PUBLICADO EN 'JOURNAL OF HEPATOLOGY'
La actividad física mejora el pronóstico de pacientes con hígado graso no alcohólico
JANO.es · 08 abril 2015 11:45
Un estudio muestra que el ejercicio aeróbico disminuye la grasa del hígado entre el 18 y el 29%.
Un estudio publicado en Journal of Hepatology ha demostrado que el ejercicio, independientemente de la frecuencia o la intensidad, aporta beneficios a los adultos obesos y con sobrepeso con hígado graso no alcohólico (HGNA), la causa más común de enfermedad hepática crónica en el mundo occidental.
HGNA es la manifestación hepática del síndrome metabólico y se asocia comúnmente con la obesidad y la diabetes. No existen tratamientos farmacológicos aprobados para esta enfermedad, pero se ha visto que las intervenciones en el estilo de vida, como la dieta, el ejercicio y la pérdida de peso resultante, conllevan una mejoría. En particular, estas acciones pueden mejorar algunas características de la esteatohepatitis no alcohólica, la forma progresiva de HGNA.
La pérdida de peso es la estrategia comúnmente recomendada para todos los pacientes obesos y con sobrepeso con hígado graso no alcohólico. Los regímenes de ejercicios basados en el entrenamiento aeróbico y de resistencia reducen la grasa del hígado, así como la grasa visceral, pero no se ha evaluado sistemáticamente la cantidad exacta y la intensidad del ejercicio aeróbico necesaria para revertir o mejorar el hígado graso no alcohólico.
Los autores del estudio examinaron el efecto de diferentes regímenes de ejercicios aeróbicos en la mejora de la grasa del hígado y visceral en personas con sobrepeso y obesas que tenían estilos de vida sedentarios.
En un ensayo clínico aleatorio controlado con placebo, se asignó al azar a 48 participantes en cuatro grupos iguales de 12 personas: ejercicio aeróbico de alto volumen de baja a moderada intensidad (LO: HI, por sus siglas en inglés); ejercicio aeróbico de bajo volumen de alta intensidad (HI: LO); ejercicio aeróbico de bajo volumen de intensidad baja a moderada (LO: LO); y placebo (PLA) durante ocho semanas. Se analizó el cambio de grasa en el hígado mediante espectroscopia de resonancia magnética (MRS, por sus siglas en inglés).
Los tres grupos, independientemente del régimen de ejercicio, mostraron una mejora en la grasa del hígado de alrededor de entre el 18 y el 29% en comparación con el grupo placebo en el que la grasa del hígado aumentó en un promedio de un 14%. La mejoría fue independiente de la pérdida de peso de los participantes de los grupos.
No hubo diferencias significativas entre los diversos regímenes de ejercicios aeróbicos en la reducción de grasa en el hígado durante un periodo de ocho semanas. Sin embargo, los investigadores realizaron análisis exploratorios adicionales y señalan que hubo una tendencia hacia una mayor reducción en la grasa en el hígado y la grasa visceral en los dos grupos que utilizaron ejercicio de alta intensidad con bajo volumen (HI: LO) o actividad física de baja intensidad con alto volumen (LO: HI).
"Los resultados de nuestro estudio muestran que todas las dosis de ejercicio, independientemente de su volumen o intensidad, fueron eficaces en la reducción de la grasa en el hígado y la grasa visceral en una cantidad que fue clínicamente significativa, en adultos previamente inactivos, con sobrepeso u obesidad en comparación con el placebo. Estos cambios fueron observados sin pérdida de peso clínicamente significativa", explica el investigador principal, Nathan Johnson, profesor titular de la Universidad de Sidney, Australia.
"No se encontraron diferencias entre los regímenes de ejercicio en relación a estos beneficios", agrega Jacob George, profesor de Medicina Hepática de la Universidad de Sidney, Australia, y jefe del Departamento de Gastroenterología y Hepatología del Hospital Westmead y la Universidad de Sidney.
HGNA es la manifestación hepática del síndrome metabólico y se asocia comúnmente con la obesidad y la diabetes. No existen tratamientos farmacológicos aprobados para esta enfermedad, pero se ha visto que las intervenciones en el estilo de vida, como la dieta, el ejercicio y la pérdida de peso resultante, conllevan una mejoría. En particular, estas acciones pueden mejorar algunas características de la esteatohepatitis no alcohólica, la forma progresiva de HGNA.
La pérdida de peso es la estrategia comúnmente recomendada para todos los pacientes obesos y con sobrepeso con hígado graso no alcohólico. Los regímenes de ejercicios basados en el entrenamiento aeróbico y de resistencia reducen la grasa del hígado, así como la grasa visceral, pero no se ha evaluado sistemáticamente la cantidad exacta y la intensidad del ejercicio aeróbico necesaria para revertir o mejorar el hígado graso no alcohólico.
Los autores del estudio examinaron el efecto de diferentes regímenes de ejercicios aeróbicos en la mejora de la grasa del hígado y visceral en personas con sobrepeso y obesas que tenían estilos de vida sedentarios.
En un ensayo clínico aleatorio controlado con placebo, se asignó al azar a 48 participantes en cuatro grupos iguales de 12 personas: ejercicio aeróbico de alto volumen de baja a moderada intensidad (LO: HI, por sus siglas en inglés); ejercicio aeróbico de bajo volumen de alta intensidad (HI: LO); ejercicio aeróbico de bajo volumen de intensidad baja a moderada (LO: LO); y placebo (PLA) durante ocho semanas. Se analizó el cambio de grasa en el hígado mediante espectroscopia de resonancia magnética (MRS, por sus siglas en inglés).
Los tres grupos, independientemente del régimen de ejercicio, mostraron una mejora en la grasa del hígado de alrededor de entre el 18 y el 29% en comparación con el grupo placebo en el que la grasa del hígado aumentó en un promedio de un 14%. La mejoría fue independiente de la pérdida de peso de los participantes de los grupos.
No hubo diferencias significativas entre los diversos regímenes de ejercicios aeróbicos en la reducción de grasa en el hígado durante un periodo de ocho semanas. Sin embargo, los investigadores realizaron análisis exploratorios adicionales y señalan que hubo una tendencia hacia una mayor reducción en la grasa en el hígado y la grasa visceral en los dos grupos que utilizaron ejercicio de alta intensidad con bajo volumen (HI: LO) o actividad física de baja intensidad con alto volumen (LO: HI).
"Los resultados de nuestro estudio muestran que todas las dosis de ejercicio, independientemente de su volumen o intensidad, fueron eficaces en la reducción de la grasa en el hígado y la grasa visceral en una cantidad que fue clínicamente significativa, en adultos previamente inactivos, con sobrepeso u obesidad en comparación con el placebo. Estos cambios fueron observados sin pérdida de peso clínicamente significativa", explica el investigador principal, Nathan Johnson, profesor titular de la Universidad de Sidney, Australia.
"No se encontraron diferencias entre los regímenes de ejercicio en relación a estos beneficios", agrega Jacob George, profesor de Medicina Hepática de la Universidad de Sidney, Australia, y jefe del Departamento de Gastroenterología y Hepatología del Hospital Westmead y la Universidad de Sidney.
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