27 de noviembre: Día de la Dermatitis Atópica
Una adecuada hidratación de la piel en bebés podría prevenir la dermatitis atópica
- El 50% de los casos de dermatitis atópica se diagnostica durante el primer año de vida
Madrid, 27 de noviembre de 2017. Una adecuada hidratación de la piel en bebés podría servir para prevenir el desarrollo de dermatitis atópica en niños con riesgo por predisposición genética a enfermedades alérgicas. Así lo cree la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) que, con motivo del Día de la Dermatitis Atópica que se celebra este lunes 27 de noviembre, advierte de la importancia de hidratar la piel de los recién nacidos para reforzar la barrera cutánea, pues así se evitaría la entrada de alérgenos y el desarrollo de esta patología, según se ha demostrado en algunas investigaciones preliminares.
La dermatitis atópica es un proceso inflamatorio de la dermis caracterizado por intenso prurito y piel seca, que presenta una evolución crónica y cursa en forma de brotes. Se puede presentar en sujetos de todas las edades pero es mucho más frecuente en niños. De hecho, el 50% de los casos se diagnostica durante el primer año de vida y en España la prevalencia se sitúa entre el 6 y el 15%, según datos de la SEICAP. “Se trata de una patología con una gran predisposición genética, modulada por factores climáticos y que acarrea alteraciones inmunológicas. Sin embargo, las últimas investigaciones apuntan a que desde recién nacidos, se podrían minimizar los riesgos de atopía y conseguir que el niño no desarrolle la enfermedad crónica”, subraya la doctora Mª Teresa Guerra, coordinadora del Grupo de Trabajo de Dermatitis Atópica y Alergia Cutánea.
Los menores con dermatitis atópica tienen la piel especialmente seca y permeable. “Esto facilita la penetración de múltiples alérgenos del medio ambiente”, explica la doctora Escarrer. Por otro lado, hay que tener en cuenta que la piel dañada por el eczema tiene un 30% menos de ceramidas, lo que influye a su vez en la sequedad y en la alteración de la función barrera. “Es importante que los pediatras insistamos en mantener la integridad de la barrera cutánea con la hidratación de la misma mediante cremas emolientes”, indica. Una revisión de estudios publicada este mes en Allergology International confirma que la disfunción de la barrera cutánea es uno de los factores más predisponentes para el desarrollo de enfermedades alérgicas de la piel como la dermatitis atópica.
Por tanto, afirma la doctora Guerra, “si cuidamos la piel del recién nacido desde el primer día, la mantenemos limpia e hidratada, y seguimos hábitos que impidan su sequedad, conseguiremos frenar el avance de la patología en bebés con riesgo de atopía”. Así, una investigación publicada este mes en Advances in Therapy concluye que el uso de una crema hidratante que contiene ceramida, junto con el lavado corporal en niños, retrasa las exacerbaciones de dermatitis atópica en dos meses y produce una alta satisfacción en el paciente. Otro trabajo publicado en Current Pediatric Reviews concluye como el uso de un emoliente en menores con esta enfermedad mejora de manera significativa el área afectada, la intensidad y la severidad de la misma. Otros cuidados van encaminados al uso de ropa de algodón o lino y jabones no detergentes para su lavado, al empleo de jabones suaves, con pH ácido o neutro, para el baño, mantener la casa limpia de polvo o proteger la piel del frío durante el invierno.
Tres factores implicados
En el origen de la dermatitis atópica intervienen tres factores que actúan de forma constante y contribuyen a su cronicidad y gravedad. “Por un lado, influye la predisposición genética pues existen muchas mutaciones en determinados genes que alteran la barrera cutánea y producen una inflamación permanente”, afirma la doctora Escarrer, presidenta de SEICAP. También interviene la disfunción de la barrera cutánea, “que facilita la entrada de alérgenos, irritantes y patógenos”, añade. Por último, se produce una inflamación persistente de la dermis con infiltrado inflamatorio, responsable de la cronicidad.
En la actualidad, apunta esta especialista, “todas las enfermedades de la piel inquietan y preocupan a los padres de nuestros pequeños pacientes que siempre buscan una relación causa efecto y que, en el caso de dermatitis atópica, en muchas ocasiones no es posible encontrar”. Por ello el estudio y diagnóstico de los niños debe ser exhaustivo por parte del pediatra alergólogo, “antes de retirar alimentos de la dieta, que no van a dar resultados en cuanto a la mejoría del eczema y pueden conllevar dietas carenciales”, advierte.
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