ESTUDIO DEL HOSPITAL FUNDACIÓN ALCORCÓN
El melanoma se detecta en fase más avanzada en la tercera edad
El melanoma es un cáncer que afecta sobre todo a gente en la cuarta o quinta década de la vida. Sin embargo, puede impactar en cualquier momento de la vida y si eso ocurre en una edad más avanzada, aumentan las probabilidades de que se detecte más tarde, con un peor pronóstico.
Sonia Moreno. Madrid | soniamb@diariomedico.com | 18/07/2016 00:00
José Luis López Estebaranz, del Hospital Fundación Alcorcón. (DM)
Así lo indican los estudios que han empezado a centrarse en esta franja de la tercera edad. Una menor atención a las autoexploraciones o, simplemente, la dificultad para llevarlas a cabo uno mismo o la falta de alguien cercano que lo haga, además de eventuales confusiones con las llamadas "manchas de la edad", se encuentran entre las posibles causas de esta detección más tardía del cáncer. Por ello, las campañas de prevención del melanoma tienen en este grupo de población un importante objetivo.
Así lo considera José Luis López Estebaranz, jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario Fundación Alcorcón (Madrid), que ha estudiado en una serie de más de 700 pacientes con melanoma a 266 mayores de 65 años. Los resultados de este trabajo se presentaron en la última reunión anual de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) y constituye una de las todavía escasas investigaciones que se centran en este grupo de edad.
La principal conclusión es que los melanomas detectados a partir de esta edad son más gruesos y con peor pronóstico. "El índice de Breslow es de 1,7 frente al 1,2 de media en la misma serie; es frecuente el léntigo maligno melanoma, un tipo que se presenta comúnmente en cabeza y cuello, a diferencia de otros, que se localizan de forma habitual en tronco y extremidades". El léntigo maligno melanoma tiene un crecimiento algo más lento, pero los pacientes mayores a menudo llegan al diagnóstico ya con ulceración y sangrado, signos de mal pronóstico.
Además, estos enfermos sufren otras comorbilidades asociadas. "En un 65 por ciento tienen hipertensión arterial, y un accidente cerebrovascular o una cardiopatía isquémica en un 15 por ciento de los casos", destaca Estebaranz. En el 47 por ciento de los individuos estudiados, el melanoma se sumaba a otra neoplasia, de las que un 27 por ciento era también un cáncer de piel (carcinoma basocelular, espinocelular o un segundo melanoma). Entre los tumores no cutáneos, el más frecuente fue el cáncer de próstata. Todo ello influye también en el peor pronóstico.
Con estos datos, Estebaranz recuerda que no está de más dirigir el mensaje preventivo y, sobre todo, el de la autoexploración de forma específica a los mayores. En ese sentido,José Carlos Moreno, dermatólogo y ex presidente de la AEDV, comenta que la campaña de prevención Euromelanoma abarca todas las edades, "porque la prevención y, en especial, la protección solar, es necesaria desde la más temprana infancia, a lo largo de toda la vida. No obstante, a veces los mayores llegan tarde a la fotoprotección, pues como bien se sabe la piel tiene memoria, y acumula el daño de excesos anteriores. De ahí que la campaña también tenga como objetivo la detección precoz mediante la autoexploración".
Sobre la posibilidad de confundir las manchas de la edad con melanomas, el también catedrático de la Universidad de Córdoba considera que en efecto pueden plantear cierta dificultad, si bien, normalmente, las lesiones de edad son múltiples, de un color parduzco.
El pelo rojo equivaldría a 20 años de exposición solar
Un 2 por ciento de la población mundial es pelirroja. Dos copias de una variante del gen MCR1 implicado en la producción de melanina explican el tono bermellón del cabello, las pecas, la piel pálida y la susceptibilidad a quemarse con el sol.
Ahora, un nuevo estudio ha desvelado que basta con tener una sola copia de esta variante genética para aumentar el riesgo de sufrir melanoma. Muchas personas que no son pelirrojas pero portan esa variante, estarían pues en riesgo del cáncer, lo que refuerza la necesidad de fotoprotegerse. De hecho, el estudio revela que portar dichas mutaciones equivaldría al daño de dos décadas de exposición solar.
"Ya sabíamos que los pelirrojos tienen una probabilidad mayor de desarrollar cáncer de piel, pero es la primera vez que asociamos este gen con la aparición de un mayor número de mutaciones espontáneas que se asocian al cáncer", dice el autor principal de esta investigación David Adams, del Instituto Wellcome Trust Sanger. Estos resultados se publican en el último número de Nature Communications, tras analizar muestras de más de 400 personas.
Julie Sharp, responsable de Información al Paciente del Centro de Investigación del Cáncer de Reino Unido, aclara que este hallazgo explica por qué los pelirrojos deben tener especial cuidado de protegerse del sol, pero también indica que no solo están en riesgo las personas con fototipos claros.
Además, el trabajo aporta otro dato: el número de mutaciones tumorales aumenta con la edad; en concreto, cada año suponía un 1,7 por ciento más de incremento en esas dañinas mutaciones.
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