miércoles, 3 de junio de 2009
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Enuresis, ¿hoy tampoco hay sábanas?
22 Mayo 2009
JANO.es
Según la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP) y la Asociación de Familiares y Pacientes con Enuresis (AFYPen), un 15-20% de los niños españoles de 5 años –por debajo de este corte de edad no debe hablarse de enuresis patológica–, lo que supone más de 450.000 menores, presentan enuresis nocturna. El porcentaje baja al 10% en los niños de 7 años. Además, 3 de cada 100 adultos presentan 2 o más episodios de enuresis nocturna al mes.
Este problema, que tiene raíz psicológica o psiquiátrica en menos del 10% de los casos, crea en el niño inseguridad y malestar y condiciona su autoestima –que puede verse claramente reducida–, estado emocional, comportamiento social –tendencia al aislamiento, lo que repercute en la limitación a actividades como la asistencia a campamentos, casas de amigos, vacaciones, etc.– y vida escolar –falta de motivación.
La enuresis, considerada por los pediatras en niños de 8-16 años como el acontecimiento más traumático tras el divorcio y las peleas de los padres, tiene una clara incidencia en la vida familiar, ya que supone trabajo añadido para padres y hermanos, y una nada desdeñable carga económica. Del carácter hereditario del proceso habla el hecho de que el 75% de la descendencia experimentará el trastorno si en su día se presentó en los 2 progenitores. Si sólo lo fue en uno, afectará a la mitad de la descendencia.
Con el fin de concienciar sobre la magnitud real de la situación, fomentar el diagnóstico precoz, prevenir las complicaciones que genera e informar a la población sobre los hábitos para evitar dicho trastorno, la Unidad de Urología Pediátrica del Servicio de Cirugía Pediátrica del Complejo Hospitalario de Toledo, con el aval de la SEPEAP y la colaboración de AFYPen y Ferring, han puesto en marcha una campaña de ámbito estatal bajo el lema ¿Hoy tampoco hay sábanas?, que durante el año en curso contempla acciones informativas con pediatras y progenitores y la realización de una encuesta nacional dirigida a los profesionales centrada en los hábitos miccionales.
Los expertos apuntan que uno de los principales escollos es la falta de información sobre el trastorno, que ha acabado convirtiéndolo en un tema tabú. Para el Dr. Juan Carlos Ruiz de la Roja, del servicio de Urología del Hospital Universitario Santa Cristina de Madrid y representante de AFYPen, “se tarda mucho en consultar con el médico, habitualmente por vergüenza a reconocer la situación. También influye la idea de que parece que no hay tratamiento para resolver la enuresis, cosa totalmente errónea”.
Ocho de cada 10 pediatras consultados afirman que la mayoría de los padres no suele acudir a consulta por este motivo, lo que hace que no se pongan en práctica hábitos miccionales adecuados encaminados a lograr el control de esfínteres y prevenir el problema, y provoca que cerca del 70% de los afectados no estén diagnosticados correctamente.
Los trastornos que para el niño y la familia acarrea la enuresis nocturna: los ya aludidos problemas psicológicos, interrupción del sueño, dificultades para desarrollarse socialmente, fracaso escolar, pérdida de autoestima, etc. pueden llegar a suponer la estigmatización social del afectado. Esta realidad, unida a la carga económica –se estima que el lavado, secado y recambio de ropa y colchones supone al año un gasto superior a 1.200 euros–, deben hacer del diagnóstico y tratamiento del trastorno una prioridad para la familia.
La información y educación sobre este problema en el entorno familiar y social del niño –familia, escuela, centro de salud– se erige en pilar fundamental de cara a la detección precoz y el tratamiento, además de ser determinante para prevenirlo. La prevención pasa, en primera instancia, por el reconocimiento de la enuresis como un problema de salud. Es preciso que padres y cuidadores estén informados sobre el proceso de adquisición de la continencia urinaria y fecal, que para el niño supone uno de los primeros escalones para llegar a ser autosuficiente. El momento idóneo y la forma de realizar este entrenamiento favorecerá la prevención de la enuresis y conseguirá que el niño alcance el control miccional y fecal a una edad adecuada para su desarrollo normal.
Para la Dra. Rosa Martín-Crespo, de la Unidad de Urología Pediátrica del Servicio de Cirugía Pediátrica del Complejo Hospitalario de Toledo, de cara a abordar el diagnóstico y el tratamiento del niño con enuresis, tan importante es que los padres y el niño estén sensibilizados y consulten, como que el pediatra tenga la suficiente motivación y conocimiento de este trastorno. El diagnóstico, básicamente clínico, es sencillo y se asienta en la historia clínica y el calendario miccional. “Pero –concluye–, a pesar esta sencillez y de la disponibilidad de tratamientos precoces y eficaces, la enuresis monosintomática sigue siendo una entidad frecuentemente olvidada.”
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