domingo, 27 de mayo de 2012

Bebés: sin cremas ni sol | Piel sana | elmundo.es

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PEDIATRÍA | ¿Cuándo empezar a usar protectores?

Bebés: sin cremas ni sol

Ilustración: Luis Parejo Ilustración: Luis Parejo
  • La exposición directa a los rayos solares debe evitarse en los bebés
  • Los paseos son suficientes para que sinteticen la vitamina D
  • Los protectores solares no deben emplearse antes de los seis meses
Muchos padres elegirán a partir de ahora destinos de playa para escapar de la rutina con sus hijos. Sin embargo, el sol no es precisamente el mejor aliado de los más pequeños de la casa y hay que ser especialmente cuidadosos con los recién nacidos, que no deben exponerse directamente a los rayos del sol.
Las cremas solares tampoco están recomendadas antes de los seis meses de vida.

"Cuando mi hijo nació, en julio del año pasado, lo primero que nos advirtió la enfermera que nos atiende en el centro de salud es que no le expusiésemos directamente al sol", explica Alicia. "Así que aunque fuimos a pasar el mes de agosto a la playa, le paseábamos siempre con la sombrilla, y sólo por el paseo marítimo a primera hora de la mañana y a última de la tarde. Entre otras cosas, nos recordó que a los bebés tan pequeños no se les pueden dar cremas protectoras", recuerda.

Efectivamente, pediatras y dermatólogos desaconsejan usar cremas de protección solar antes de los seis meses; e incluso usarlas con precaución antes de que cumplan un año. Como explica a ELMUNDO.es el doctor Vicente García-Patos, jefe del servicio de Dermatología de Hospital Vall d'Hebron de Barcelona, la pauta general consiste en no exponerles directamente a los rayos solares en los primeros seis meses de vida y seguir extremando las precauciones hasta que cumplan un año ("con unos minutos de paseo es suficiente para que sinteticen la vitamina D que necesitan sus huesos").

"Entre los seis y los doce meses se pueden empezar a usar fotoprotectores, pero con precaución, en zonas como la cara y las manos, que no están cubiertas de los rayos solares", añade el especialista de la Ciudad Condal, que aconseja las formulaciones pediátricas y mejor en crema que en espumas o geles, porque son más hidratantes. "Los más pequeños tienen una piel muy sensible al sol, con muy poca capacidad de generar melanina y con unas defensas aún no desarrolladas", explica García-Patos.

 

Stop química

El problema radica en la delicada piel de los bebés, mucho más delgada y susceptible a las radiaciones, pero también a los productos químicos que pueden contener los cosméticos solares. "Durante los primeros meses de vida es recomendable usar las menos sustancias químicas posibles", añade García-Patos. "Su superficie corporal es muy pequeña y el riesgo de absorción [del producto] es mayor", advierte por su parte el doctor Agustín Buendía, de la Academia Española de Dermatología.

La Academia Americana de Pediatría y el Consejo Australiano del Cáncer coinciden en que se limite el uso de cosméticos solares antes de los seis meses a "pequeñas áreas" del cuerpo; como la cara o las manos, "siempre que no sea posible protegerles con sombra y ropas ligeras".

El organismo australiano, de hecho, admite que algunos bebés pueden de hecho sufrir irritaciones y reacciones alérgicas a las cremas. Por eso, los pediatras americanos recomiendan emplear fórmulas que contengan óxido de zinc o dióxido de titanio, considerados menos irritantes y que ofrecen un filtro más tupido a la piel. Además, las fórmulas para niños suelen tener menos sustancias irritantes, de manera que no piquen si el niño se las lleva a los ojos u otras mucosas.

 

El germen del melanoma futuro

Como explica a ELMUNDO.es Cristina Batres, de la firma cosmética Farline, "los bebés tienen unas características cutáneas especiales, por lo que se han de emplear productos adecuados a su tipo de piel".
Aún así, insiste en que "lo mejor es no exponer a los lactantes directamente al sol"; no sólo por el riesgo de quemaduras, sino también por el peligro de que sufran un golpe de calor. Además, subraya Buendía, "el uso del fotoprotector nunca es para prolongar el tiempo de exposición al sol, sino para complementar otros métodos de protección".

De hecho, los especialistas tienen cada vez más evidencias que demuestran que la exposición a los rayos de sol en los primeros años de vida puede ser el origen de tumores de piel (melanomas) que se diagnostican 40 o 50 años más tarde. "Existen pruebas de que la radiación solar durante la infancia tiene la capacidad de iniciar el proceso mutagénico que desencadena el melanoma", explican los especialistas australianos.

En el caso de lo niños mayores, añade Batres, "el niño debe ir al sol en las horas de poca intensidad, protegido con ropas adecuadas y siempre con filtros físicos [sombras, gorros, ropas ligeras...] y químicos [cremas]". Estas cremas deben incluir protección tanto frente a los rayos UVB como UVA y deben aplicarse cada dos horas, independientemente de que sean o no resistentes al agua.



Recomendaciones


  1. Evite la exposición directa al sol en los primeros meses de vida.
  2. Salga de paseo en las primeras horas del día o al caer la tarde.
  3. Proteja al bebé con sombras tupidas y ropas ligeras.
  4. Utilice gorros y sombrillas para cubrir la cara y el cuello.
  5. A partir de los seis meses, elija cremas para el sol especiales para niños.
  6. Aplique la loción unos 30 minutos antes de salir de casa y repita la aplicación cada dos horas, independientemente de que sean resistentes al agua.
  7. Opte por cremas, leches o lociones solares, más hidratantes que las presentaciones en espumas y geles.
  8. Utilice un factor de protección superior a 30 y que cubra tanto los rayos UVA como los UVB.
  9. Opte por filtros físicos, a base de óxido de zinc y dióxido de titanio.

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