PARTICULARMENTE ADECUADA PARA PACIENTES ATLÉTICOS ACTIVOS
Una técnica quirúrgica pionera en España repara el ligamento cruzado usando el propio tejido
JANO.es · 23 abril 2015 11:39
Un equipo de cirujanos ortopédicos de la Clínica Universidad de Navarra aplica con éxito una cirugía sin injertos, ideada en Suiza, de amplia efectividad y ventajas terapéuticas respecto al procedimiento convencional.
Especialistas de la Clínica Universidad de Navarra realizan por primera vez en España la reparación del ligamento cruzado utilizando para ello el propio ligamento lesionado. Hasta el momento, el tratamiento convencional en los casos quirúrgicos sustituye el ligamento cruzado anterior (LCA) desgarrado por un injerto de tejido del propio paciente (como el tendón rotuliano o los tendones de la pata de ganso), u otros obtenidos de donantes (aloinjertos).
La nueva técnica, desarrollada por un equipo de cirujanos suizos especializados en lesiones deportivas, es particularmente adecuada para el tratamiento de pacientes atléticos activos y trabajadores cuya actividad requiere un alto grado de estabilidad y propiocepción (sensación profunda obtenida por los receptores del sistema osteoarticular y muscular). El procedimiento consiste en conservar el propio ligamento cruzado suturándolo.
Hay que tener en cuenta que el ligamento cruzado anterior es fundamental en el control y estabilización de la rodilla. Las lesiones del ligamento cruzado anterior tienen una alta prevalencia, alrededor de 3 pacientes por cada 10.000 habitantes y año, en la población general. Este índice crece significativamente en colectivos dedicados a la práctica de deportes de contacto y/o los que exigen pivotar sobre la rodilla, como por ejemplo, fútbol, baloncesto y esquí. Según un estudio realizado en España en población deportista, se calcula que se realizaron cirugías de reparación de dicho ligamento en 4 personas de cada 1.000 al año.
Hasta el momento, sólo se ha empleado esta técnica en algunos hospitales de Suiza y de Alemania y ahora comienza en España con su aplicación por los especialistas de la Clínica Universidad de Navarra.
La técnica se presenta estos días en el Congreso internacional de Rodilla y Artroscopia en el que participan 1.200 especialistas y que se celebra en Madrid desde el 22 hasta el 24 de abril. Durante la reunión científica, la nueva técnica de reparación del ligamento cruzado anterior será explicada por el “padre” del procedimiento, el doctor Stefan Eggli.
Testimonio de paciente intervenido
Pamplonés de 29 años, para Daniel Aróstegui el fútbol ha sido siempre su deporte preferido. De hecho, su primera lesión de rodilla la sufrió hace 11 años durante un partido de balompié. En aquella ocasión se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda. Hace seis meses se repitió la situación, aunque esta vez la rodilla afectada fue la derecha.
Para tratarle el ligamento cruzado anterior lesionado tuvieron que realizarle una cirugía en cada ocasión. Las técnicas quirúrgicas empleadas en ambos casos fueron distintas. En la primera, le intervinieron según el procedimiento convencional. Hace 6 meses, en la segunda cirugía, realizada en esta ocasión en la Clínica Universidad de Navarra, los cirujanos emplearon la nueva técnica de sutura del propio ligamento.
Según explica el paciente, “la mayor diferencia que he notado ha sido sobre todo en la recuperación. Tras la primera cirugía tuve bastantes problemas: infección, rechazo y durante un año y medio estuve sin poder jugar a futbol”. En esta segunda ocasión, con el nuevo procedimiento, Daniel asegura que “en cuatro meses ya estaba en el gimnasio, en la bicicleta y corriendo. Además, al ser la recuperación tan rápida, los músculos no se atrofian. No es lo mismo que si después de una inactividad de meses, llegas a la rehabilitación sin musculación”.
Ventajas del dispositivo
La restauración del propio ligamento cruzado anterior ofrece importantes ventajas respecto a las técnicas convencionales. Entre ellas destaca la estabilización mecánica de la rodilla de forma inmediata, “permitiendo una rehabilitación más temprana, promoviendo la autocuración de la rotura y restaurando la sensibilidad profunda o propiocepción”, destaca el doctor Andrés Valentí, especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología de la Clínica Universidad de Navarra, formado en Suiza en esta técnica pionera.
Además, subraya, “no se requiere tomar tendones o injertos del propio paciente a diferencia de la cirugía convencional. Esta circunstancia incide tanto en la reducción de la extensión de la cirugía, como en un mejor control del dolor postoperatorio y en la inexistencia de debilitamiento de los músculos tomados como injerto”.
Este conjunto de ventajas, proporciona una mayor satisfacción del paciente “ya que, subjetivamente, los pacientes se muestran más satisfechos con el resultado de la cirugía”, alega. Se añaden unos costos socio-económicos menores, pues “la discapacidad laboral después de la sutura ligamentosa dura de media menos tiempo que tras la reconstrucción clásica”.
Los pacientes que se someten a cirugía de LCA son por lo general personas jóvenes y con alta demanda laboral o deportiva. En ocasiones vuelven a presentar nuevas lesiones del mismo ligamento intervenido. El nuevo procedimiento permitiría una cirugía de revisión con nuevos tendones propios no utilizados en la primera cirugía.
La nueva técnica, desarrollada por un equipo de cirujanos suizos especializados en lesiones deportivas, es particularmente adecuada para el tratamiento de pacientes atléticos activos y trabajadores cuya actividad requiere un alto grado de estabilidad y propiocepción (sensación profunda obtenida por los receptores del sistema osteoarticular y muscular). El procedimiento consiste en conservar el propio ligamento cruzado suturándolo.
Hay que tener en cuenta que el ligamento cruzado anterior es fundamental en el control y estabilización de la rodilla. Las lesiones del ligamento cruzado anterior tienen una alta prevalencia, alrededor de 3 pacientes por cada 10.000 habitantes y año, en la población general. Este índice crece significativamente en colectivos dedicados a la práctica de deportes de contacto y/o los que exigen pivotar sobre la rodilla, como por ejemplo, fútbol, baloncesto y esquí. Según un estudio realizado en España en población deportista, se calcula que se realizaron cirugías de reparación de dicho ligamento en 4 personas de cada 1.000 al año.
Hasta el momento, sólo se ha empleado esta técnica en algunos hospitales de Suiza y de Alemania y ahora comienza en España con su aplicación por los especialistas de la Clínica Universidad de Navarra.
La técnica se presenta estos días en el Congreso internacional de Rodilla y Artroscopia en el que participan 1.200 especialistas y que se celebra en Madrid desde el 22 hasta el 24 de abril. Durante la reunión científica, la nueva técnica de reparación del ligamento cruzado anterior será explicada por el “padre” del procedimiento, el doctor Stefan Eggli.
Testimonio de paciente intervenido
Pamplonés de 29 años, para Daniel Aróstegui el fútbol ha sido siempre su deporte preferido. De hecho, su primera lesión de rodilla la sufrió hace 11 años durante un partido de balompié. En aquella ocasión se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda. Hace seis meses se repitió la situación, aunque esta vez la rodilla afectada fue la derecha.
Para tratarle el ligamento cruzado anterior lesionado tuvieron que realizarle una cirugía en cada ocasión. Las técnicas quirúrgicas empleadas en ambos casos fueron distintas. En la primera, le intervinieron según el procedimiento convencional. Hace 6 meses, en la segunda cirugía, realizada en esta ocasión en la Clínica Universidad de Navarra, los cirujanos emplearon la nueva técnica de sutura del propio ligamento.
Según explica el paciente, “la mayor diferencia que he notado ha sido sobre todo en la recuperación. Tras la primera cirugía tuve bastantes problemas: infección, rechazo y durante un año y medio estuve sin poder jugar a futbol”. En esta segunda ocasión, con el nuevo procedimiento, Daniel asegura que “en cuatro meses ya estaba en el gimnasio, en la bicicleta y corriendo. Además, al ser la recuperación tan rápida, los músculos no se atrofian. No es lo mismo que si después de una inactividad de meses, llegas a la rehabilitación sin musculación”.
Ventajas del dispositivo
La restauración del propio ligamento cruzado anterior ofrece importantes ventajas respecto a las técnicas convencionales. Entre ellas destaca la estabilización mecánica de la rodilla de forma inmediata, “permitiendo una rehabilitación más temprana, promoviendo la autocuración de la rotura y restaurando la sensibilidad profunda o propiocepción”, destaca el doctor Andrés Valentí, especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología de la Clínica Universidad de Navarra, formado en Suiza en esta técnica pionera.
Además, subraya, “no se requiere tomar tendones o injertos del propio paciente a diferencia de la cirugía convencional. Esta circunstancia incide tanto en la reducción de la extensión de la cirugía, como en un mejor control del dolor postoperatorio y en la inexistencia de debilitamiento de los músculos tomados como injerto”.
Este conjunto de ventajas, proporciona una mayor satisfacción del paciente “ya que, subjetivamente, los pacientes se muestran más satisfechos con el resultado de la cirugía”, alega. Se añaden unos costos socio-económicos menores, pues “la discapacidad laboral después de la sutura ligamentosa dura de media menos tiempo que tras la reconstrucción clásica”.
Los pacientes que se someten a cirugía de LCA son por lo general personas jóvenes y con alta demanda laboral o deportiva. En ocasiones vuelven a presentar nuevas lesiones del mismo ligamento intervenido. El nuevo procedimiento permitiría una cirugía de revisión con nuevos tendones propios no utilizados en la primera cirugía.
Potencial de curación del propio ligamento
Según indica el doctor Andrés Valentí, especialista del Departamento de Cirugía Ortopédica y Traumatología de la Clínica Universidad de Navarra “el tratamiento se basa en el potencial de curación del propio ligamento cruzado unido a la colocación de un implante que proporciona las condiciones óptimas de estabilidad para la curación biológica de la rotura del ligamento”.
Para facilitar la autociatrización del ligamento roto, los muñones (extremos de la lesión) del ligamento cruzado son aproximados mediante suturas. Además, la regeneración del ligamento es promovida por un procedimiento de microfracturas, “que posibilita que las células madre del hueso cercano se acerquen para acelerar el proceso de curación del ligamento cruzado”, describe el cirujano ortopédico.
En el proceso de curación, se regenera no sólo el tejido de soporte del ligamento sino también las fibras nerviosas sensoriales alteradas por el trauma, restaurándose así la inervación del ligamento. Este aspecto ofrece a los pacientes la oportunidad de recuperar la propiocepción (sensibilidad profunda) original del ligamento cruzado anterior y por tanto de la rodilla, “un potencial curativo que ningún otro método de tratamiento actual puede ofrecer”, subraya el doctor Valentí.
Según indica el doctor Andrés Valentí, especialista del Departamento de Cirugía Ortopédica y Traumatología de la Clínica Universidad de Navarra “el tratamiento se basa en el potencial de curación del propio ligamento cruzado unido a la colocación de un implante que proporciona las condiciones óptimas de estabilidad para la curación biológica de la rotura del ligamento”.
Para facilitar la autociatrización del ligamento roto, los muñones (extremos de la lesión) del ligamento cruzado son aproximados mediante suturas. Además, la regeneración del ligamento es promovida por un procedimiento de microfracturas, “que posibilita que las células madre del hueso cercano se acerquen para acelerar el proceso de curación del ligamento cruzado”, describe el cirujano ortopédico.
En el proceso de curación, se regenera no sólo el tejido de soporte del ligamento sino también las fibras nerviosas sensoriales alteradas por el trauma, restaurándose así la inervación del ligamento. Este aspecto ofrece a los pacientes la oportunidad de recuperar la propiocepción (sensibilidad profunda) original del ligamento cruzado anterior y por tanto de la rodilla, “un potencial curativo que ningún otro método de tratamiento actual puede ofrecer”, subraya el doctor Valentí.
Tres semanas de la lesión, plazo máximo
Una condición previa para poder aplicar esta nueva técnica reside en que el ligamento cruzado anterior dañado conserve “la vitalidad y capacidad suficiente” para repararse. Esta circunstancia tiene más posibilidades de que ocurra durante las primeras semanas inmediatamente posteriores a la lesión del ligamento, por lo que se recomienda que la nueva técnica quirúrgica se aplique dentro de las primeras tres semanas desde el evento traumático.
Por tanto, informa el especialista, “en principio, las roturas crónicas no son susceptibles de esta técnica quirúrgica. No obstante, este plazo de tiempo que se considera adecuado para la cirugía está siendo intensamente investigado y es posible que en el futuro se consiga la reparación del ligamento en lesiones de más de tres semanas. Si bien, no todas las roturas agudas son susceptibles de esta técnica. Depende de que el remanente ligamentoso sea suficientemente fuerte para realizar la sutura”.
Una condición previa para poder aplicar esta nueva técnica reside en que el ligamento cruzado anterior dañado conserve “la vitalidad y capacidad suficiente” para repararse. Esta circunstancia tiene más posibilidades de que ocurra durante las primeras semanas inmediatamente posteriores a la lesión del ligamento, por lo que se recomienda que la nueva técnica quirúrgica se aplique dentro de las primeras tres semanas desde el evento traumático.
Por tanto, informa el especialista, “en principio, las roturas crónicas no son susceptibles de esta técnica quirúrgica. No obstante, este plazo de tiempo que se considera adecuado para la cirugía está siendo intensamente investigado y es posible que en el futuro se consiga la reparación del ligamento en lesiones de más de tres semanas. Si bien, no todas las roturas agudas son susceptibles de esta técnica. Depende de que el remanente ligamentoso sea suficientemente fuerte para realizar la sutura”.
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