jueves, 17 de mayo de 2012

Las baterías de 'botón' envían más niños a las salas de emergencia, según un estudio: MedlinePlus

Las baterías de 'botón' envían más niños a las salas de emergencia, según un estudio: MedlinePlus


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Las baterías de 'botón' envían más niños a las salas de emergencia, según un estudio

Las visitas a emergencias por deglución accidental se han duplicado
 
Dirección de esta página: http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/news/fullstory_125195.html (*estas noticias no estarán disponibles después del 08/13/2012)

Traducido del inglés: martes, 15 de mayo, 2012 HealthDay Logo
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LUNES, 14 de mayo (HealthDay News) -- Una nueva investigación revela que los casos de niños que son llevados a emergencias después de tragar accidentalmente baterías del tamaño de una moneda, que se encuentran en los aparatos de muchos hogares, se han duplicado en las últimas dos décadas.

Se pueden presentar complicaciones graves, incluidas muertes, cuando las así llamadas "baterías de botón", encontradas en artículos que van desde dispositivos de control remoto a juguetes infantiles, se alojan en el esófago.

"El incremento que estamos observando es una llamada de atención", señaló el autor principal del estudio Dr. Gary A. Smith, director del Centro de Investigación de Lesiones y Política del Hospital Nacional Infantil (Nationwide Children's Hospital) en Columbus, Ohio. "He tratado a muchos de estos niños y cuando esto ocurre es realmente horrendo. Aunque nosotros siempre hemos respetado los peligros que representan estas baterías, es hora de que redoblemos nuestros esfuerzos para advertir a los padres y trabajar con los fabricantes para adoptar medidas contra este riesgo".

El estudio aparece en la edición en línea del 14 de mayo y en la edición impresa de junio de la revista Pediatrics.

Los autores analizaron los datos del Sistema electrónico nacional de vigilancia de lesiones de EE. UU. sobre todas las visitas relacionadas con baterías a la sala de emergencia entre los niños de hasta 18 años.

Los datos abarcaron los años comprendidos entre 1990 y 2009, y aunque se dio seguimiento a todas las visitas a emergencias relacionadas con todos los tipos de baterías, el equipo apuntó que cerca del 84 por ciento de tales visitas tuvieron que ver con baterías del tamaño de un botón.
Se contaron cuatro tipos diferentes de contactos accidentales con baterías de botón: deglución e inserción de batería por la boca, oído y nariz.

El equipo encontró que durante un periodo de más de 20 años tales contactos se tradujeron en cerca de 66,000 visitas a emergencias, con un incremento espectacular en los últimos ocho años. Las baterías de botón representaron cerca de 2,785 visitas a emergencias entre los niños menores de 18 años en 2009 en comparación con 1,301 en 1990.

"En efecto, la tendencia de la curva de casos de emergencia es ascendente", apuntó Smith, "lo que significa, por así decirlo, que el incremento está aumentando. Y esto coincide con otro factor muy importante, que es que cuando la batería se traga el riesgo es mayor que nunca debido a la introducción relativamente reciente de las baterías de litio de 3 voltios de 20 mm. Las baterías de botón que se solían usar eran de sólo 1.5 voltios, por lo que estas nuevas baterías son mucho más potentes que sus predecesoras".

Es decir, que si bien el 92 por ciento de los casos de baterías son tratados con éxito, el resto se enfrenta a un riesgo cada vez mayor de daño interno grave, apuntó Smith. "Cuando estas baterías cada vez más potentes se detienen en un punto del esófago pueden crear una pequeña microcorriente y provocar una perforación esofágica, causado daños muy graves en menos de dos horas", explicó. "Puede incluso llegar hasta la aorta y hacer que un niño sangre hasta morir".

Los niños pequeños y aquellos de 5 años y menores se enfrentan el mayor riesgo de contacto accidental con batería de botón, y la media de edad de los pacientes que llegan a emergencias está por debajo de los 4 años.

Los niños representaron una porción mayor de las visitas a emergencias (alrededor del 60 por ciento), mientras que la mayoría de los casos (cerca del 77 por ciento) fueron el resultado de la ingestión de la batería. El contacto a través de la nariz representó cerca del 10 por ciento de los casos, seguido por la exposición oral (7.5 por ciento) y la inserción por el oído (casi el 6 por ciento).

"Para los padres, el mensaje es que si sospechan que su niño se ha tragado una batería deben llevar al niño de inmediato a emergencias", apuntó Smith. "Y en términos de prevención, es necesario guardar y desechar las baterías fuera del alcance de los niños y también sellar con cinta adhesiva todos los compartimientos de batería".

"En cuanto a los fabricantes, lo que realmente necesitamos es que la industria realice un esfuerzo global para hacer compartimentos de batería inaccesibles y resistentes a los niños", agregó Smith. "Para todos los productos. Y no sólo para los juguetes. Debido a que la mayoría de los casos tienen que ver con productos que no están dirigidos a los niños. Como los controles remotos. Y las linternas".
El Dr. Lee Sanders, profesor asociado de pediatría de la Universidad de Stanford en Palo Alto, California, también expresó su preocupación.

"Siempre que observamos un aumento marcado en cualquier causa de lesión en los niños, nos causa preocupación desde el punto de vista de la salud pública", apuntó. "Por tanto, necesitamos investigar la raíz de la causa de este doble aumento. Una posibilidad es que existe, de hecho, una mayor exposición a las baterías de botón en sí. Pero, por supuesto, tenemos que analizar también a otras causas, como los cambios en la información real de casos que podrían haber tenido lugar como por ejemplo el sistema de mejoras en la presentación de informes o la codificación para mejoras en la presentación de informes".

Sanders agregó que los padres deben prestar atención al consejo general con respecto a la asfixia, especialmente para niños de 5 años o menos. "Los niños deben estar siempre vigilados y nunca deben estar al alcance de cualquier objeto que pueda caber a través de un tubo de Venturi (difusor), que es básicamente un tubo de cartón del tamaño de un rollo de papel higiénico. Esto es particularmente el caso de los objetos que normalmente no se consideran peligrosos, tales como juguetes infantiles que tienen baterías y otras piezas pequeñas, y diversos objetos que se encuentran en la cocina o el baño. "Esa es la mejor estrategia de prevención", puntualizó.

Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Gary A. Smith, M.D., DrPH, director, Center for Injury Research and Policy, Nationwide Children's Hospital, Columbus, Ohio; Lee Sanders, M.D., associate professor, pediatrics, Stanford University, Palo Alto, Calif.; June 2012 Pediatrics
HealthDay
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