España, a la cabeza en incidencia de nuevos casos de cáncer de vejiga
Madrid (29/05/2012) - Redacción
• Se trata del tumor que más recursos económicos consume, por delante incluso del de próstata y mama
• Con el objetivo de contar con información real sobre esta patología en nuestro país, la AEU ha llevado a cabo durante el año 2011 el primer Registro Nacional de Cáncer de Vejiga, que presentará en su próximo Congreso Nacional, que se celebra el Vigo del 13 al 16 de junio
Fumar más de dos paquetes de tabaco al día incrementa un 70 por ciento el riesgo de desarrollar cáncer de vejiga. Un peligro que aumenta cuanto mayor es el número de años fumando y de cigarrillos consumidos. Se trata de la patología urológica con una relación más directa con el consumo de tabaco, siendo el cuarto cáncer más frecuente en los varones, y el octavo en las mujeres. De hecho, los expertos subrayan que su incidencia entre las féminas ha incrementado notablemente en las últimas décadas debido a la incorporación de las mujeres al hábito tabáquico.
"Tradicionalmente", afirma el doctor Bernardino Miñana, coordinador del Grupo de Uro Oncología de la Asociación Española de Urología (AEU), "era un tumor que cuando se detectaba en mujeres, estaba asociado a aquellas de edad avanzada que habían vivido durante años con grandes fumadores. La relación entre tabaco y cáncer es muy clara en el tumor de vejiga ya que, al ser un órgano de almacenamiento, las sustancias cancerígenas derivadas del tabaco permanecen más tiempo en contacto con esta zona hasta que se expulsan a través de la orina. Asimismo, es muy importante tener en cuenta los riesgos del tabaquismo pasivo, ya que es frecuente diagnosticar este tumor en personas que no fuman pero que están expuestas al humo del tabaco, como es el caso de los camareros o las parejas de los fumadores".
El cáncer de vejiga tiene una incidencia muy elevada en los países occidentales y, concretamente España se encuentra entre el grupo de cabeza en cuanto al número de nuevos casos al año. Con el objetivo de contar con información real sobre esta patología en nuestro país, la AEU ha llevado a cabo durante el año 2011 el primer Registro Nacional de Cáncer de Vejiga, que presentará en su próximo Congreso Nacional, que se celebra el Vigo del 13 al 16 de junio.
Se trata del tumor urológico más frecuente detrás del de próstata, además de ser el que más consultas e ingresos hospitalarios motiva, consumiendo más recursos económicos que otros mucho más frecuentes como son el de próstata y el de mama. Actualmente se sabe que existen dos componentes que lo determinan. Por un lado, el consumo de tabaco, principal agente relacionado con su incidencia y, por otro, la predisposición genética. En este último caso, estas personas tienen un riesgo mayor de sufrirlo a edades más tempranas.
Aunque para los expertos aún no se puede demostrar con cifras que la actual Ley del Tabaco haya repercutido en una disminución del número de casos de cáncer de vejiga, ya que aún tiene que pasar un tiempo para valorar el impacto real en la enfermedad del cambio en las costumbres de la población. En opinión del presidente de la AEU, el doctor Humberto Villavicencio, "es de esperar que las políticas de control y disminución de este hábito reduzcan la incidencia de esta enfermedad. Lo que es muy importante teniendo en cuenta que es uno de los tumores que más recursos sanitarios consume. Y teniendo en cuenta el momento actual de crisis y recortes sanitarios que vivimos, ahora más que nunca es clave que la población se conciencie de la importancia de prevenir las enfermedades a través de los hábitos de vida saludables. De hecho, la situación actual obligará a que las carteras de servicios se centren en las patologías más graves, como son los problemas oncológicos".
El cambio en los hábitos de vida, como son la mala alimentación y el sedentarismo, unido al tabaquismo, han aumentado significativamente tanto la incidencia de cáncer de vejiga como del cáncer de riñón. En el caso del cáncer renal, el tabaco incrementa un 35 por ciento el riesgo de desarrollarlo.
En cuanto al cáncer de próstata, "estudios epidemiológicos recientes demuestran una mayor incidencia y peor pronóstico en varones fumadores que en los que no tenían ese hábito. En cualquier caso, en tumores tan prevalentes como son el de vejiga y el de próstata, en los que se ha encontrado una relación clara con el tabaco, las medidas adoptadas desde la Administración encaminadas a disminuir este hábito está claro que van a ofrecer unas ventajas sociales indudables a largo plazo al disminuir su incidencia con la reducción de los costes sanitarios asociados", asegura el doctor Villavicencio.
"Tradicionalmente", afirma el doctor Bernardino Miñana, coordinador del Grupo de Uro Oncología de la Asociación Española de Urología (AEU), "era un tumor que cuando se detectaba en mujeres, estaba asociado a aquellas de edad avanzada que habían vivido durante años con grandes fumadores. La relación entre tabaco y cáncer es muy clara en el tumor de vejiga ya que, al ser un órgano de almacenamiento, las sustancias cancerígenas derivadas del tabaco permanecen más tiempo en contacto con esta zona hasta que se expulsan a través de la orina. Asimismo, es muy importante tener en cuenta los riesgos del tabaquismo pasivo, ya que es frecuente diagnosticar este tumor en personas que no fuman pero que están expuestas al humo del tabaco, como es el caso de los camareros o las parejas de los fumadores".
El cáncer de vejiga tiene una incidencia muy elevada en los países occidentales y, concretamente España se encuentra entre el grupo de cabeza en cuanto al número de nuevos casos al año. Con el objetivo de contar con información real sobre esta patología en nuestro país, la AEU ha llevado a cabo durante el año 2011 el primer Registro Nacional de Cáncer de Vejiga, que presentará en su próximo Congreso Nacional, que se celebra el Vigo del 13 al 16 de junio.
Se trata del tumor urológico más frecuente detrás del de próstata, además de ser el que más consultas e ingresos hospitalarios motiva, consumiendo más recursos económicos que otros mucho más frecuentes como son el de próstata y el de mama. Actualmente se sabe que existen dos componentes que lo determinan. Por un lado, el consumo de tabaco, principal agente relacionado con su incidencia y, por otro, la predisposición genética. En este último caso, estas personas tienen un riesgo mayor de sufrirlo a edades más tempranas.
Aunque para los expertos aún no se puede demostrar con cifras que la actual Ley del Tabaco haya repercutido en una disminución del número de casos de cáncer de vejiga, ya que aún tiene que pasar un tiempo para valorar el impacto real en la enfermedad del cambio en las costumbres de la población. En opinión del presidente de la AEU, el doctor Humberto Villavicencio, "es de esperar que las políticas de control y disminución de este hábito reduzcan la incidencia de esta enfermedad. Lo que es muy importante teniendo en cuenta que es uno de los tumores que más recursos sanitarios consume. Y teniendo en cuenta el momento actual de crisis y recortes sanitarios que vivimos, ahora más que nunca es clave que la población se conciencie de la importancia de prevenir las enfermedades a través de los hábitos de vida saludables. De hecho, la situación actual obligará a que las carteras de servicios se centren en las patologías más graves, como son los problemas oncológicos".
El cambio en los hábitos de vida, como son la mala alimentación y el sedentarismo, unido al tabaquismo, han aumentado significativamente tanto la incidencia de cáncer de vejiga como del cáncer de riñón. En el caso del cáncer renal, el tabaco incrementa un 35 por ciento el riesgo de desarrollarlo.
En cuanto al cáncer de próstata, "estudios epidemiológicos recientes demuestran una mayor incidencia y peor pronóstico en varones fumadores que en los que no tenían ese hábito. En cualquier caso, en tumores tan prevalentes como son el de vejiga y el de próstata, en los que se ha encontrado una relación clara con el tabaco, las medidas adoptadas desde la Administración encaminadas a disminuir este hábito está claro que van a ofrecer unas ventajas sociales indudables a largo plazo al disminuir su incidencia con la reducción de los costes sanitarios asociados", asegura el doctor Villavicencio.
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