Disminuye el número de obesos en EE UU, pero continúa la epidemia
Cerca de 78 millones de adultos la padece. Los expertos solicitan "un cambio en la mentalidad de la sociedad"
Carolina García Washington 18 OCT 2013 - 18:09 CET9
El número de obesos ha disminuido en Estados Unidos en los dos últimos años, después de décadas aumentando de forma continuada, según concluye el último informe del Departamento de Estadística de Salud (NCHS, en sus siglas en inglés), que está considerado como el estudio más riguroso y válido del país porque evalúa a los participantes, registrando peso y altura, y no son los sujetos los que proporcionan los datos.
Los resultados están muy lejos del objetivo planteado por las autoridades sanitarias de que para el año 2020 no afecte a más del 30% de la población. Esto significa que EE UU continua sufriendo una epidemia que padecen cerca de 78 millones de sus ciudadanos (50 millones de blancos, 14,4 millones de hispanos, 12,2 millones de afroamericanos y 1,2 de millones asiáticos) y que está relacionada con enfermedades como la diabetes tipo II; las patologías cardiovasculares; problemas de hígado; trastornos degenerativos, e incluso algunos tipos de cáncer.
"Aunque se ve un soplo de esperanza en los resultados que muestran una bajada en el índice de adultos que padecen obesidad en el país, el descenso todavía no es lo suficientemente significativo, es una evidencia cuantificable, pero no pronostica un cambio", explicó Cynthia Ogden, epidemióloga del Centro de Prevención y Control de Enfermedades (CDC, en sus siglas en inglés) en un comunicado.
En 2012, el 34,9% de la población era obesa, en 2010, el 35,7%. El índice de obesidad aumentó de forma dramática en los noventa, después de mantenerse relativamente estable en las décadas anteriores, cuando apenas un 15% de la población padecía obesidad.
En EE UU se considera obesidad, categorizada desde hace poco como enfermedad por la Asociación Nacional de Médicos, a toda persona que tenga un índice de masa corporal (basado en la relación entre el peso y la altura, y no distingue entre masa muscular y masa grasa) de 30 o superior.
"Los números siguen en términos de epidemia y necesitamos seguir adoptando nuevas medidas que aceleren su solución", añadió Scott Kahan, profesor de nutrición en la Universidad de George Washington de la capital federal, a AP.
Estas últimas estadísticas no incluyen cifras de niños y adolescentes aunque un último estudio del Centro Prevención y Control de Enfermedades (CDC, en sus siglas en inglés) concluye que entre los años 2003 y 2010 el número de menores, entre los 2 y los 17 años, que padecen esta enfermedad disminuyó tras varios años de subida.
La obesidad sigue aumentando en las mujeres. En 2010, el 35,8% de ellas la padecía, y en 2012 el dato ha subido a un 36,1%. Mientras que entre los hombres, disminuyó un 2% en el mismo periodo de tiempo. Los más propensos a padecerla son las personas en los 40 y los 59 años.
“El objetivo de la especie humana ha sido durante siglos alimentarse y ya lo hemos cumplido.
Desafortunadamente estamos comiendo más de lo que necesitamos. El cerebro y el cuerpo están preparados para recibir más calorías de las que necesitamos y esto es muy difícil de cambiar, ya que estamos hablando de mecanismos metabólicos muy importantes”, ha dicho Matt Pertesen, miembro de la Sociedad Nacional de Diabéticos, al diario médico HealthDay.
La epidemia de la obesidad también afecta a la economía de EE UU, que pierde unos 270 millones de dólares al año en costes de atención médica y disminución de la productividad asociada a esta enfermedad y al sobrepeso, según un informe elaborado en 2011 por la Sociedad Nacional de Medicina.
“Todo esto nos lleva a que tenemos que seguir trabajando para conseguir erradicar la epidemia”, ha añadido Pertesen. Entre las medidas que se aplican en la actualidad están las dietas nutricionales, la cirugía bariátrica y el ejercicio. Aunque no pueden luchar contra los alimentos hipercalóricos que siguen siendo muy baratos en el país y que también demandan un cambio “en la mentalidad y forma de vida de la sociedad estadounidense”, indican los expertos.
Los resultados están muy lejos del objetivo planteado por las autoridades sanitarias de que para el año 2020 no afecte a más del 30% de la población. Esto significa que EE UU continua sufriendo una epidemia que padecen cerca de 78 millones de sus ciudadanos (50 millones de blancos, 14,4 millones de hispanos, 12,2 millones de afroamericanos y 1,2 de millones asiáticos) y que está relacionada con enfermedades como la diabetes tipo II; las patologías cardiovasculares; problemas de hígado; trastornos degenerativos, e incluso algunos tipos de cáncer.
"Aunque se ve un soplo de esperanza en los resultados que muestran una bajada en el índice de adultos que padecen obesidad en el país, el descenso todavía no es lo suficientemente significativo, es una evidencia cuantificable, pero no pronostica un cambio", explicó Cynthia Ogden, epidemióloga del Centro de Prevención y Control de Enfermedades (CDC, en sus siglas en inglés) en un comunicado.
En 2012, el 34,9% de la población era obesa, en 2010, el 35,7%. El índice de obesidad aumentó de forma dramática en los noventa, después de mantenerse relativamente estable en las décadas anteriores, cuando apenas un 15% de la población padecía obesidad.
En EE UU se considera obesidad, categorizada desde hace poco como enfermedad por la Asociación Nacional de Médicos, a toda persona que tenga un índice de masa corporal (basado en la relación entre el peso y la altura, y no distingue entre masa muscular y masa grasa) de 30 o superior.
"Los números siguen en términos de epidemia y necesitamos seguir adoptando nuevas medidas que aceleren su solución", añadió Scott Kahan, profesor de nutrición en la Universidad de George Washington de la capital federal, a AP.
Estas últimas estadísticas no incluyen cifras de niños y adolescentes aunque un último estudio del Centro Prevención y Control de Enfermedades (CDC, en sus siglas en inglés) concluye que entre los años 2003 y 2010 el número de menores, entre los 2 y los 17 años, que padecen esta enfermedad disminuyó tras varios años de subida.
La obesidad sigue aumentando en las mujeres. En 2010, el 35,8% de ellas la padecía, y en 2012 el dato ha subido a un 36,1%. Mientras que entre los hombres, disminuyó un 2% en el mismo periodo de tiempo. Los más propensos a padecerla son las personas en los 40 y los 59 años.
“El objetivo de la especie humana ha sido durante siglos alimentarse y ya lo hemos cumplido.
Desafortunadamente estamos comiendo más de lo que necesitamos. El cerebro y el cuerpo están preparados para recibir más calorías de las que necesitamos y esto es muy difícil de cambiar, ya que estamos hablando de mecanismos metabólicos muy importantes”, ha dicho Matt Pertesen, miembro de la Sociedad Nacional de Diabéticos, al diario médico HealthDay.
La epidemia de la obesidad también afecta a la economía de EE UU, que pierde unos 270 millones de dólares al año en costes de atención médica y disminución de la productividad asociada a esta enfermedad y al sobrepeso, según un informe elaborado en 2011 por la Sociedad Nacional de Medicina.
“Todo esto nos lleva a que tenemos que seguir trabajando para conseguir erradicar la epidemia”, ha añadido Pertesen. Entre las medidas que se aplican en la actualidad están las dietas nutricionales, la cirugía bariátrica y el ejercicio. Aunque no pueden luchar contra los alimentos hipercalóricos que siguen siendo muy baratos en el país y que también demandan un cambio “en la mentalidad y forma de vida de la sociedad estadounidense”, indican los expertos.
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