PROGESTERONA, HORMONA QUE REGULA EL CRECIMIENTO DE TUMORES CEREBRALES
Un grupo de investigadores de la Facultad de Química (FQ) de la UNAM, encabezado por Ignacio Camacho Arroyo, ha encontrado que la hormona sexual progesterona promueve el crecimiento de tumores cerebrales denominados astrocitomas, los más frecuentes y agresivos en el ser humano.
Desde hace más de una década, el doctor en investigación biomédica básica trabaja en el estudio del papel de las hormonas sexuales en el crecimiento de los astrocitomas, que en su grado más avanzado se conocen como glioblastomas; sus resultados le valieron el tercer sitio del Premio Canifarma 2014 en la categoría de Investigación Básica, que otorga la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica.
“Hasta el momento no existe tratamiento o alternativa terapéutica eficaz que permita alargar o mejorar la calidad de vida de los afectados. Desafortunadamente, si un paciente con astrocitoma de alto grado (glioblastoma) acude a un servicio de neurología, le queda en promedio un año de vida”, refirió.
La progesterona regula la proliferación e invasión de células tumorales a través de la interacción con su receptor intracelular (RP), cuya fosforilación modifica su actividad transcripcional e incita su degradación, explicó.
A lo largo de la investigación “hemos determinado que la progesterona induce el crecimiento de los astrocitomas a través del RP. Se han identificado diferentes modificaciones que pueden tener el RP, en particular, un fenómeno que se llama fosforilación, donde se agregan grupos fosfato a la proteína, lo que modifica su actividad; esa variación trae como consecuencia cambios en el crecimiento y en la invasión de los tumores, remarcó.
El científico resaltó que en esas modificaciones participa la proteína cinasa C, que puede agregar grupos fosfato al RP, actividad relacionada con el crecimiento tumoral. “Entonces, si de alguna manera podemos evitar esos cambios en la proteína, sería factible tener una alternativa para tratar de inhibir el crecimiento de los tumores”.
El grupo de investigación ha realizado experimentos in vitro, e in vivo en roedores y en biopsias de tumores de pacientes mexicanos. “A mediano y largo plazo buscaremos llevar nuestros hallazgos a la clínica y empezar a tratar pacientes con fármacos que bloqueen el funcionamiento del RP y de la proteína cinasa C”.
Los astrocitomas constituyen la primera causa de muerte por tumor cerebral; para ellos no existe cura y tampoco son prevenibles. “Lo que pretendemos es resolver el problema una vez instalada la enfermedad, brindar tratamiento basado en el uso de bloqueadores del RP y de las proteínas cinasas C para detener el crecimiento”.
Aparte de la información y conocimiento básico generado en esta investigación “buscamos resolver un problema de salud; nos interesa obtener una alternativa para detener la progresión de los tumores cerebrales y así aumentar el tiempo y calidad de vida de los afectados”, reiteró.
Actualmente, los universitarios trabajan en un modelo animal en roedores con resultados alentadores. “Al bloquear el funcionamiento del RP disminuimos el desarrollo tumoral y la metástasis dentro del propio Sistema Nervioso Central en la rata. Pensamos que el uso de algunos fármacos que inhiban la fosforilación del RP podrían contribuir a obtener un mejor efecto y esto repercutir en una disminución del crecimiento”.
A lo largo de más de 14 años de este proyecto, han participado estudiantes de servicio social y se ha titulado un número considerable de alumnos de licenciatura, maestría y doctorado. Incluso, muchos de ellos se desarrollan como investigadores independientes en el Instituto de Investigaciones Biomédicas de esta casa de estudios, así como en los institutos nacionales de Neurología y Neurocirugía, y de Psiquiatría, entre otros.
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