Participación española en el consorcio europeo Translink

Busca combatir anticuerpos ligados a la respuesta en xenotrasplantes. Dos compañías españolas integran el grupo con centros e instituciones.

Javier Granda. Barcelona | dmredaccion@diariomedico.com | 07/10/2013 00:00

Las compañías españolas InKemia IUCT Group y Mind the Byte participan en un consorcio internacional llamado Translink, cuyo principal objetivo es intentar aclarar por qué las prótesis de válvulas cardiacas biológicas -de origen xerogénico, principalmente porcinas o bovinas- presentan una vida media baja, que ronda entre los 10 y 15 años.

En concreto, el papel de las compañías consistirá en aportar posibles nuevos tratamientos que permitan eliminar algunos de los anticuerpos identificados en el caso de la respuesta del xenotrasplante, dentro de un consorcio europeo en el que desde España están presentes también el Instituto Catalán de la Salud, el Servicio de Cirugía Cardiaca del Hospital Valle de Hebrón y el Idibell.

El proyecto tendrá una duración de cuatro años y cuenta con un presupuesto de 7,8 millones de euros, cofinanciado por la Unión Europea dentro del VII Programa Marco. El consorcio internacional está formado por 13 miembros de seis países europeos, con la colaboración de investigadores estadounidenses e israelíes, y en él también participan el Institut National de la Santé et de la Recherche Médicale (Francia), el Centre Hospitalier Universitaire de Nantes (Francia), el University College of London (Reino Unido), la Universidad de Tel Aviv (Israel), la Universidad de Gotemburgo (Suecia), la Universidad de California (Estados Unidos) y la biotecnológica italiana Avantea.

Multidisciplinar
Rafael Máñez, jefe del Servicio de Cuidados Intensivos del Hospital de Bellvitge, destaca la importancia de que el proyecto tenga un carácter multidisciplinar. "Seguramente es el camino, está claro que este tipo de aproximación pretende tanto caracterizar el problema como aportar soluciones con una aplicabilidad clínica".

En Translink, el trabajo conjunto partirá de la base de que las prótesis de válvulas cardiacas biológicas "funcionan muy bien y presentan ventajas sobre las válvulas mecánicas porque no requieren tratamiento anticoagulante de por vida, con el riesgo que eso comporta. Pero, debido a esta corta duración, sólo se implantan en pacientes de más de 65 años. Además, se sabe que en pacientes jóvenes la vida media de estas prótesis es aún mucho más corta, porque no supera los 4 ó 5 años. No se conocen los mecanismos por los que se produce su fracaso, pero se cree que están relacionados con la respuesta de nuestro organismo a un material de otra especie", señala Máñez, cuya experiencia en el terreno del xenotrasplante es larga.

Sin embargo, "en 2005 abandonamos esta vía por la reacción inmunológica que se produce: por mucho que pensamos que la habíamos controlado por diversos mecanismos de manipulación genética de los animales, en modelos en primates no humanos no fuimos capaces de conseguir una supervivencia superior a seis meses, que era el objetivo que nos habíamos propuesto para pasar a humanos".

Estas investigaciones permitieron conocer los mecanismos de la respuesta inmunitaria innata contra los antígenos de otras especies cuando se implantan en humanos o en primates no humanos. Por este motivo nos presentamos a esta convocatoria europea, y aprovechar todo el conocimiento aprendido junto a investigadores de la Universidad de Padua y Nantes con los que colaboré en proyectos de xenotrasplante", explica.

Ciencia y aplicación

La compañía Mind the Byte está especializada en el desarrollo de servicios informáticos aplicables al descubrimiento de medicamentos y modelado molecular.

Inkemia IUCT Group, por su parte, aporta su experiencia en la generación de productos finales y procesos tecnológicos para patentarlos, venderlos y transferirlos a la industria. Entre sus actividades también destaca el codesarrollo de I+D+i de alto valor tecnológico de la mano de otras empresas del sector con las que comparte riesgos y beneficios.