Dra. Zulma Ortiz IntraMed | |
"¿Se puede considerar sólo las causas médicas y seguir aceptando la muerte de más de 300 mujeres como algo razonable?"
Hace veinticinco años, el 28 de mayo de 1987, se declaraba el “Día Internacional de Acción por la Salud de la Mujer”. Desde entonces, cada año en esta fecha, se debería como mínimo revisar la situación de salud de la mujer, en especial la salud materna. El indicador más duro que da cuenta de la salud materna es la “razón de mortalidad materna”: la relación que existe entre el número de muertes maternas y el número de nacidos vivos; es decir, mujeres que en edad fértil mueren durante el embarazo, parto o puerperio y su relación con los nacidos vivos (NV) de un lugar y tiempo determinado. Es tan duro el indicador como el tener que aceptar que no llegaremos a cumplir con las metas del milenio que fueron propuestas en el año 2000 y a las que se comprometió nuestro país. Algo que si están logrando otros países del cono sur. La mortalidad materna es uno de los indicadores más difíciles de medir. No sólo requiere una correcta medición del número de muertes de mujeres en edad reproductiva, lo que ya representa un desafío sino que también requiere la correcta clasificación de la causa de muerte. Las muertes maternas son las muertes más erróneamente clasificadas porque el estado de gravidez no siempre es constatado en el certificado de defunción o porque las instituciones de salud adjudican la muertes a otras causas. La muerte materna se considera un evento raro y se puede afirmar que es un hecho evitable. Ninguna mujer debería morir como complicación del embarazo, parto o puerperio. La mayor parte de las muertes maternas ocurren debido a cinco complicaciones obstétricas: hemorragia, sepsis, abortos inducidos inseguros, hipertensión durante el embarazo, y partos obstruidos. Pero, ¿se puede considerar sólo las causas médicas y seguir aceptando la muerte de más de 300 mujeres como algo razonable? ¿Qué otras causas que no se describen en los informes de estadísticas vitales son determinantes de la muerte materna? Para saberlo deberíamos utilizar un instrumento como el “análisis de la causa raíz” (ACR)1. El ACR es una metodología sistemática y comprensiva para identificar las fallas, en los procesos de atención y los sistemas hospitalarios, que pueden no ser aparentes en forma inmediata, y que pueden haber contribuido a la ocurrencia de un evento adverso y/o casi daño. El objetivo de un ACR es establecer: ¿qué sucedió?, ¿por qué sucedió? y ¿qué puede hacerse para prevenir que suceda de nuevo? Se trata de una estrategia para mejorar la calidad y garantizar la seguridad. El análisis causa raíz es crucial para salir del enfoque estrictamente médico en el reconocimiento de las causas. Todos los países desarrollados utilizan esta metodología o similar y a 48 o 72 horas de ocurrida la muerte es analizada y se genera un plan de acción para evitar que vuelva ocurrir. Decir que una mujer muere por aborto o por hemorragia es un reduccionismo que no favorece la detección de otros factores que contribuyen o determinan la muerte. Por ejemplo la falta de sangre segura o de antibióticos, cuando no sumado a las dificultades para acceder a un servicio de calidad por lejanía, o por falta de personal calificado para atenderla. La muerte materna es un problema que trasciende lo exclusivamente médico; se trata de un problema social en la medida que su ocurrencia está ampliamente relacionada con pobreza y marginación. También es un problema de salud pública debido a que refleja las deficiencias en el acceso y la calidad de los servicios de atención a la salud materna que son ofrecidos a la población. De este modo, sus factores determinantes pueden estar por fuera del sistema de salud; pueden estar en la comunidad, en el sector salud o en otros sectores de la sociedad, como el educativo o el de transporte. Es necesario ubicar en cuál de ellos se están presentando las fallas para saber en qué sector se debe trabajar para mejorar. A pesar de las repercusiones sociales, económicas y políticas que representan las muertes maternas, el enfoque para tratar de resolverlas continúa siendo básicamente médico, es decir considerando las causas clínicas y sin tomar en cuenta otros determinantes que pueden estar vinculados, en particular, los de tipo social y económico. A 25 años de la declaración de un día de acción por la salud de la mujer, hagamos algo. Reflexionemos sobre que nos está pasando, por qué con todos los avances y logros obtenidos aún existen servicios de salud que discriminan a la mujer, no se brinda la información necesaria y suficiente, no todos los servicios cuentan con las condiciones obstétricas esenciales para atender a las mujeres que lo necesitan , existen programas con conceptos de equidad horizontal, pero mujeres indígenas o mujeres que viven en áreas rurales no son alcanzadas por estos programas en su totalidad. Hagamos más que reflexionar. Hay una agenda pendiente que pareciera no contar con el liderazgo necesario para que se logre. Deberíamos registrar todas las muertes maternas -las que ocurren en el sector público y en el privado-; evaluar y abordar las causas locales de la mortalidad y la morbilidad maternas, ampliar la prestación de los servicios, garantizar la atención con profesionales capacitados, apoyar a las mujeres y las familias para superar las dificultades financieras, comprometer al sector privado, invertir más en la salud materna, educar a todos los niños y a las niñas y promover la autonomía de la mujer. El liderazgo y la agenda empiezan en cada uno de nosotros, se necesita del compromiso de todos los sectores involucrados de manera articulada para modificar la realidad de nuestros días. Esta fecha podría convertirse en un momento de festejo que nos encuentra brindando por la salud de la mujer; sin embargo hoy sólo sirve para señalar la dramática situación de miles de mujeres. Para convocar voluntades y reclamar las firmes decisiones que esta situación demanda con urgencia e imperativamente. Dra. Zulma Ortiz Especialista en Salud. UNICEF-Argentina zortiz@unicef.org Referencias: 1.Ortiz Z, Esandi ME, Andina E. El Análisis Causa-Raíz (ACR). Instrumento para la búsqueda e implementación de soluciones para evitar las muertes maternas, fetales y neonatales. UNICEF ISBN: 978-92-806-4578-4 Impreso en Argentina. Primera edición, noviembre de 2011. Disponible en http://www.unicef.org/argentina/spanish/Guia-ACR-Baja.pdf Zulma Ortiz, datos biográficos: Médica Reumatóloga, con Master en Epidemiología, Gestión y Políticas de Salud en la Universidad de Lanas, y Research Fellowship en Epidemiología Clínica e Investigación en Servicios de Salud en la Universidad de Ottawa, Canadá. Realizó la Carrera Docente de la Universidad de Buenos Aires. Fue Coordinadora del Programa VIGI+A del Ministerio de Salud de la Nación y Sub Directora de la Carrera de Especialista en Epidemiología de Campo de la Universidad de Tucumán y el Ministerio de Salud de la Nación. Actualmente es Jefa del Área Investigación y Docencia del Centro de Investigaciones Epidemiológicas, Academia Nacional de Medicina de Buenos Aires. Investigadora visitante del Centro de Estudio de Estado y Sociedad (CEDES). Miembro del Jurado de la CONAPRIS para las Becas de Investigación "Ramón Carrillo – Arturo Oñativia", en el Área de Investigaciones a Nivel Hospitalario y de Apoyo Institucional. Secretaria del Comité de Ética de los Institutos de la Academia Nacional de Medicina Buenos Aires. Docente en las Maestrías de: Salud Publica de la UBA; CEDES-FLACSO, Investigación Clínica de la Universidad Austral y la Maestría de Epidemiología, Políticas y Gestión en Salud de la Universidad Nacional de Lanús. Coordinadora del Centro Colaborador Argentino de la Red Cochrane Iberoamericana. Responsable de UNICEF Argentina. |
¡FELICES FIESTAS!
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