuncisión y, si se confirma que funciona, los microbicidas.
Este acuerdo no escrito se confirma precisamente con la supresión de esta conferencia, que este año celebra su última edición. El año que viene, por estas mismas fechas, Ciudad del Cabo acogerá la I Conferencia de Investigación para la Prevención del VIH. En muchos años, quizás, cuando la deseada vacuna sea una realidad, la reunión vuelva a cambiar de nombre.
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