El humo de segunda mano impregna a muchos edificios de apartamentos, según un estudio
Una defensora desea que se prohíba fumar en los complejos de viviendas para proteger a los niños de la incursión
Traducido del inglés: lunes, 30 de abril, 2012
"Como pediatra, muchos padres me han dicho que se trata de un problema realmente significativo para ellos", aseguró la autora del estudio, la Dra. Karen Wilson. "Creo que para muchas personas este es un concepto relativamente nuevo, en términos de observar la situación y el impacto potencial, y de poder hacer algo al respecto".
Wilson es directora de la sección de medicina pediátrica hospitalaria del Hospital Pediátrico de Colorado, y profesora asistente de pediatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Colorado. Los hallazgos fueron presentados el domingo en la reunión anual de las Sociedades Académicas de Pediatría (Pediatric Academic Societies), en Boston.
La encuesta se enfocó en las experiencias de 323 respondientes que eran nacionalmente representativos, y fue llevado a cabo por el Centro de Excelencia Julius B. Richmond de la Academia Americana de Pediatría (American Academy of Pediatrics), un grupo de defensoría que busca proteger a los niños de los cigarrillos y del humo de segunda mano.
Los investigadores encuestaron a residentes de apartamentos cuyas propias viviendas habían estado libres de humo durante un mínimo de tres meses. Todos los participantes se eligieron de la Encuesta de clima social de 2011, que era de mayor tamaño.
Se les preguntó sobre las restricciones para fumar en sus edificios, la composición familiar, dónde olían el humo de segunda mano y con qué frecuencia.
Entre los que reportaron oler humo de segunda mano, 38 por ciento dijeron que sucedía semanalmente, y 12 por ciento que notaban el olor a diario.
Los residentes no fumadores eran más propensos a indicar que el olor del humo de segunda mano era un problema en áreas comunes si tenían hijos: el 41 por ciento de los respondientes con hijos reportaron cierto grado de incursión del humo en áreas públicas, frente a 26 por ciento de los respondientes sin hijos.
Había menos probabilidades de que las viviendas en que había niños reportaran esas incursiones del humo en sus propias unidades: 34 por ciento, frente a 60 por ciento de los residentes sin hijos.
La encuesta halló que aquellas personas cuyos costos de viviendas recibían cierto nivel de subsidio gubernamental también eran más propensas a reportar la incursión del humo.
Las regulaciones de los edificios solo parecían tener un impacto apreciable en el humo de segunda mano si conllevaban una prohibición total, halló la encuesta. Los edificios libres de humo tenían tasas más bajas de incursión del humo en las áreas comunes que los que no tenían ese tipo de restricción. En contraste, el olor a humo de segunda mano en los lugares públicos era un problema mucho más grande en edificios que tenían prohibiciones contra fumar solo en las áreas comunes, al igual que en los edificios que no tenían ninguna prohibición.
"Vimos claramente que una prohibición total es mucho más eficaz que una parcial", anotó Wilson. "Y con eso diría que si bien respaldo absolutamente las medidas para prohibir fumar en el lugar de trabajo, los adultos por lo menos tienen cierta elección en el asunto al poder dejar un trabajo o ir a otro sitio si llegan a un ambiente de trabajo donde todavía se permite fumar. Sin embargo, los niños no tienen ninguna elección en el hogar".
"Los padres deben presionar y expresarse, y señalar que no quieren que sus hijos sean expuestos mientras duermen, hacen su tarea o juegan en casa", añadió. "Y deben preguntar a los terratenientes sobre las regulaciones respecto a fumar en cualquier edificio de apartamentos en el que estén considerando mudarse".
Por su parte, una defensora dijo que el problema de la incursión del humo en los apartamentos complementa el enfoque primario de su organización "de obtener aire libre de humo en todos los lugares que podamos".
"Ciertamente creemos que los residentes tienen un derecho absolutamente legítimo de al menos saber si estarán expuestos a este tipo de riesgo de salud cuando están pensando en mudarse a un apartamento", señaló Marie Cocco, vocera de Campaign for Tobacco-Free Kids. "Porque sabemos que el humo de segunda mano es una sustancia letal que contiene más de 7,000 compuestos químicos, de los cuales al menos 69 provocan cáncer".
Cocco apuntó que su organización ha respaldado públicamente medidas como la recién desvelada por el alcalde de Nueva York Michael Bloomberg, que requerirían que los edificios de apartamentos publiquen íntegramente su política sobre fumar a todos los inquilinos y compradores prospectivos.
"La Directora de Sanidad ha [descrito claramente los riesgos del humo de segunda mano] como cáncer de pulmón y enfermedad cardiaca en los adultos, e infecciones del oído y asma entre bebés y niños", añadió.
Debido a que este estudio se presentó en una reunión médica, sus datos y conclusiones deben ser considerados como preliminares hasta que se publiquen en una revista revisada por profesionales.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
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