PUBLICADO EN 'THROMBOSIS RESEARCH'
El uso de glucocorticoides reduce el descenso de la antitrombina en cirugía cardíaca
JANO.es · 18 diciembre 2014 12:19
Investigadores valencianos demuestran que los pacientes operados del corazón tratados previamente con este fármaco, presentan una caída más moderada del anticoagulante.
Las intervenciones quirúrgicas realizadas sobre el corazón, como el bypass cardiopulmonar o el recambio de una válvula cardiaca dañada, producen un importante desequilibrio en el balance natural entre proteínas anticoagulantes y procoagulantes del cuerpo humano. La antitrombina, principal proteína anticoagulante, se reduce drásticamente en este tipo de operaciones, produciendo complicaciones en los pacientes intervenidos como resistencia a la heparina, riesgo de trombosis, infartos y prolongación del tiempo de hospitalización. La transfusión de plasma rico en antitrombina para evitar este desequilibrio no está exenta de los riesgos inherentes a todo tipo de transfusión. Ahora, un equipo de investigadores valencianos de la CEU-UCH, la UV, el Instituto de Biomedicina de Valencia-CSIC y el Hospital Universitario La Ribera han hallado una alternativa farmacológica a la administración de antitrombina, que favorecería la síntesis de esta proteína de forma natural en el cuerpo humano: el tratamiento con glucocorticoides.
Tal como explica la catedrática de Farmacología del Grado en Farmacia de la CEU-UCH, Lucrecia Moreno, miembro del equipo investigador autor del hallazgo, “el tratamiento previo con glucocorticoides en pacientes sometidos a un bypass cardiopulmonar frena el descenso de la antitrombina, lo que evita complicaciones tanto durante la cirugía como en las 48 horas de postoperatorio, entre ellas, tromboembolias, problemas neurológicos, hemorragias y, con ello, estancias más prolongadas en las unidades de cuidados críticos tras estas intervenciones”. Esta nueva estrategia terapéutica con glucocorticoides activa los mecanismos endógenos para la síntesis de esta proteína anticoagulante, aumentando sus niveles en sangre de forma eficaz, lo que podría llegar a evitar la administración de modo exógeno con trasfusiones de plasma rico en antitrombina.
Según estudios precedentes realizados por este mismo equipo investigador, la antitrombina desciende entre un 40 y 60 por ciento en las intervenciones quirúrgicas cardiacas que requieren circulación extracorpórea, a causa del contacto de la sangre con la superficie del circuito artificial, que eleva la cantidad de proteínas procoagulantes, como la trombina, y altera el delicado equilibrio entre unas proteínas y otras (procoagulantes y anticoagulantes). Este estudio previo fue publicado en la revista médica internacional Blood Coagulation and Fibrinolysis, con el título “Antithrombin activity and outcomes in patients undergoing cardiac surgery with cardiopulmonary bypass”.
Tratamiento antiinflamatorio previo
En el estudio actual, el equipo investigador ha demostrado, con pacientes voluntarios sanos, cómo la administración de una dosis única de glucocorticoides -fármaco empleado como antiinflamatorio en algunas operaciones- aumenta indirectamente los niveles en sangre de antitrombina. Por otro lado, la investigación compara pacientes sometidos a cirugía cardiaca que llevan un tratamiento crónico con glucocorticoides previo a la operación recetado por otros motivos (artritis, broncopatía), frente a pacientes que no llevaban esta medicación previa.
El estudio ha demostrado que los pacientes operados del corazón con tratamiento previo con corticoides, presentaron una caída más moderada de la antitrombina que los pacientes que no lo llevaron. Por tanto, los resultados globales demuestran que la administración previa de glucocorticoides puede ser una alternativa farmacológica eficaz para que se produzca la síntesis natural de la antitrombina.
Resistencia a la heparina
Según apunta la catedrática del Grado en Farmacia de la CEU-UCH Lucrecia Moreno, “el método empleado actualmente para mitigar el descenso de la antitrombina, consiste en suministrar plasma con alta concentración de antitrombina, procedimiento no exento de riesgos, como la sobrehidratación, daño pulmonar agudo, infecciones y/o reacciones inmunológicas de rechazo., sin obviar el coste sanitario que supone esta acción.
Otra de las complicaciones relacionadas con el bajo nivel de antitrombina en el plasma durante las cirugías del corazón es la denominada resistencia a la heparina, que se administra en este tipo de intervenciones: entre el 10 y el 30 por ciento de los casos tienen una baja respuesta a este anticoagulante. “Una alternativa para evitar tanto el descenso de la antitrombina, como la resistencia a la heparina, podría consistir en activar los mecanismos endógenos naturales del cuerpo humano para sintetizar esta proteína. Y es aquí donde entran en escena los corticoides”, indica Lucrecia Moreno, catedrática de la CEU-UCH, coautora del estudio.
Tal como explica la catedrática de Farmacología del Grado en Farmacia de la CEU-UCH, Lucrecia Moreno, miembro del equipo investigador autor del hallazgo, “el tratamiento previo con glucocorticoides en pacientes sometidos a un bypass cardiopulmonar frena el descenso de la antitrombina, lo que evita complicaciones tanto durante la cirugía como en las 48 horas de postoperatorio, entre ellas, tromboembolias, problemas neurológicos, hemorragias y, con ello, estancias más prolongadas en las unidades de cuidados críticos tras estas intervenciones”. Esta nueva estrategia terapéutica con glucocorticoides activa los mecanismos endógenos para la síntesis de esta proteína anticoagulante, aumentando sus niveles en sangre de forma eficaz, lo que podría llegar a evitar la administración de modo exógeno con trasfusiones de plasma rico en antitrombina.
Según estudios precedentes realizados por este mismo equipo investigador, la antitrombina desciende entre un 40 y 60 por ciento en las intervenciones quirúrgicas cardiacas que requieren circulación extracorpórea, a causa del contacto de la sangre con la superficie del circuito artificial, que eleva la cantidad de proteínas procoagulantes, como la trombina, y altera el delicado equilibrio entre unas proteínas y otras (procoagulantes y anticoagulantes). Este estudio previo fue publicado en la revista médica internacional Blood Coagulation and Fibrinolysis, con el título “Antithrombin activity and outcomes in patients undergoing cardiac surgery with cardiopulmonary bypass”.
Tratamiento antiinflamatorio previo
En el estudio actual, el equipo investigador ha demostrado, con pacientes voluntarios sanos, cómo la administración de una dosis única de glucocorticoides -fármaco empleado como antiinflamatorio en algunas operaciones- aumenta indirectamente los niveles en sangre de antitrombina. Por otro lado, la investigación compara pacientes sometidos a cirugía cardiaca que llevan un tratamiento crónico con glucocorticoides previo a la operación recetado por otros motivos (artritis, broncopatía), frente a pacientes que no llevaban esta medicación previa.
El estudio ha demostrado que los pacientes operados del corazón con tratamiento previo con corticoides, presentaron una caída más moderada de la antitrombina que los pacientes que no lo llevaron. Por tanto, los resultados globales demuestran que la administración previa de glucocorticoides puede ser una alternativa farmacológica eficaz para que se produzca la síntesis natural de la antitrombina.
Resistencia a la heparina
Según apunta la catedrática del Grado en Farmacia de la CEU-UCH Lucrecia Moreno, “el método empleado actualmente para mitigar el descenso de la antitrombina, consiste en suministrar plasma con alta concentración de antitrombina, procedimiento no exento de riesgos, como la sobrehidratación, daño pulmonar agudo, infecciones y/o reacciones inmunológicas de rechazo., sin obviar el coste sanitario que supone esta acción.
Otra de las complicaciones relacionadas con el bajo nivel de antitrombina en el plasma durante las cirugías del corazón es la denominada resistencia a la heparina, que se administra en este tipo de intervenciones: entre el 10 y el 30 por ciento de los casos tienen una baja respuesta a este anticoagulante. “Una alternativa para evitar tanto el descenso de la antitrombina, como la resistencia a la heparina, podría consistir en activar los mecanismos endógenos naturales del cuerpo humano para sintetizar esta proteína. Y es aquí donde entran en escena los corticoides”, indica Lucrecia Moreno, catedrática de la CEU-UCH, coautora del estudio.
Equipo investigador
Con respecto a las futuras líneas de investigación tras este hallazgo, el profesor del Grado en Medicina de la CEU-UCH Vicente Muedra, investigador principal del proyecto, señala: “Estos resultados preliminares, con los que hemos confirmado in vivo el efecto de los glucocorticoides como potenciadores eficaces de la antitrombina observado in vitro, son muy esperanzadores. Sería deseable poder ampliar nuestro estudio con una muestra mayor de pacientes para confirmar el potencial efecto protector del tratamiento con glucocorticoides frente a las complicaciones quirúrgicas de las cirugías cardiacas y su postoperatorio”.
El equipo autor del estudio ha estado integrado por Domingo Barettino, Susana Masiá y Paloma Pérez, del Instituto de Biomedicina de Valencia-CSIC; Fermí Montó y Pilar d’Ocon, de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Valencia; Vicente Muedra, del Hospital Universitario La Ribera y profesor del Grado en Medicina de la Universidad CEU Cardenal Herrera; y Lucrecia Moreno, catedrática de Farmacología del Grado en Farmacia de esta misma Universidad e investigadora del Instituto de Ciencias Biomédicas de esta institución. El trabajo ha sido financiado por el Instituto de Salud Carlos III [PI11/02326] y co-financiado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).
Con respecto a las futuras líneas de investigación tras este hallazgo, el profesor del Grado en Medicina de la CEU-UCH Vicente Muedra, investigador principal del proyecto, señala: “Estos resultados preliminares, con los que hemos confirmado in vivo el efecto de los glucocorticoides como potenciadores eficaces de la antitrombina observado in vitro, son muy esperanzadores. Sería deseable poder ampliar nuestro estudio con una muestra mayor de pacientes para confirmar el potencial efecto protector del tratamiento con glucocorticoides frente a las complicaciones quirúrgicas de las cirugías cardiacas y su postoperatorio”.
El equipo autor del estudio ha estado integrado por Domingo Barettino, Susana Masiá y Paloma Pérez, del Instituto de Biomedicina de Valencia-CSIC; Fermí Montó y Pilar d’Ocon, de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Valencia; Vicente Muedra, del Hospital Universitario La Ribera y profesor del Grado en Medicina de la Universidad CEU Cardenal Herrera; y Lucrecia Moreno, catedrática de Farmacología del Grado en Farmacia de esta misma Universidad e investigadora del Instituto de Ciencias Biomédicas de esta institución. El trabajo ha sido financiado por el Instituto de Salud Carlos III [PI11/02326] y co-financiado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).
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