Jannette es la primera mujer embarazada que ha sobrevivido al Ébola. Cuando llegó al centro de tratamiento del Ébola de Médicos Sin Fronteras de Guéckédou, embarazada de siete meses (de su sexto hijo), nuestro equipo la creyó condenada a una muerte segura ya que, hasta la fecha, ninguna embarazada había sobrevivido al Ébola. Sin embargo, poco a poco Jannette empezó a mejorar.
Tras unos días, el bebé dejó de moverse: había muerto. El análisis de sangre que le acabábamos de hacer a Jannette dio negativo, lo que significaba que estaba curada. No obstante, había riesgo de que el feto estuviese infectado.
Por fortuna, teníamos a una especialista en obstetricia en el equipo. La obstetra analizó el líquido amniótico y los resultados revelaron que, en efecto, su hijo había contraído el virus.
Aunque Jannete ya estaba curada, el nonato podía contagiarla de nuevo. Considerando los riesgos de contagio ligados a un parto sin las medidas de protección adecuadas, el equipo médico no tuvo otra elección que llevarlo a cabo en la misma zona de aislamiento.
Aun en circunstancias tan dramáticas, la operación salió bien: Jannette sobrevivió y hoy está totalmente recuperada. De hecho, viene al centro a visitarnos con frecuencia.
Aun en circunstancias tan dramáticas, la operación salió bien: Jannette sobrevivió y hoy está totalmente recuperada. De hecho, viene al centro a visitarnos con frecuencia.
El virus del Ébola ha causado estragos en Houdouni, la aldea de Jannette. De los 110 habitantes que hay censados, 23 han muerto a consecuencia de esta enfermedad y solo cinco, entre ellos Jannette, han logrado sobrevivir.
Foto de Joffrey Monnier
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