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Con frecuencia, el autismo no se diagnostica hasta los 5 años o más, según un informe de EE. UU.
Pero las intervenciones tempranas hacen una gran diferencia, señalan expertos
Traducido del inglés: viernes, 25 de mayo, 2012
Más de la mitad de los niños estadounidenses que sufren de un trastorno del espectro autista (TEA) toman al menos un psicotrópico (lo que incluye estimulantes, ansiolíticos, antidepresivos, somníferos, anticonvulsivos o antipsicóticos) aunque no se ha mostrado claramente que algún fármaco afecte los síntomas centrales del trastorno.
Los hallazgos provienen de una encuesta nacionalmente representativa de más de 4,000 padres o tutores de niños con necesidades especiales entre los 6 y los 17 años de edad, entre ellos unos 1,400 que tenían un TEA. El informe fue compilado por investigadores del Instituto Nacional de Salud Mental de EE. UU. en conjunto con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.
"Es una instantánea del aspecto del país. Las familias estadounidenses pueden comparar su experiencia con lo que otros han encontrado", señaló la coautora del estudio Lisa Colpe, jefa de la oficina de investigación en epidemiología clínica y poblacional del Instituto Nacional de Salud Mental de EE. UU.
Entre otros hallazgos claves se encuentran:
- Alrededor del 19 por ciento de los niños fueron diagnosticados con un TEA a los dos años o antes, 17 por ciento fueron diagnosticados a los tres años, 13 por ciento fueron diagnosticados a los cuatro, 11.5 por ciento fueron diagnosticados a los cinco, y casi el 40 por ciento tenían seis o más años cuando fueron diagnosticados.
- Los niños fueron identificados por una variedad de profesionales de la atención de la salud que incluían a pediatras, médicos de familia, licenciados en enfermería, psicólogos, psicólogos del desarrollo, neurólogos y equipos multidisciplinarios.
- Nueve de cada diez niños en edad escolar que tienen un TEA usan al menos un servicio para satisfacer sus necesidades de desarrollo, mientras que apenas poco más de la mitad de los niños usan tres o más servicios.
- El servicio más común es el entrenamiento en habilidades sociales, seguido por terapia del habla o del lenguaje. Otros incluyen intervenciones conductuales y terapia ocupacional.
"La investigación nos dice que a los niños que inician la intervención antes les va mejor a largo plazo. Este informe halló que la mayoría de niños tenían cinco años o más cuando fueron identificados por primera vez. Podemos diagnosticar el autismo con confiabilidad para los 24 meses, de forma que los profesionales deben hacer un mejor trabajo, que incluya evaluar a todos los niños a los 18 y 24 meses", enfatizó Dawson.
Apenas alrededor del 40 por ciento de los niños en edad escolar que sufren de un TEA reciben una intervención conductual, aunque la investigación ha mostrado que esas estrategias pueden "mejorar los resultados significativamente", añadió.
La falta de cobertura de seguro y la escasez de proveedores capacitados con experiencia en intervenciones conductuales son motivos de que algunos niños no reciban los servicios, anotó Dawson. "Es esencial que abordemos las barreras que evitan que los niños reciban una intervención puntual. La intervención temprana arroja mejores resultados para los niños y provee unos sustanciales ahorros en costos a largo plazo", señaló Dawson.
El autismo es un trastorno del desarrollo neural que se caracteriza por problemas con la interacción social, la comunicación y conductas e intereses restringidos. Incluyen conductas repetitivas como batir los brazos o golpearse la cabeza, tener un interés obsesivo por un tema, tener una necesidad de adherirse a un ritual o rutina específicos, y experimentar distrés o agitación cuando esa rutina se interrumpe.
Cerca de uno de cada 88 niños estadounidenses padecen del trastorno, según los CDC.
Los niños autistas también pueden sufrir de afecciones coexistentes, como ansiedad, convulsiones, depresión o trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). Los expertos señalan que no siempre es fácil para padres y médicos saber si los síntomas se relacionan con el autismo o con una afección coexistente, pero muchos prueban varios fármacos para aliviar los síntomas.
"Los hallazgos respecto al uso de psicotrópicos concuerdan con hallazgos anteriores", dijo Dawson. "Los niños autistas con frecuencia sufren de afecciones coexistentes, como TDAH y ansiedad, que con frecuencia son aliviados mediante medicamentos".
Dado que algunos de los medicamentos para tratar esas afecciones pueden ser fuertes, Colpe dijo que es buena señal que tantos niños (más del 90 por ciento) también recibían algún otro tipo de tratamiento, lo que indica que un médico los monitorizaba.
"Reciben un tratamiento multimodal", aseguró Colpe.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
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