Una terapia para retrasar el envejecimiento combate la anemia aplásica
Es un trabajo del Grupo de Telómeros y Telomerasa del CNIO que se publica en “Blood”.
La anemia aplásica es una enfermedad rara de la sangre, potencialmente mortal, en la que lamédula ósea es incapaz de generar células sanguíneas al ritmo adecuado. Muchas formas deanemia aplásica comparten un importante vínculo con el proceso de envejecimiento: el acortamiento de los telómeros, las estructuras que protegen los extremos de los cromosomas. Hace cuatro años, un grupo del CNIO creó una novedosa terapia contra el envejecimiento basada en reparar los telómeros. Ahora, los mismos investigadores demuestran que esa terapia puede ser efectiva contra las clases de anemia aplásica provocadas por telómeroscortos. Es una estrategia del todo nueva en anemia aplásica.
El tratamiento se basa en hacer que las células de la médula ósea expresen la enzimatelomerasa, responsable de reparar los telómeros. Para ello los investigadores recurren a la terapia génica: utilizando un virus como taxi, introducen el gen de la telomerasa en las células de la médula ósea, que pueden así reparar los telómeros y seguir generando células sanguíneas.
“Aportamos una prueba de concepto de que el tratamiento con telomerasa (…) tiene un efecto terapéutico en la anemia aplásica provocada por telómeros cortos”, escriben los autores en una publicación en la revista Blood entre los que están Christian Bär como primer autor y JuanManuel Povedano. El trabajo ha sido dirigido por Maria A. Blasco en el CNIO y han colaborado la Universidad Autónoma de Barcelona y Hoffmann-LaRoche (Basilea).
La anemia aplásica puede deberse a mutaciones heredadas en —que se sepa por ahora— unos treinta genes, varios de ellos implicados en el mantenimiento de los telómeros. La anemia aplásica también puede adquirirse por mecanismos aún no claramente establecidos —desde la exposición a determinadas toxinas hasta infecciones víricas—. Un rasgo frecuente en la anemia aplásica, independientemente de si es heredada o adquirida, es la presencia de telómeros cortos.
En 2012 el Grupo de Telómeros y Telomerasa del CNIO, dirigido por Maria A. Blasco, ideó una estrategia para reparar los telómeros. El acortamiento de los telómeros es un proceso que ocurre de forma natural en el organismo cada vez que las células se dividen: durante la división celular, el ADN, empaquetado formando los cromosomas, debe duplicarse, pero el propio diseño de la maquinaria de copia impide replicar completamente el final de los cromosomas. Los telómeros, por tanto, se acortan un poco con cada división celular. Como norma general, a mayor edad, más cortos los telómeros.
La telomerasa, la enzima que repara los telómeros, solo está activa durante el embarazo; es decir, en el organismo adulto las células sanas no expresan telomerasa. Con una excepción: las células madre presentes en los tejidos —en la médula ósea, en el caso de la sangre—. Las células madre, que tienen que dividirse a menudo para regenerar los tejidos con nuevas células, sí pueden producir telomerasa, pero no tanta como para contrarrestar el acortamiento telomérico que se acumula con el envejecimiento: con el tiempo los tejidos tienen menos células de refresco y pierden capacidad regenerativa.
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