miércoles, 20 de julio de 2016

Tener estudios superiores, asociado a menor riesgo de insuficiencia cardiaca tras un infarto de miocardio - DiarioMedico.com

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SOCIEDAD EUROPEA DE CARDIOLOGÍA

Tener estudios superiores, asociado a menor riesgo de insuficiencia cardiaca tras un infarto de miocardio

Los estudios superiores están vinculados a un riesgo menor de desarrollar insuficiencia cardiaca después de haber sufrido un ataque al corazón, según informa un estudio en más de 70.000 pacientes. European Journal of Preventive Cardiology publica el trabajo.
Redacción. Madrid | dmredaccion@diariomedico.com   |  20/07/2016 12:05
 
 

Los estudios superiores están vinculados a un riesgo menor de desarrollar insuficiencia cardiaca después de haber sufrido un ataque al corazón, según informa un estudio practicado en más de 70.000 pacientes. European Journal of Preventive Cardiology publica el trabajo.
"La insuficiencia cardiaca es un complicación seria del infarto agudo de miocardio y aumenta sustancialmente el riesgo de fallecer", señala Gerhard Sulo, autor principal del estudio.
"Investigaciones anteriores han mostrado que los pacientes tienen más posibilidades de morir después de haber sufrido un ataque cardiaco si no tienen estudios superiores, pero la información sobre los mecanismos involucrados es más bien escasa. La insuficiencia cardiaca es el incidente más importante de la cadena de eventos que conducen a la muerte después de sufrir un ataque al corazón y hemos supuesto que podría contribuir a las disparidades en el nivel educativo que hemos observado en la supervivencia".
El estudio actual ha investigado la relación entre el nivel educativo y el riesgo de desarrollar insuficiencia cardiaca después de un infarto agudo de miocardio (AMI, por sus siglas en inglés). El estudio ha incluido a 70.506 pacientes con edades comprendidas entre los 35 y los 85 años que hubiesen sido hospitalizados por primera vez por AMI desde el 2001 al 2009 y que no tenían un historial de fallo cardiaco. Los pacientes fueron identificados del proyecto de Enfermedad Cardiovascular de Noruega, el cual contiene datos de todos los ingresos hospitalarios con un diagnóstico relacionado con enfermedades cardiovasculares en Noruega desde el año 1994.
La información sobre el nivel educativo se obtuvo de la base de datos nacional de Noruega sobre educación. El nivel educativo se categorizó por primario (educación primaria), secundario (educación secundaria, el instituto) o terciario (estudios universitarios).
Se hizo un seguimiento de los pacientes por episodios de insuficiencia cardiaca hasta el 31 de diciembre de 2009. Basándose en este plazo en relación con incidentes AMI, las insuficiencias cardiacas fueron clasificadas en dos categorías excluyentesaparición temprana(insuficiencia cardiaca desarrollada durante la hospitalización por el AMI) e inicio tardío (bien una nueva hospitalización con insuficiencia cardiaca o bien la muerte provocada por insuficiencia cardiaca después de las descargas durante la hospitalización por el AM).
De los 70.506 pacientes incluidos en los análisis, el 17,7 por ciento fueron diagnosticados de aparición temprana. El riesgo de tener insuficiencia cardiaca disminuía un 9 por ciento y un 20 por ciento respectivamente en los pacientes que habían recibido la educación secundaria o tenían estudios universitarios.
Otro 11,8 por ciento fue diagnosticado de inicio tardío durante el seguimiento que duró, aproximadamente, 3 años. Los pacientes con niveles educativos secundarios o universitarios tenían un 14 y un 27 por ciento menos de probabilidades, respectivamente de sufrir una insuficiencia cardiaca en comparación con aquellos que poseían estudios primarios.
Las diferencias educativas respecto al riesgo de tener insuficiencia cardiaca temprana o tardía eran similares en hombres y mujeres.
Responsabilidad de la brecha socioeconómica
Sulo ha asegurado que "la educación per se no puede considerarse un ‘protector en cuanto al riesgo' en el sentido clásico pero representa a un grupo de características que influyen en el comportamiento saludable y sus efectos. Se ha demostrado que los pacientes con un nivel educativo más bajo tienden a retrasar la búsqueda de asistencia sanitaria cuando empiezan a sentir los síntomas del ataque cardiaco y que tienen peor acceso a la medicina especializada. Ambos factores aumentan el riesgo de desarrollar insuficiencias cardiacas tempranas después del AMI. Aquellos con un nivel educativo menor tienen más posibilidades de aumentar el riesgo debido a coexistir con otras enfermedades y estilos de vida poco saludables".
Ha continuado: "Los pacientes con menor nivel educativo tienen menos probabilidades de que un médico le prescriba un fármaco después de haber sufrido un ataque al corazón para prevenir la insuficiencia cardiaca, y también tienen menos probabilidades de tomarse la medicación. Esto explicaría el por qué del aumento del riesgo temprano de insuficiencia cardiaca".
Sulo ha concluido que "es necesario esforzarse más para asegurarse que los pacientes con un nivel educativo más bajo sean atendidos pronto, tengan un acceso igualitario al tratamiento, se tomen su medicación y estén motivados a mejorar sus estilos de vida. Esta sería suficiente ayuda para reducir la brecha socioeconómica en el riesgo de padecer insificiencia cardiaca seguida de un ataque al corazón".

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