La urea en sangre en pacientes operados de corazón se asocia a ictus postoperatorio
Así lo ha demostrado un estudio publicado en The Annals of Thoracic Surgery, que analizó un total de 5.498 adultos intervenidos de corazón.
La Sociedad Española de Cardiología (SEC) ha señalado que los niveles de urea en sangre, así como el control de los factores de riesgo (edad, hipertensión, sedentarismo, obesidad, dislipemia o tabaquismo) se asocian con el 9% de los ictus postoperatorios en pacientes intervenidos del corazón. Esta es una de las conclusiones de un estudio llevado a cabo por investigadores del Wake Forest Baptist Medical Center, que analizó a cerca de 5.500 adultos intervenidos de corazón, de entre 18 y 90 años, y resultó que 180 pacientes sufrieron un ictus durante los diez días posteriores a la operación. La investigación, publicada en The Annals of Thoraric Surgery, examinó la urea en sangre de los pacientes y observó que aquellos que presentan niveles superiores a 25 mg/dl tienen un mayor riesgo de padecer un ictus.
“El estudio muestra que los pacientes que presentan en el postoperatorio inmediato unos niveles de urea en sangre superiores a los óptimos, se encuentran en una situación de enfermedad vascular, en este caso renal”, explicó la doctora Rosa María Lidón Corbí, presidenta de la Sección de Cardiopatía Isquémica y Cuidados Agudos Cardiovasculares de la SEC.
Los investigadores del estudio detectaron diferentes momentos en que los pacientes intervenidos desarrollaron el ictus. Por una parte, aquellos que habían padecido el accidente cerebrovascular durante la operación debido a procedimientos quirúrgicos, como la manipulación de la arteria aorta, y, por otra, un 13,5% de los pacientes analizados padecieron un ictus en los diez días después del procedimiento quirúrgico.
En este caso, la doctora Lidón apuntó que “cuando el paciente se despierta tras la operación y no presenta manifestaciones neurológicas, no se puede relacionar la intervención con el ictus que pueda sufrir en los días sucesivos. En este caso, y dado el aumento de urea en sangre del paciente ya operado, el desarrollo del ictus podría deberse a otros factores”. Por ello, la SEC recomienda controlar estos factores de riesgo, ya que aumentan de manera notable el riesgo de padecer un ictus tras una operación de corazón. “Las posibilidades de sufrir un ictus postoperatorio se sitúan entre un 0,8% y un 9%, un porcentaje que varía según el control que tengamos de los factores de riesgo. Controlando el hábito tabáquico, el consumo excesivo de alcohol o la presión arterial reducimos casi en un 10% este riesgo”, puntualizó la especialista.
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