Los trabajadores de la salud y de la educación pública en la provincia de Buenos Aires son algunos de los que más sufren la violencia social, tanto desde lo físico como desde lo psicológico, según coinciden especialistas y actores del sistema sanitario y escolar.
Los trabajadores de la salud y de la educación pública en la provincia de Buenos Aires son algunos de los que más sufren la violencia social, tanto desde lo físico como desde lo psicológico, según coinciden especialistas y actores del sistema sanitario y escolar.
En la provincia, los insultos, los golpes y el uso de armas en las guardias de los hospitales públicos afectan a numerosos profesionales y usuarios del sistema de salud. Las causas van desde la demora en la atención, la escasez de recursos humanos o de insumos para atender a los pacientes, hasta las roturas de equipos para los estudios.
Por ello, en marzo, el gobierno anunció la creación de la Policía Sanitaria y la puesta en marcha de una prueba piloto en 31 de los 80 centros de salud públicos para reducir los ataques, que incluye el uso de botones antipánico, cámaras de seguridad, refuerzo en las puertas y mayor presencia policial.
Sin embargo, Norma Faravelli, secretaria de Salud Laboral de la Asociación Sindical de Profesionales de la Salud (CICOP), dijo a Télam que "los trabajadores de la salud siguen en una situación vulnerable en los hospitales públicos de la provincia no solamente porque hay mayor violencia en la sociedad sino porque no cuentan con los servicios e insumos necesarios para atender a la gente y eso trae aparejado la ira y la intolerancia del paciente".
Sostuvo que "se generan muchos episodios de violencia y, en muchos casos, graves" y manifestó que "pero no hay que fomentar la militarización de estos espacios porque no podemos criminalizar al paciente que protesta o reclama". La referente de CICOP agregó que "los hospitales públicos deben tener todo lo que se necesita para atender al paciente y reforzar las guardias. Con esto vamos a disminuir muchísimo los casos de violencia".
La directora provincial de Salud Comunitaria, Entornos Saludables y No Violentos del Ministerio de Salud, Carmen Storani, y la psicóloga Gabriela Carobene, especializada en ámbitos laborales y coordinadora del programa Hospitales Humanizados, reconocieron a esta agencia que "los actos de vandalismo o los episodios de violencia entre médicos y pacientes pueden derivar de causas vinculadas al sistema sanitario".
Detallaron que los motivos varían y pueden suscitarse a partir de "las largas esperas, el desconcierto de los pacientes por falta de señalización, irritabilidad y agresiones verbales, tanto por parte de familiares como de los miembros del equipo de salud".
Contaron que "con el objetivo de cuidar a los que cuidan", en esa cartera se conformó la mesa intersectorial "Por hospitales libres de violencia", a través de la cual la ministra de salud, Zulma Ortiz, y los gremios -UPCN, ATE, CICOP, AMRA, FEMEBA y FEMECON- "trabajan en forma consensuada en la elaboración de estrategias destinadas a abordar las manifestaciones de la violencia interna y la violencia externa".
Las profesionales aseveraron que "la mesa sesiona en forma semanal y está elaborando el protocolo de atención de casos de violencia, que se encuentra en su etapa final de diseño" y precisaron que desde ese espacio "se proyecta la creación e implementación de Unidades Regionales de Gestión de Conflictos, interdisciplinarias y capacitadas, cuyas acciones serán prevención, intervención, docencia, e investigación entre 2016-2017".
En las escuelas bonaerenses también se registran cada vez más episodios de violencia e intimidación a docentes: según un informe de la Dirección General de Cultura y Educación bonaerense, en lo que va del año ya se registraron 78 casos de agresiones hacia maestros, tanto verbales como físicas.
Para la Federación de Educadores Bonaerenses (FEB), el número es aún mayor. Un informe reciente del gremio sostiene que un docente por día es víctima de agresiones verbales en la provincia de Buenos Aires, mientras que se registran entre dos y tres episodios de violencia física hacia educadores semanalmente.
El trabajo determinó que las agresiones físicas que los docentes padecen son golpes, empujones, tomadas de cuello, tiradas de cabello, cachetadas, trompadas o cortes con elementos y que los casos de violencia verbal tienen que ver con insultos, descalificaciones y amenazas.
"El problema de la violencia en la sociedad es inmenso y multicausal. Y en muchos casos, médicos, enfermeros, docentes y auxiliares somos los que ponemos la cara ante las ausencias del Estado", sintetizó Mirta Petrocini, titular de la FEB.
Por eso, la semana pasada, el director general de Educación y Cultura bonaerense, Alejandro Finocchiaro, envió a la Legislatura un proyecto de ley para modificar el Código de Faltas provincial en el que se propone penar con arresto de 5 a 30 días y multas de más de 6.000 pesos a quienes agredan a docentes bonaerenses.
Rosana Merlos, Secretaria de Derechos Humanos de Suteba dijo, a esta agencia que "existen situaciones de violencia que antes no se veían, lo cual tiene que ver con la modificación de los roles de los adultos en la sociedad en general".
Analizó que "la escuela es un lugar distinto a la escuela elitista que había en otro momento, cuando llegaba sólo un sector de la sociedad. Antes los conflictos eran menos porque había menos gente en la escuela y hoy hay mas situaciones de violencia".
Tanto desde Suteba como desde Feb consideraron que "sólo con la modificación del Código de Faltas no alcanza ya que la solución debe ser abordada de modo integral".
En ese sentido, la directora de Psicología Comunitaria y Pedagogía Social del Ministerio de Educación, Andrea Dure, explicó a Télam que "más allá de que nosotros trabajamos para prevenir y anticiparnos al conflicto que puede surgir en la escuela, la preocupación del ministro es proteger a los trabajadores, que estén resguardados y por eso presentó ese proyecto".
"Queremos que el clima escolar sea el adecuado para que el proceso de enseñanza y aprendizaje tenga lugar. Venimos trabajando desde hace mucho tiempo con los distintos niveles para promover acuerdos de convivencia dentro de las escuelas, entendiendo que la violencia es social y tiene su repercusión dentro del ámbito educativo", afirmó.
"La violencia hacia docentes es un tema que nos preocupa y nos ocupa", reconoció la profesional y argumentó que "trabajamos para que los alumnos puedan estudiar dentro del marco del respeto".
Duré precisó que desde 2012 los docentes cuentan con una Guía de Orientación para la Intervención en Situaciones Conflictivas y de Vulneración de Derechos en el Escenario Escolar y opinó que "es fundamental fortalecer el vínculo entre la escuela y la familia, lo que permite entendernos y manejarnos en el diálogo, en los acuerdos, y en prevenir conflictos".
Fuente: Télam
No hay comentarios:
Publicar un comentario