S. Moreno. Madrid | dmredaccion@diariomedico.com | 25/07/2016 00:00
El hospital de día es un pilar en el tratamiento de los trastornos de la conducta alimentaria (TCA). En este régimen se trata a los pacientes que no han respondido a terapias previas y que se derivan de los centros de salud y hospitales. De esta forma, se les puede ofrecer un abordaje más completo. Así lo demuestra la labor desarrollada por la Unidad de TCA del Hospital Santa Cristina (Madrid), que acaba de cumplir diez años. A lo largo de esta década, un equipo multidisciplinar de profesionales ha tratado a unos 800 pacientes (varones en el 5,4 por ciento de los casos), con una estrategia que combina psicoterapia y tratamiento farmacológico con la intervención desde la enfermería, la nutrición y la terapia ocupacional.
El coordinador de la unidad, Enrique Guerra, expone a DM que cuentan con 50 plazas divididas en dos turnos: el de mañana, donde se atiende a los pacientes con diagnóstico principal de anorexia nerviosa, y el de tarde, reservado a enfermos con bulimia nerviosa o trastorno por atracón. La razón de esta división es que en los tratamientos grupales se ha demostrado la conveniencia de no mezclar a pacientes con diferentes patologías, matiza Guerra.
Los tratamientos grupales se hacen extensivos también a las familias. Las terapias se intercalan con las comidas pertinentes en cada turno. Son almuerzos o cenas que discurren bajo supervisión, sin mucho diálogo y, en concreto, sin hablar directa o indirectamente sobre la comida.
- La Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria del Hospital Santa Cristina (Madrid) cumple una década de labor terapéutica multidisciplinar
El tratamiento, que en el hospital de día se prolonga durante una media de un año, consigue en gran parte de los casos la recuperación de los pacientes, "con más frecuencia en la bulimia y el trastorno por atracón que en anorexia", recuerda Guerra.
En general, los profesionales de esta unidad asisten a un aumento de los trastornos psiquiátricos asociados a la conducta alimentaria, tales como la depresión mayor, el trastorno por déficit de atención, el abuso de sustancias, los trastornos graves de la personalidad y la obesidad mórbida en pacientes bulímicos. Guerra también ha aludido al incremento de los trastornos de la conducta alimentaria, promovido por la amplificación del culto a la imagen por parte de los medios.
Junto a la clínica, la unidad no descuida la vertiente investigadora, con estudios, entre otros, sobre la terapia psicodramática en pacientes con bulimia y trastorno de la personalidad; la relación entre los antecedentes de abuso infantil y los TCA, así como los factores que condicionan la cronicidad en estos pacientes.
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