jueves, 10 de mayo de 2012

La radioembolización aspira a la primera línea - DiarioMedico.com

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la clave está en los resultados

La radioembolización aspira a la primera línea

La radioembolización hepática ha cosechado resultados muy esperanzadores en pacientes seleccionados con hepatocarcinoma primario o metástasis hepáticas de cáncer colorrectal. Los últimos estudios publicados confirman que permite mejorar el estadiaje de algunos tumores y posibilita su resección mediante cirugía. No obstante, habrá que esperar a la publicación de los ensayos clínicos aleatorios en marcha para poder responder a la pregunta de si esta técnica mejora la supervivencia y, por lo tanto, puede ascender a la primera línea de tratamiento oncológico.
María Sánchez Monge   |  10/05/2012 00:00

La radioembolización permite operar tumores hepáticos.
La radioembolización permite operar tumores hepáticos. (Photos.com)
 
 
Algunas técnicas ocuparán siempre el digno puesto de medidas de último recurso. Otras recorren un largo camino hasta alcanzar el estatus de primera línea de tratamiento. En el último tramo de ese viaje se encuentra la radioembolización hepática, un procedimiento que se introdujo en Europa en 2003 de la mano del equipo de Bruno Sangro, director de la Unidad de Hepatología de la Clínica Universidad de Navarra (CUN).

Consiste en la introducción directamente en el tumor de unas microesferas de en torno a 35 micras de diámetro que van cargadas de itrio-90. Se inyectan a través de un catéter en la arteria hepática y desde ahí se dirigen a las lesiones tumorales y quedan alojadas en ellas. Se utiliza fundamentalmente en hepatocarcinoma primario y metástasis hepáticas de cáncer colorrectal; en otros tumores existe menos experiencia.
  • El control de la enfermedad se sitúa entre el 80 y el 90 por ciento y la regresión se consigue en entre el 20 y el 50 por ciento de los tumores
La clave para que la técnica llegue a la primera división está en los resultados. "Hay dos parámetros diferentes para valorarlos", expone Sangro. "Si evaluamos en qué medida logramos detener el crecimiento de los tumores, es decir, el control de la enfermedad, se sitúa entre el 80 y el 90 por ciento", precisa. Sin embargo, si lo que se evalúa es "en cuántos casos se consigue una regresión objetiva de los tumores, el porcentaje está entre el 20 y el 50 por ciento".

El hepatólogo enuncia la que, en su opinión, constituye la pregunta más difícil de responder: "¿Cómo se traducen esos resultados en que los pacientes vivan más?". Él mismo adelanta que la única forma de responder al interrogante sobre la supervivencia "es con estudios randomizados".

Futuros resultados

Hasta la fecha, sólo hay estudios no aleatorios que sugieren que, en términos de supervivencia, la radioembolización es, en pacientes con hepatocarcinoma, "igual o algo mejor que algunas de las técnicas de las que disponemos", señala Sangro. En el caso de las metástasis hepáticas del cáncer colorrectal sí hay estudios aleatorios, pero pequeños. "Demuestran que añadir la radioembolización a la terapia mejora la supervivencia de los pacientes", según el experto.

Bruno Sangro y su equipo, encabezado por Ignacio Bilbao, coordinador de la Unidad de Radiología Intervencionista de la CUN, han organizado en Madrid la primera Jornada Nacional sobre Embolización Hepática, en la que han debatido los resultados de los estudios publicados y las promesas que traerán los que están en marcha. Si se cumple el guión previsto, los diversos ensayos aleatorios grandes que se están realizando confirmarán los buenos augurios de quienes confían en la técnica. El especialista precisa que hay que tener en cuenta "que es un tratamiento que se tolera extraordinariamente bien. Tiene muy pocos efectos secundarios y complicaciones. Por lo tanto, a igualdad de supervivencia, la impresión es que la calidad de vida es mucho mejor".
  • Marcar las partículas cargadas de itrio-90 con un isótopo PET ayudará a conocer mejor cómo se distribuyen y cuál es el efecto que ejercen
Mientras esperan la ansiada confirmación, los interesados en este método pueden ir degustando el último trabajo de Sangro y sus colaboradores, publicado en marzo en Journal of Cancer Surgery. El estudio partió de la observación de que en algunos pacientes con hepatocarcinoma que reciben radioembolización con fines paliativos se observa una mejora del estadio tumoral que les convierte en candidatos a cirugía de resección. Con el fin de valorar este cambio radical del panorama terapéutico del que pueden beneficiarse ciertos afectados, los investigadores examinaron los datos de 118 individuos que recibieron radioembolización con itrio- 90 entre 2003 y 2010.


Rescate quirúrgico

Se comprobó que los tumores de 21 pacientes se encontraban en estadio T3 antes de la intervención y en seis de ellos se logró una mejora en el estadiaje que posibilitó el tratamiento radical entre dos y 35 meses después de la radioembolización. Tres pacientes fueron sometidos a resección, dos a trasplante hepático y uno a ablación seguida de resección.

"Hemos observado que una terapia que inicialmente se hacía como rescate en pacientes en los que no era posible un tratamiento quirúrgico de entrada está permitiendo ofrecer la posibilidad de una técnica curativa en sujetos que de otra manera no la hubieran podido obtener", resume Sangro.

Junto a los ensayos encaminados a discernir el verdadero alcance de la técnica en cuanto a supervivencia, hay otros focos de investigación abiertos. Uno de ellos pretende, en palabras de Ignacio Bilbao, "conocer mejor cómo se distribuyen las partículas con itrio-90 en la sangre y cómo llegan al tumor". El objetivo final es saber exactamente qué efecto están ejerciendo las microesferas, que tienen un alcance tan escaso que no se puede ver la radiación que emiten. La visualización puede mejorar marcando las partículas con un isótopo PET. Así, se podrá hacer un mapa de su distribución sometiendo al paciente a la técnica de imagen nuclear.

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