La SEPD busca equilibrio entre sobre e infraprescripción de IBP

La Sociedad Española de Patología Digestiva recomienda los protectores gástricos (IBP) en patologías digestivas prevalentes, pero advierte: antes se sobreprescribían y ahora, en ocasiones, se retiran cuando no se debe.

J. A. P. Madrid | 21/04/2014 17:14

La Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD) ha recomendado el uso de protectores gástricos (IBP) en el tratamiento de enfermedades digestivas muy prevalentes, como úlceras y reflujo gastroesofágico, aunque ha matizado que su uso como protector gástrico en casos de consumo de antiinflamatorios no esteroides y ácido acetilsalicílico debe estar limitado a grupos de riesgo.

"Hace dos o tres años había, sobre todo desde AP, excesiva indicación del omeprazol, pero ahora se está retirando incluso en casos en que es necesario"

Los IBP (omeprazol, lansoprazol, pantoprazol, rabeprazol y esomeprazol) son unos de los fármacos más prescritos en el SNS, y, según ha recordado hoy la SEPD, en 2010 representaron el 4,9 por ciento del consumo global de fármacos. Su administración lleva tiempo en el punto de mira de clínicos y gestores sanitarios.

'Ni tanto ni tan calvo'
Según ha reconocido a DM Manuel Rodríguez-Téllez, portavoz de la SEPD, el comunicado emitido hoy por la sociedad trata de buscar el equilibrio, actualmente perdido, entre la sobre y la infraprescripción de este tipo de fármacos.

Rodríguez-Téllez cree que, hace dos o tres años, y especialmente desde la atención primaria, "estaban sobreindicados". La SEPD cree que, en algunos casos, los clínicos recurrían a los IBP en pacientes polimedicados que no los necesitaban, una situación que se está revirtiendo ahora hasta alcanzar el extremo opuesto.

"Estudios con pobre evidencia científica, más el objetivo de reducción del gasto en farmacia, han variado en los últimos años el patrón de prescripción"

El portavoz de la SEPD se explica: "En los últimos dos años han surgido estudios e información que, creemos, exageran los efectos secundarios del omeprazol". La osteoporosis o el déficit de vitamina B12 son algunos de estos efectos adversos, que pueden existir, pero cuya excesiva repercusión se asocia a "una pobre evidencia científica".

Rodríguez-Téllez cree que hay otra razón por la que se ha reducido la prescripción de los IBP: el objetivo de reducción del gasto farmacéutico y el "comprensible" esfuerzo de la Administración por impulsar una indicación más eficiente. El caso es que, ahora, esta especie de efecto rebote que ha seguido a la sobreprescripción que observaba la SEPD "está derivando en que a muchos pacientes que necesitan los IBP se les están retirando".

En su "optimista" opinión, pasar de un extremo a otro "terminará equilibrando la prescripción", ajustándola a lo realmente necesario.