El jogging ligero, más eficaz que el moderado o el rápido en la prevención de la mortalidad
La evaluación de ritmo, cantidad y frecuencia del ejercicio revela una relación en forma de U con la longevidad.
Las personas físicamente activas tienen un riesgo un 30% menor de muerte por cualquier causa que las inactivas. Sin embargo, hasta ahora no existían estudios acerca de cuál es la dosis óptima de ejercicio para incrementar la longevidad. Como parte del Copenhagen CityHeart Study, científicos de varios centros de investigación daneses han seguido de manera prospectiva a más de 1,000 individuos que practican jogging y casi 4,000 personas sanas sedentarias.
El análisis de la frecuencia y ritmo de esta actividad deportiva demostró que el mayor beneficio en términos de longevidad se da en los que la practican hasta 3 veces por semana, un tiempo total de entre 1 y 2,4 horas y a baja velocidad. Más allá de estos valores, las desventajas superan el beneficio, como muestran las tasas de mortalidad en los corredores moderados o rápidos. Los ritmos ligeros y moderados se asociaron a una reducción del 88 y del 44%, respectivamente, mientras que la mortalidad en los que practican un ritmo rápido no fue significativamente diferente de la de los sedentarios.
El entrenamiento entre 2,5 y 4 horas semanales o una frecuencia superior a las 3 veces semanales tampoco reportó beneficio en comparación con este grupo. Los resultados permanecieron consistentes tras ajustar por edad, sexo, consumo de alcohol o de tabaco, nivel educativo o presencia de diabetes.
Este estudio pone de manifiesto una inesperada ventaja del ejercicio; a saber, que su principal beneficio puede ser obtenido sin necesidad de practicarlo con elevada frecuencia o intensidad. Los autores del análisis creen que esto puede incentivar la práctica del deporte en todos los segmentos de la población.
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