El agua mineral carbónica podría tener un efecto preventivo en la salud cardiovascular

Una intervención aleatoria, controlada y cruzada con agua mineral Vichy Catalán ha demostrado que reduce biomarcadores de riesgo cardiometabólico en adultos con hipercolesterolemia moderada. El trabajo ha sido realizado por el Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (Ictan-CSIC) y se publica enNutrients.

Isabel Gallardo Ponce | igallardo@diariomedico.com | 12/07/2016 14:42

Alberto Cabadas, director de desarrollo de producto de Vichy Catalán; Pilar Vaquero, investigadora Científica del CSIC, y Miguel Angel Urbán, director de I+D+i de Vichy Catalán. (José Luis Pindado)

El consumo de agua mineral carbónica parece reducir el riesgo de patologías crónicas cardiometabólicas, según un estudio aleatorio, controlado y cruzado con agua mineral carbónica Vichy Catalán que ha realizado el Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (Ictan-CSIC). El trabajo se llevó a cabo con la participación de 64 adultos con hipercolesterolemia moderada, a los que se les pautó un consumo de 1 litro diario de agua mineral bicarbonatada sódica y un agua mineral de control con bajo contenido de minerales en las comidas principales durante 8 semanas, separadas por un periodo de lavado de 8 semanas. El trabajo se realizó en condiciones fisiológicas y ninguno de los participantes perdió peso ni se cambiaron los hábitos de vida. "Su consumo habitual favorece que esta mejora se mantenga durante las cuatro y ocho semanas posteriores, aconsejando así su ingesta unida a un ritmo de vida y alimentación saludable", ha dicho Pilar Vaquero, principal autora del trabajo.

Desde que en 1881 este agua mineral recibiera la calificación de mineromedicinal se han realizado varios trabajos para estudiar el efecto preventivo de la bebida en la salud cardiovascular. Según Alberto Cabadas, director de desarrollo de producto de Vichy Catalán, en el primer estudio realizado sobre el agua entre la Comunidad de Madrid y la Fundación Jiménez Díaz se analizaron los iones que intervenían en la salud cardiovascular. Vaquero ha recordado que aquel trabajo se realizó con mujeres premenopaúsicas en las que se observó que "la pérdida de calcio por la orina se redujo puesto que es un agua moderadamente alcalina con bicarbonato, lo que también es beneficioso para el hueso”.

En los últimos trabajos, las características de mineralización de esta agua han ido sumando evidencia sobre su efecto preventivo en el "riesgo cardiovascular. En concreto, el consumo de un litro diario reduce el colesterol LDL. En los ensayos pospandriales se muestra también una reducción de los triglicéridos séricos y una reducción de la secreción de la aldosterona circulante, además de un aumento de la excreción de sodio a través de la orina, lo que refuerza su papel como parte de la dieta mediterránea", ha explicado Cabadas.

El contenido de 2 gramos de bicarbonato por litro en este agua carbónica eleva el PH, lo que reduce la excreción del calcio y apunta a un efecto alcalinizante sistémico, que compensa los efectos de las dietas ácidas. Esta reducción del calcio podría ser debida a una acción directa sobre el mecanismo renal o por un reducción de su solubilidad como consecuencia de la alcalinización del medio durante la digestión, en la que tiene una acción directa, ha comentado Cabadas. "Contrarrestar los efectos de las dietas acidogénicas tiene beneficios en la protección frente a enfermedades cardiometabólicas, por lo que creemos que es interesante", ha añadido Vaquero.

Asimismo, Vaquero ha destacado que el "efecto de beber agua desplaza el consumo de otras bebidas menos saludables. Esa sustitución ya supone efectos saludables". Asimismo, se observó una reducción del colesterol total, del colesterol LDL, de la glucosa y de los índices de riesgo cardiovascular col-T/col-LDL y col LDL/ApoB, mientras que la ApoB aumentó. Cabas y Vaquero han coincidido en que el aporte de sodio no tiene influencia en la presión arterial, pese a la creencia errónea de que sí lo hacen. "La presión arterial no se eleva porque la aldosterona se pone en marcha y por la acción del bicarbonato. El sodio es un nutriente, diferente del cloruro sódico", ha concluido Vaquero.