lunes, 21 de octubre de 2013

Prevenir y afrontar el suicidio es una labor de equipo

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Necesaria intervención precoz

Prevenir y afrontar el suicidio es una labor de equipo

Detrás del 90 por ciento de los suicidios consumados hay una patología mental de base que exige prevención.
Karla Islas Pieck. Barcelona | karla.islas@diariomedico.com   |  21/10/2013 00:00

Enric Álvarez, Cecilia Borràs y Santiago Durán-Sindreu
Enric Álvarez, director de Psiquiatría del Hospital de San Pablo, Cecilia Borràs y Santiago Durán-Sindreu. (Jaume Cosialls)

El suicidio es una muerte especialmente trágica que llega de forma prematura y que tiene un impacto muy importante en todo el entorno del fallecido. Según los datos disponibles, en el 90 por ciento de los casos se asocia a una patología mental de base, que principalmente es la depresión mayor, mientras que en el resto de casos aparece como una decisión aislada y resulta aún más inesperada y sorpresiva para los allegados.

Los estudios más recientes sugieren que la intervención precoz en las personas que han incurrido en una tentativa de autólisis reduce de manera muy significativa el riesgo de un segundo intento y, en los casos en los que ocurre, lo hace más tarde, según ha explicado Santiago Durán-Sindreu, psiquiatra del Plan de Prevención del Suicidio del Ensanche Derecho de Barcelona, adscrito al Hospital de San Pablo.

Este programa, que consiste en mantener un seguimiento telefónico personalizado de aquellos pacientes con alto riesgo, se puso en marcha en el año 2006 como parte de un proyecto europeo contra la depresión y desde 2008 está financiado por la Generalitat de Cataluña. Gracias a los buenos resultados que obtuvo en su fase piloto, se ha extendido a los barrios limítrofes de la zona de influencia de este centro.


Los supervivientes
Otro reto que supone el suicidio es la adecuada atención de los familiares más cercanos del fallecido o "supervivientes".

Tras una muerte de este tipo, el duelo suele ser más complicado y entra en juego el agravante de la culpa, ha explicado a Diario Médico Cecilia Borràs, impulsora y presidenta de Después del Suicidio Asociación de Supervivientes (DSAS), que acaba de cumplir su primer año.
Cecilia y su esposo Miguel crearon este grupo tras un duro proceso de duelo por la muerte de su hijo Miquel, que entonces tenía 19 años y no presentaba patología diagnosticada: "Era un chico totalmente normal". Para ellos fue muy difícil entender la situación y, después de visitar algunos grupos de duelo en los que no acabaron de encontrar respuestas, acudieron al departamento de Psiquiatría del Hospital de San Pablo.

De la mano de la psiquiatra Carmen Tejedor -ahora jubilada- decidieron crear una asociación específica orientada a ayudar a elaborar este tipo de duelo, compartiendo experiencias y emociones entre personas afectadas, para poder reconstruir su vida a partir de la pérdida.


¿Se puede predecir?
La posibilidad de predecir la conducta suicida es una cuestión que se discutió durante el congreso del Colegio Europeo de Neuropsicofarmacología (ECNP 2013) que se celebró en Barcelona (ver DM del 9-X-2013).
Para Michael Davidson, del Sheba Medical Center de Ramat-Gan (Israel), "no es posible predecir el suicidio". A su juicio, a pesar de que se sabe que una persona que hace una tentativa de autólisis tiene un riesgo 20 veces mayor de acabar con su vida, "sigue siendo un riesgo muy bajo y no tiene utilidad predictiva".

Mark Weiser, del mismo centro israelí, refirió datos de estudios que demuestran que la tasa de suicidios es muy baja incluso entre personas con profesiones consideradas de riesgo: "El verdadero problema para poder predecir el suicidio es que ocurre con muy poca frecuencia".

¿Cómo ayudar a quien ha perdido a un allegado?

Muchas veces se puede herir de forma importante a una persona que acaba de perder a un ser querido que se ha suicidado con determinados comentarios que casi siempre son bienintencionados, ha explicado Cecilia Borràs, presidenta de DSAS. Desde la asociación aconsejan, ante estos casos, ofrecer compañía y escuchar sin emitir juicios ni opinar, utilizar el nombre del allegado en lugar de referirse como "él" o "ella" y desterrar frases como "sé lo que sientes" (a menos que se haya pasado por lo mismo), "anímate", "no llores", "ahora está en paz" y otras similares.

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