Insomnio e hipersomnia, posibles signos iniciales de neurodegeneración

Según la neuróloga María Gudín, "la epilepsia y los trastornos del sueño se influencian recíprocamente".

Redacción. Ciudad Real | 22/10/2013 00:00

"La epilepsia y los trastornos del sueño se influencian recíprocamente", según la neuróloga María Gudín, del Hospital de Ciudad Real, que ha participado en las jornadas de Medicina del Sueño celebradas en el citado hospital. Ha explicado que a menudo son difíciles de diferenciar y que también los fármacos antiepilépticos pueden alterar el sueño y producir insomnio o somnolencia. El estudio polisomnográfico es preceptivo en el estudio de dichos trastornos.

Mercedes Muñoz, del mismo hospital, ha hablado de los trastornos del sueño en el Parkinson. El insomnio es el más habitual y le influyen los factores motores, efectos adversos farmacológicos y trastornos ansioso-depresivos. La hipersomnia tiene una prevalencia del 80 por ciento en Parkinson, frente al 2 por ciento de la población general, los trastornos de conducta del sueño REM están presentes hasta en un 40 por ciento y los de síndromes de piernas inquietas en un 20 por ciento. "Estos trastornos pueden ser la manifestación inicial de degeneración, por lo que es muy importante la historia clínica para su abordaje terapéutico".

Salud mental
Para Estefanía Segura, psiquiatra del Hospital General de Ciudad Real, los trastornos del sueño y la salud mental están muy ligados. Por citar algunos ejemplos, en esquizofrenia las alteraciones nocturnas del sueño son una queja común, así como en los trastornos depresivos, donde el 80 por ciento de estos pacientes presentan un deterioro en la calidad y cantidad del sueño. Los trastornos bipolares, depresivos estacionales, de angustia, de ansiedad o de estrés postraumático son objeto de estos trastornos.

Por otro lado, las alteraciones del comportamiento y aprendizaje, y el retraso del crecimiento son algunas consecuencias del síndrome de apnea del sueño en el niño, según Manuel Rayo, del mismo centro. En España, el SAOS sintomático afecta al 3-6 por ciento en población general y al 0,2-5 por ciento en niños.