viernes, 11 de mayo de 2012

Bajar la temperatura corporal reduce las secuelas del infarto cardiaco en el cerebro :: El Médico Interactivo, Diario Electrónico de la Sanidad

El Médico Interactivo, Diario Electrónico de la Sanidad Bajar la temperatura corporal reduce las secuelas del infarto cardiaco en el cerebro

Bajar la temperatura corporal reduce las secuelas del infarto cardiaco en el cerebro


Madrid (11/05/2012) - Redacción

• Dos terceras partes de los pacientes que sobreviven a un paro cardiaco extrahospitalario presentan grave daño neurológico

• Mediante la hipotermia terapéutica se reduce la temperatura corporal varios grados durante 12-24 horas para disminuir los posibles daños cerebrales

• El XV Simposio Internacional de Cardiopatía Isquémica, organizado por la SEC, abordará estas cuestiones

Por primera vez, el XV Simposio Internacional de Cardiopatía Isquémica que organiza cada dos años la Sección de Cardiopatía Isquémica y Unidades Coronarias de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) incluirá una mesa redonda sobre Cuidados Cardiológicos Agudos, donde se departirá sobre técnicas clave para minimizar las secuelas tras un infarto, como la hipotermia después de un paro cardiaco o la colocación de dispositivos de asistencia mecánica en el shock cardiogénico. Esta sesión se celebra este viernes en el Auditorio-Palacio de Congresos "Príncipe Felipe" de Oviedo, en el marco de este simposio que reunirá a 400 cardiólogos y ponentes procedentes del panorama internacional.

El infarto agudo de miocardio (IAM) no sólo daña el corazón, sino que también puede repercutir en el cerebro y provocar daño neurológico. Diversos estudios han mostrado que entre el 60 y el 80 por ciento de los pacientes que han sufrido un paro cardiaco extrahospitalario por una arritmia ventricular tienen secuelas neurológicas graves. Esto se debe a que, durante el paro cardiaco la sangre no llega a las neuronas y éstas se quedan sin oxígeno.

Así, al no recibir sangre las células cerebrales, los pacientes que sobreviven a un paro cardiaco tienen mayor riesgo de presentar secuelas que van desde déficit neurológicos ligeros hasta grados muy severos de daño cerebral como el estado vegetativo o el coma persistentes.

"Una vez que se restablece la circulación, y por diversos mecanismos, se puede producir un daño adicional de las células, particularmente si la recuperación del flujo sanguíneo se realiza de forma brusca. La hipotermia tiene un claro efecto protector que probablemente se debe en parte a que emula una reperfusión más paulatina que reduce los daños a las células", destaca el Dr. José A. Barrabés, presidente de la Sección de Cardiopatía Isquémica y Unidades Coronarias de la SEC. En los primeros ensayos clínicos sobre este tema, más de la mitad de los pacientes tratados pudieron ser dados de alta sin secuelas o con secuelas ligeras, como se observó en el HACA Study Gropu, publicado en The New England Journal of Medicine. También están en marcha estudios, como el TTM Trial, publicado en American Heart Journal, para conocer los protocolos que pueden obtener el máximo beneficio.

La hipotermia es una técnica, aún de reciente aplicación en nuestro país, que consiste en bajar la temperatura corporal del paciente hasta los 32-34 grados de manera artificial. La temperatura corporal se mantiene así durante 12-24 horas, a partir de las cuales se retorna al paciente a la temperatura normal. Este procedimiento se puede aplicar por medio de diferentes técnicas. "Se puede empezar a aplicar inmediatamente, mientras el paciente es atendido en la ambulancia, y enfriarlo inyectándole suero frío, o mediante placas frías que se colocan encima de la piel, y también existen sistemas más sofisticados, que se aplican mediante cateterización vascular", detalla el doctor Barrabés.

Después de haberse demostrado claramente el beneficio de este tratamiento, ahora se está investigando activamente sobre qué protocolos pueden conseguir un mayor beneficio clínico.

Redes regionales de reperfusión en el infarto

En el marco de este simposio internacional también se ahondará en la necesidad de universalizar las redes regionales de reperfusión con angioplastia primaria a los pacientes cardiacos en España. Estas redes consisten en definir un programa de atención o protocolo regional, de modo que cuando un paciente sufra un infarto, sea atendido lo antes posible y se le desobstruya cuanto antes la arteria taponada por el infarto, para que tenga las mínimas secuelas posibles.

"Es esencial no perder tiempo y está claramente demostrado que un protocolo regional de atención al infarto, que no tiene necesariamente que coincidir con los límites de una comunidad autónoma o con el ámbito de una administración, sino con una zona de influencia, beneficia a estos pacientes. Lo ideal es que, si un paciente tiene síntomas sugestivos de infarto, llame inmediatamente al teléfono de emergencias (061 o 112), se le atienda enseguida y, si se confirma  el diagnóstico, se le dirija rápidamente a un centro donde puedan abrirle la arteria obstruida. Todo esto tiene que estar muy protocolizado, ya que es crucial no perder tiempo y llevarle a aquel hospital donde le puedan destaponar la arteria, que no es necesariamente el más próximo. Para ello se requiere la coordinación de muchos actores de los servicios de emergencias, sistemas de transporte sanitario, laboratorios de Hemodinámica y Unidades Coronarias de los hospitales terciarios y de los hospitales de referencia de los pacientes", informa el Dr. Barrabés.

Actualmente, las redes regionales de reperfusión con angioplastia primaria no están implantadas de forma homogénea en España. Están consolidadas en Navarra, Murcia, Galicia, Baleares y Cataluña. Se han puesto en marcha recientemente en Castilla-La Mancha, Asturias y Valencia y se está desarrollando, aunque aún no se ha iniciado, en Madrid. "Desde la Sección de Cardiopatía Isquémica de la SEC queremos defender la universalización de la angioplastia primaria, ya que es el procedimiento de reperfusión más eficaz en el infarto", destaca el Dr. Barrabés.

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