Metástasis en hígado irresecables
Buenos resultados del abordaje no invasivo de las metástasis hepáticas irresecables
Se han obtenido buenos resultados al realizar una nueva técnica para la metástasis en hígado irresecables basada en la perfusión del hígado mediante catéteres.
Enrique Mezquita. Valencia | 04/10/2013 00:00
El III Congreso Nacional de la Sociedad Española de Oncología Quirúrgica y la V Reunión del Grupo Español de Cirugía Oncológica Peritoneal, en Alicante, se ha centrado en las metástasis en hígado irresecables, un problema de primera magnitud para los especialistas. El encuentro ha constatado los exitosos resultados de una nueva técnica para su abordaje, basada en la perfusión del hígado mediante unos catéteres diseñados por Richard H. Alexander, pionero en el desarrollo de nuevos tratamientos regionales en el Instituto Nacional del Cancer de Estados Unidos (NCI, por sus siglas en inglés), y sus colaboradores. De esta forma, se pueden aplicar altas dosis de quimioterapia y calor sin realizar cirugía abierta.
Según ha explicado a DM Pedro Bretcha, vicepresidente del comité organizador y consultor en Cirugía Oncológica del Servicio de Cirugía del Hospital Quirón Torrevieja, "las metástasis llevan a la disfunción del órgano y, en el caso del hígado, a la muerte por insuficiencia hepática; por desgracia, el diagnóstico de muchos tumores se realiza en la fase metastásica (estadio IV de la enfermedad)".
Por ejemplo, en el caso del cáncer de colon, el 25 por ciento de los pacientes presentan metástasis hepáticas en el diagnóstico y el 80 por ciento no serán candidatos a cirugía curativa de entrada. Además, "existe una entidad específica, el melanoma ocular, con metástasis hepáticas como único lugar de diseminación en el 90 por ciento de los casos; y el subungueal, en un 60 por ciento".
En el melanoma metastásico en hígado, el tratamiento estándar es quimioterapia, si bien el grupo del NCI que lideraba Alexander en la década de 1990 desarrolló una técnica quirúrgica de aislamiento total del hígado y posterior perfusión intraoperatoria del mismo con quimioterapia y calor. Posteriormente, "desarrollaron otra técnica percutánea para conseguir el aislamiento del órgano y su tratamiento con altas dosis de quimioterapia".
Ambos tratamientos se han hecho extensivos a otro tipo de tumores y Bretcha ha citado en especial la aportación de esta segunda técnica: "Mediante catéteres con balón diseñados por el grupo de Alexander, se consigue de forma poco invasiva aislar al hígado del resto del organismo y poder aplicar una alta dosis de quimioterapia, que de otra manera sería extremadamente tóxica". A la espera de resultados definitivos de los distintos ensayos en marcha en Estados Unidos, el especialista ha apuntado que "se prevé que tendrá un hueco dentro del arsenal terapéutico de los pacientes con metástasis hepáticas como único lugar de extensión de su cáncer, pero irresecables quirúrgicamente y, por tanto, incurables". En su opinión, esta técnica deberá implantarse en centros donde se disponga de una visión oncológica interdisciplinar, capacitación y tecnología adecuada.
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