martes, 2 de abril de 2013

Utilidad en la psoriasis y previsiblemente en la urticaria crónica - DiarioMedico.com

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Calidad de vida, indicaciones y efectos secundarios

Utilidad en la psoriasis y previsiblemente en la urticaria crónica

En dermatología, los anticuerpos monoclonales se están utilizando fundamentalmente en psoriasis.
Enrique Mezquita | Valencia | 02/04/2013 17:12


Manel Velasco, del Servicio de Dermatología del Hospital Universitario Arnau de Vilanova, de Valencia, ha apuntado que la psoriasis, "raramente es mortal -a diferencia de otras enfermedades donde se emplean los monoclonales- pero quienes la padecen tienen una calidad de vida tan disminuida que cualquier esfuerzo terapéutico está justificado".

En la práctica, según ha añadido, ese abordaje ha permitido que pacientes con psoriasis grave y una extensión muy grande de sus lesiones puedan hacer una vida prácticamente normal. "A corto y medio plazo, con toda probabilidad cada vez serán más utilizados en otras enfermedades inflamatorias cutáneas, aunque todavía estamos empezando a ver utilidad y posibles indicaciones".


Estudiar indicaciones
En este escenario, Velasco considera que la próxima patología podría ser la urticaria crónica idiopática, también relativamente frecuente y contra la que no hay un tratamiento efectivo. De hecho, "existe un anticuerpo monoclonal, omalizumab (aprobado para asma grave), que resulta muy útil, según nuestra experiencia, en urticaria crónica y es probable que en el futuro sea una nueva indicación".

En relación con los retos del manejo de monoclonales en dermatología, el primero es que se acepte que el dermatólogo es el especialista mejor formado para elegir los candidatos ideales a ese abordaje en patología cutánea. "En muchas ocasiones aún no está asumido y, de hecho, hay quien piensa que el dermatólogo es un especialista que se dedica a patologías muy banales y que le choca que pueda decidir sobre un fármaco tan potente y caro".

Otro gran reto es analizar los posibles efectos secundarios a largo plazo del empleo de estos fármacos, sobre todo porque "llevamos relativamente poco tiempo" con ellos. Finalmente, se ha referido a la necesidad de adecuar el gasto farmacéutico que supone este abordaje a la realidad actual, que implica "seleccionar muy bien a los pacientes y, cuando estén mejor, desintensificar la dosis para reducir el gasto".

En este sentido, ha recordado que las contraindicaciones absolutas se centran en aquellos pacientes que tienen una infección activa, un cáncer reciente y activo o que se ha curado hace poco tiempo. No obstante, el manejo también ha permitido reducir esa lista, ya que "algunas infecciones que antes considerábamos como contraindicación, como las hepatitis virales (sobre todo la C), no solamente no lo son, sino que además vemos que estos fármacos, principalmente los anti-TNF, mejoran a esos pacientes".

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