Crean una unidad para desarrollar fármacos para niños con cáncer
ABCSALUD
Última revisión miércoles 02 de octubre de 2013 Todo el mundo sabe que los niños son muy diferentes a los adultos. ¿Todos? Parece que ahora ya sí. El Hospital Infantil Niño Jesús de Madrid, el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) y la Asociación Española de Pediatra (AEP) se han propuesto reincorporar a la población pediátrica a los estudios clínicos y acabar con una exclusión histórica que ha dejado a los niños huérfanos de medicamentos y tratamientos específicos. Para ello han creado una nueva Unidad de Investigación en Ensayos Clínicos, que se ubicará en el hospital madrileño.
Los responsables de las instituciones que participan y apoyan esta iniciativa coinciden al considerar que la población pediátrica -niños y adolescentes- tiene necesidades y problemas específicos que requieren de tratamientos y fármacos igualmente específicos. «La salud infantil es una de las mayores preocupaciones sanitarias en nuestro entorno», subraya Luis Madero, del Hospital Niño Jesús y presidente de la Fundación Española de Pediatría de la AEP, «y, sin embargo, hasta ahora la población pediátrica apenas se ha contemplado como protagonista de la Investigación clínica».
Hoy por hoy, entre el 50 y el 70% de los fármacos que se administran a los pacientes pediátricos ni siquiera han sido probados en niños, por lo que puede considerarse que la población pediátrica está huérfana de medicamentos. Para Lucas Moreno, coordinador de la nueva unidad, «hay una gran necesidad de ensayos clínicos de nuevos medicamentos para mejorar las tasas de curación de los canceres pediátricos de alto riesgo». Y, a pesar de que la supervivencia global del cáncer infantil ha mejorado significativamente, «los pacientes con tumores y leucemias de alto riesgo todavía tienen tasas de supervivencia bajas».
Mejores y más seguros
Madero considera que el desarrollo de estudios clínicos con y para niños permitirá formular medicamentos adecuados a ellos, mejores y más seguros, así como identificar la dosis adecuada y eficaz, y evitar efectos nocivos o tratamientos insuficientes».
La nueva Unidad de investigación clínica oncopediátrica tiene ya abiertos 13 ensayos y prevé iniciar hasta otros ocho más durante 2014. Para los primeros estudios que se han puesto en marcha se han seleccionado pacientes según el análisis de sus tumores (meduloblastoma, rabdomiosarcoma o neuroblastoma...), para que los tratamientos vayan dirigidos contra dianas específicas presentes en ellos. «En cáncer de adultos, los tratamientos dirigidos contra dianas moleculares han demostrado grandes beneficios en determinados tipos tumorales y es preciso desarrollar estos fármacos en la población pediátrica», explica Moreno.
Cuentan además con el apoyo de la Federación Española de Niños con Cáncer, cuya presidenta, Pilar Ortega, manifiesta que «la puesta en marcha de esta Unidad de Investigación Clínica es la respuesta a la demanda de muchos padres, ya que favorece el desarrollo de nuevos y mejores tratamientos para los niños y adolescentes con cáncer».
La nueva unidad, que nace ya como miembro del mayor consorcio europeo de ensayos clínicos pediátricos, participará en estudios internacionales, en los que habitualmente intervienen entre diez y 30 centros de todo el mundo, para agilizar el reclutamiento de pacientes, la obtención de resultados y su pronta aplicación a la práctica clínica.
Según sus previsiones, la nueva unidad, que facilitará la inclusión de nuevos tratamientos en fases muy tempranas del desarrollo de sus ensayos clínicos, estima que en los próximos cinco años se completaran varios de estos estudios y permitirán que fármacos más prometedores se incorporen a los regímenes estándar de tratamiento de los niños y adolescentes con cáncer.
¿Y las familias?
Ortega explica las tres vías para conseguir una mayor implicación de los padres en la investigación: «hacer a la Federación partícipe de la información relativa a ensayos clínicos pediátricos para hacérsela llegar a los padres; la participación de los padres en la redacción de los consentimientos que han de firmar para acogerse al tratamiento, para velar por qué sean asequibles y completos, y la intervención de los padres debidamente formados y de profesionales que conozcan las necesidades de los menores en el Comité Ético de Investigación que analice los ensayos pediátricos, como ocurre en otros países».
Las decisiones relativas a la salud deben ser tomadas por un profesional sanitario, considerando las características únicas del paciente.
Los responsables de las instituciones que participan y apoyan esta iniciativa coinciden al considerar que la población pediátrica -niños y adolescentes- tiene necesidades y problemas específicos que requieren de tratamientos y fármacos igualmente específicos. «La salud infantil es una de las mayores preocupaciones sanitarias en nuestro entorno», subraya Luis Madero, del Hospital Niño Jesús y presidente de la Fundación Española de Pediatría de la AEP, «y, sin embargo, hasta ahora la población pediátrica apenas se ha contemplado como protagonista de la Investigación clínica».
Hoy por hoy, entre el 50 y el 70% de los fármacos que se administran a los pacientes pediátricos ni siquiera han sido probados en niños, por lo que puede considerarse que la población pediátrica está huérfana de medicamentos. Para Lucas Moreno, coordinador de la nueva unidad, «hay una gran necesidad de ensayos clínicos de nuevos medicamentos para mejorar las tasas de curación de los canceres pediátricos de alto riesgo». Y, a pesar de que la supervivencia global del cáncer infantil ha mejorado significativamente, «los pacientes con tumores y leucemias de alto riesgo todavía tienen tasas de supervivencia bajas».
Mejores y más seguros
Madero considera que el desarrollo de estudios clínicos con y para niños permitirá formular medicamentos adecuados a ellos, mejores y más seguros, así como identificar la dosis adecuada y eficaz, y evitar efectos nocivos o tratamientos insuficientes».
La nueva Unidad de investigación clínica oncopediátrica tiene ya abiertos 13 ensayos y prevé iniciar hasta otros ocho más durante 2014. Para los primeros estudios que se han puesto en marcha se han seleccionado pacientes según el análisis de sus tumores (meduloblastoma, rabdomiosarcoma o neuroblastoma...), para que los tratamientos vayan dirigidos contra dianas específicas presentes en ellos. «En cáncer de adultos, los tratamientos dirigidos contra dianas moleculares han demostrado grandes beneficios en determinados tipos tumorales y es preciso desarrollar estos fármacos en la población pediátrica», explica Moreno.
Cuentan además con el apoyo de la Federación Española de Niños con Cáncer, cuya presidenta, Pilar Ortega, manifiesta que «la puesta en marcha de esta Unidad de Investigación Clínica es la respuesta a la demanda de muchos padres, ya que favorece el desarrollo de nuevos y mejores tratamientos para los niños y adolescentes con cáncer».
La nueva unidad, que nace ya como miembro del mayor consorcio europeo de ensayos clínicos pediátricos, participará en estudios internacionales, en los que habitualmente intervienen entre diez y 30 centros de todo el mundo, para agilizar el reclutamiento de pacientes, la obtención de resultados y su pronta aplicación a la práctica clínica.
Según sus previsiones, la nueva unidad, que facilitará la inclusión de nuevos tratamientos en fases muy tempranas del desarrollo de sus ensayos clínicos, estima que en los próximos cinco años se completaran varios de estos estudios y permitirán que fármacos más prometedores se incorporen a los regímenes estándar de tratamiento de los niños y adolescentes con cáncer.
¿Y las familias?
Ortega explica las tres vías para conseguir una mayor implicación de los padres en la investigación: «hacer a la Federación partícipe de la información relativa a ensayos clínicos pediátricos para hacérsela llegar a los padres; la participación de los padres en la redacción de los consentimientos que han de firmar para acogerse al tratamiento, para velar por qué sean asequibles y completos, y la intervención de los padres debidamente formados y de profesionales que conozcan las necesidades de los menores en el Comité Ético de Investigación que analice los ensayos pediátricos, como ocurre en otros países».
nota
La información médica ofrecida en esta web se ofrece solamente con carácter formativo y educativo, y no pretende sustituir las opiniones, consejos y recomendaciones de un profesional sanitario.Las decisiones relativas a la salud deben ser tomadas por un profesional sanitario, considerando las características únicas del paciente.
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