67 MILLONES DE AFECTADOS EN EL MUNDO
Nuevas técnicas diagnostican el glaucoma en fase inicial
La detección precoz y el tratamiento adecuado son las únicas armas con las que se cuenta actualmente para combatir el glaucoma, según un encuentro organizado en el Instituto de Microcirugía Ocular de Barcelona.
Miguel Ramudo. Barcelona | 21/11/2016 12:50
Elena Arrondo, Instituto de Microcirugía Ocular (IMO) en Barcelona. (Jaume Cosialls)
Una de las principales causas de ceguera a nivel mundial es el glaucoma. Afecta a entre el 1 y el 2 por ciento de la población, pero su prevalencia aumenta con el envejecimiento, alcanzando a partir de los 60 años cifras mucho más altas. Es una enfermedad para la que, a día de hoy, no existen tratamientos preventivos y la pérdida de visión que produce es irreversible. Una detección precoz y un tratamiento adecuado son las únicas armas con las que se cuenta para combatirla, según los expertos que se han reunido en el II encuentro internacional Tendencias en Glaucoma, organizado por el Instituto de Microcirugía Ocular (IMO) en Barcelona, donde se han presentado las novedades más destacadas en este campo.
Elena Arrondo, del comité organizador, junto con Laia Pascual y Silvia Freixes, considera que "el glaucoma es una patología tan frecuente que despierta mucho interés. Hemos conseguido reunir a ponentes de un gran nivel y mejorado las cifras del congreso de hace dos años. En esta edición hemos contado con 280 participantes de varios países que han venido para conocer las últimas tendencias en el tratamiento del glaucoma".
Mejor conocimiento
La mejora en la tecnología experimentada en los últimos diez años ha permitido que cada vez la detección del glaucoma pueda hacerse en fases más iniciales. Técnicas como la tomografía de coherencia óptica (OCT), que permite medir el daño que se produce en los pacientes con glaucoma en las fibras de la retina han sufrido una revolución recientemente. Los últimos modelos han mejorado significativamente tanto la calidad y la resolución de las imágenes como la profundidad a la que son capaces de realizar las mediciones . "Se trata de un avance para conocer mejor la enfermedad. Saber dónde se produce el daño y quizás en un futuro no muy lejano conocer algo más sobre qué lo causa, porque se desconoce", señala Arrondo.
La mejora en la tecnología experimentada en los últimos diez años ha permitido que cada vez la detección del glaucoma pueda hacerse en fases más iniciales. Técnicas como la tomografía de coherencia óptica (OCT), que permite medir el daño que se produce en los pacientes con glaucoma en las fibras de la retina han sufrido una revolución recientemente. Los últimos modelos han mejorado significativamente tanto la calidad y la resolución de las imágenes como la profundidad a la que son capaces de realizar las mediciones . "Se trata de un avance para conocer mejor la enfermedad. Saber dónde se produce el daño y quizás en un futuro no muy lejano conocer algo más sobre qué lo causa, porque se desconoce", señala Arrondo.
Además de las mejoras en herramientas como la OCT, en el congreso también se presentaron algunas novedades, como unas lentes de contacto que llevan un sensor capaz de detectar las variaciones que se producen en el globo ocular con respecto a una presión inicial. Durante 24 horas el paciente lleva una lentilla que puede registrar, en caso de producirse, esas variaciones en la presión y de este modo detectar si existen momentos en los que la presión ocular es más elevada, lo que justificaría el empeoramiento de algunos pacientes.
Nuevas opcionesSe han desarrollado nuevos fármacos sin conservantes, cuya toxicidad es menor y no dañan tanto la superficie ocular. También nuevos fármacos combinados que permiten simplificar el tratamiento y mejorar el cumplimiento por parte del paciente. "En la cirugía ha habido un boomen los últimos diez años de nuevos implantes (técnicas MIGS) que podrían ser una alternativa quirúrgica mínimamente invasiva y con menos complicaciones a la cirugía clásica de glaucoma, especialmente a la trabeculectomía, y que nos ofrecen un gran abanico de posibilidades en estadios precoces de la enfermedad", señala Arrondo.
La trabeculectomía, aunque muy efectiva en cuanto a la bajada de presión, presenta posibles complicaciones graves, evitándose en pacientes con glaucomas incipientes. "Con los nuevos implantes, los tejidos oculares se preservan mucho más. Se coloca un pequeño dispositivo, que comunica el espacio interior del ojo con estructuras externas, que pueden ser bien el espacio subconjuntival, el supracoroideo o el canal de Schlemm, para bajar la presión. Son cirugías que no son tan efectivas como la trabeculectomía o la esclerectomía profunda, pero que se pueden hacer en combinación con la cirugía de cataratas y hacen que un paciente que lleve uno o dos colirios para controlar la presión ocular pueda, después de operarse, prescindir de esos colirios".
La cicatrización, un enemigo silente
Uno de los campos que más preocupa a los glaucomatólogos es la cicatrización. "El caballo de batalla de todas las cirugías de glaucoma clásicas, tanto de la trabeculectomía como de la esclerectomía profunda es la fibrosis, la cicatrización. Estamos creando una vía artificial de drenaje para bajar la presión ocular, que el organismo va a intentar cerrar. Tenemos que luchar 'contra natura' para que, con el tiempo, esa cicatrización que se produce no consiga tapar la cirugía y hacer que deje de funcionar", explicaba Elena Arrondo. Para esto se están utilizando sustancias como la mitomicina C o de forma más reciente un implante de una matriz de colágeno que evita este exceso de cicatrización que puede hacer fracasar una cirugía en principio exitosa.
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