sábado, 24 de octubre de 2009
Cómo mejorar la acción farmacológica
Actuar en la vía de señalización cd47 permite influir sólo en células cancerígenas
Diariomedico.com
ESPAÑA
INVESTIGACIÓN
Cómo mejorar la acción farmacológica
La traslación de los descubrimientos básicos y epidemiológicos a la práctica clínica es uno de los principales retos de la medicina del siglo XXI. Dos trabajos que aparecen publicados en Science Translational Medicine apuntan hacia nuevas posibilidades en el abordaje farmacológico del cáncer y la tuberculosis, aunque en ambos casos aún queda tiempo para que estos avances cambien el curso de la enfermedad en los pacientes. En todo caso, evitar daños en el tejido sano y superar resistencias farmacológicas supone una conquista notable.
Redacción - Viernes, 23 de Octubre de 2009 - Actualizado a las 00:00h.
En su flamante edición sobre Translational Medicine, Science incluye dos trabajos que abren nuevas vías en el abordaje del cáncer y la tuberculosis. En el primero de los casos, fijar la atención en una nueva vía de señalización puede conducir a una reducción de los efectos adversos de la radioterapia, permitiendo que el tejido sano no se vea afectado; en el segundo, se explica que en la expansión de la tuberculosis es vital conocer la cifra de infecciones secundarias (derivadas de la primaria), y que el problema de las resistencias a los tratamientos pueda tener un final feliz.
En ambos casos el objetivo es que las novedades básicas y epidemiológicas se establezcan en el plano clínico y en el abordaje rutinario de ambas patologías: la medicina traslacional va acortando plazos.
Claves para no dañar el tejido sano con la radioterapia
Investigadores de la Universidad de Pittsburgh, integrados en el Instituto Nacional del Cáncer, creen haber dado con la vía para paliar uno de los principales problemas de los tratamientos en oncología: proteger el tejido sano de los efectos tóxicos de la radioterapia. Según señalan en Science Translational Medicine, también han aumentado la muerte tumoral.
Más de la mitad de los pacientes oncológicos son tratados con radioterapia, según recuerda el autor principal de la investigación, Jeff S. Isenberg, de la División de Medicina Crítica, Alergias y Pulmón. Ya que es muy complicado evitar la invasión del tejido sano, aparecen efectos secundarios como náuseas, vómitos, alteraciones dermatológicas y fatiga; si la exposición a la radioterapia es muy prolongada, el tejido sano puede llegar a desaparecer.
La identificación de una vía de señalización bioquímica que puede determinar qué sucede con los tejidos sano y cancerígeno ante la exposición a la radioterapia ofrece nuevas esperanzas. Ensayos realizados en modelo de ratón sugieren que el bloqueo de la molécula trombospondina-1, que evita su unión a la superficie de su receptor, el CD47, confiere total protección a los tejidos sanos ante dosis estándar, incluso altas, de radioterapia.
Este efecto protector, que sorprendió a los investigadores, se da en células de la piel, músculo y médula ósea, algo que da aún más importancia al hallazgo: "Células que deberían haber muerto debido a la exposición al tratamiento permanecían viables y funcionales cuando habían sido pretratadas con agentes que interfieren con la vía de señalización trombospondina-1/ CD47.
Mayor sensibilidad
Aún no está claro por qué interrumpir la vía de CD47 conlleva estos efectos. Los autores hipotetizan que quizá la radiación altera la respuesta inmune tumoral cuando se eliminan células cancerígenas, mientras que la supresión de CD47 protege a las células inmunes.
Esta información da pie a posibles nuevos abordajes, ya que rebajar los niveles de CD47 en las células tumorales podría hacerlas más sensibles al ataque del sistema inmune del paciente después del tratamiento. Otra de las opciones que se han abierto es la supresión del daño en células vasculares, algo que podría mejorar el flujo sanguíneo para que la inmunidad antitumoral se produjera de forma natural, alcanzando las células cancerígenas con una mayor facilidad. Por el momento, Isenberg y su equipo están explorando a fondo la vía de señalizensobre otros dominios.
Mark Gladwin, otro de los autores de la investigación y director del Instituto de Medicina Vascular de la Universidad de Pittsburgh, está valorando múltiples estrategias terapéuticas vinculadas no sólo al cáncer, sino también a la hipertensión pulmonar, la anemia drepanocítica y diferentes alteraciones cardiacas.
Paso a paso hacia una eliminación de la resistencia a terapias antituberculosas
El incremento progresivo de resistencias a antibióticos ha cristalizado en la idea de que en un futuro no muy lejano patógenes humanos como Mycobacterium tuberculosis puedan ser intratables. En un estudio que han realizado Christopher Dye y Brian G. Williams, de la Oficina para VIH, Tuberculosis, Malaria y Enfermedaes Tropicales de la OMS y del Centro Africano para Análisis de Modelos Epidemiológicos, respectivamente, se apunta a que la situación es reversible y que sería evitable llegar hasta ese punto.
Aunque la Organización Mundial de la Salud ha descrito recientemente más casos que nunca de resistencias al tratamiento de la tuberculosis, el análisis de diez grupos de diferentes países explica cómo y por qué la propagación de la tuberculosis multirresistente puede revertirse con un buen catálogo de práctica clínica.
En nueve de las diez localizaciones estudiadas, estas resistencias no se mantienen por sí solas y están ocasionadas por factores externos, por lo que ambos autores creen que actuar sobre estos factores puede, lentamente, eliminar la gran mayoría de las resistencias. Una de las grandes noticias del trabajo de Dye y Williams es que las recomendaciones de actuación pueden aplicarse a países en los que la incidencia de este problema es muy alta, principalmente del Este, como Estonia y Lituania.
BAJAR CIFRAS
Un editorial de 'Science Translational Medicine' hace mención al trabajo de Dye y Williams y apunta hacia el creciente interés sobre un factor conocido como R, que hace referencia al número de casos secundarios de infección derivados de la infección primaria. R determina la rapidez de la extensión de la enfermedad y, si la cifra puede mantenerse por debajo de 1 gracias a un mejor diagnóstico y tratamiento, la tuberculosis podría llegar incluso a desaparecer, asegura el editorial. Las noticias son positivas, ya que la investigación señala que los valores de R son ya menores de 1 para cada cepa resistente en nueve de las diez localizaciones (Rusia es el único país en el que está por encima).
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