Esquizofrenia en jóvenes: hacia una terapia precoz

Se estima que entre el 80 y el 85 por ciento de los pacientes con menos edad recaerán si no existe tratamiento de mantenimiento.

Javier Granda. Barcelona | 18/11/2017 00:00

David Taylor; David Fraguas; Fernando Cañas, del Hospital Dr. Rodríguez Lafora (Madrid), y Robin Murray. (Jaume Cosialls)

El XX Congreso Nacional de Psiquiatría, celebrado en Barcelona la pasada semana, albergó el simposio Dilemas en el tratamiento de la esquizofrenia: ¿tratar o no tratar?, ¿formulación o molécula?, una mirada crítica e integradora. El encuentro estuvo auspiciado por Otsuka-Lundbeck.

Tal y como puso de manifiesto David Fraguas, investigador del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (Cibersam) en el Hospital Gregorio Marañón, de Madrid, el pronóstico de las personas con esquizofrenia mejora con un tratamiento temprano. Se estima que entre el 80 y el 85 por ciento de ellos recaerá sin tratamiento de mantenimiento. "No sabemos qué personas recaerán sin tratamiento. En caso de decidir -o consensuar- la administración de un tratamiento de mantenimiento, hay que asegurar el cumplimiento", ha insistido. En su opinión, la elección del tratamiento debe adaptarse y personalizarse en cada caso, reduciendo al mínimo el riesgo de efectos secundarios.

Por su parte, David Taylor, profesor clínico asistente en el Departamento de Psiquiatría y Ciencias Bioconductuales de la Universidad de California en Los Ángeles (Estados Unidos), ha insistido en la necesidad de diseñar tratamientos específicos para cada paciente, adaptándose a sus necesidades y circunstancias. Para Robin Murray, psiquiatra consultor honorario en el Servicio de Psicosis del Bethlem Royal Hospital de Londres, es necesaria una mejor compresión para un mejor tratamiento de la esquizofrenia. "Es necesario cambiar de mentalidad y utilizar inyectables de larga duración en pacientes más jóvenes y no dejarlo como último recurso. Un fármaco como aripiprazol ofrece diferentes ventajas, como un mejor perfil de efectos secundarios, una mayor tolerabilidad y un menor riesgo de hipersensibilización de receptores dopaminérgicos", ha repasado.

La genética molecular cada vez cobra más importancia a la hora de entender la psiquiatría. En este sentido, Murray ha enumerado algunos de los factores que aumentan el riesgo de sufrir la enfermedad, como dificultades obstétricas, una infancia complicada, ser inmigrante, tener acontecimientos adversos en la vida, crecer en zonas marginales de las ciudades o el consumo de drogas.