Los cambios epigenéticos pueden causar cáncer por sí solos
30/07/2014 - E.P.
Durante mucho tiempo se ha considerado que el cáncer es exclusivamente una enfermedad genética
Investigadores del Centro de Investigación sobre Nutrición Infantil USDA/ARS en el Colegio Baylor de Medicina y el Hospital de Niños de Texas, en Estados Unidos, han creado un modelo experimental que proporciona la primera evidencia 'in vivo' de que las alteraciones epigenéticas por sí solas pueden causar cáncer, un hallazgo que publica la revista 'Journal of Clinical Investigation'.
"Sabíamos que los cambios epigenéticos se asocian con el cáncer, pero no se sabía si se trataba de una causa o una consecuencia del cáncer. El desarrollo de este nuevo enfoque de ingeniería epigenética nos permitió probar si los cambios de metilación del ADN por sí solos pueden conducir al cáncer", relata Lanlan Shen, profesora asociada de Pediatría de Baylor y autora principal del estudio.
Durante mucho tiempo, se ha pensado que el cáncer es principalmente una enfermedad genética, pero en las últimas décadas los científicos han llegado a creer que los cambios epigenéticos, que no cambian la secuencia de ADN sino cómo se 'lee', también juegan un papel en el cáncer.
En particular, la metilación del ADN, la adición de un grupo metilo (o molécula), es un interruptor epigenético que de forma estable puede desactivar los genes, lo que sugiere un potencial para causar cáncer igual que lo puede hacer una mutación genética. Hasta ahora, sin embargo, era deficiente la evidencia directa de la formación de cáncer por unidades de metilación del ADN.
Shen y sus colegas se centraron en p16, un gen que normalmente funciona para prevenir el cáncer, pero está metilado comúnmente en un amplio espectro de cánceres humanos. Estos expertos idearon un enfoque para diseñar la metilación del ADN específicamente en la región del modelo experimental reguladora de p16.
Como estaba previsto, el promotor p16 diseñado actuó como un imán de la metilación. Conforme los modelos experimentales alcanzaron la edad adulta, el aumento gradual de la metilación de p16 condujo a una mayor incidencia de cánceres espontáneos y redujo la supervivencia.
"Esto no sólo es la primera evidencia 'in vivo' de que la alteración epigenética por sí sola puede causar cáncer --subraya Shen-- sino que también tiene profundas implicaciones para futuros estudios, ya que los cambios epigenéticos son potencialmente reversibles. Por lo tanto, nuestros resultados proporcionan esperanza para nuevas terapias epigenéticas y validan un nuevo enfoque para ponerlas a prueba".
Shen predice que este nuevo enfoque será muy útil porque, además de p16, hay muchos otros genes y enfermedades distintas al cáncer que están conectados a la epigenética, como las patologías del neurodesarrollo, la obesidad y la diabetes.
"Esto abre la puerta a un nuevo paradigma de cómo entender la tumorigénesis. Si podemos identificar los cambios epigenéticos que predisponen a las personas al cáncer, estos pueden en realidad ser tratables o prevenibles, así que este estudio aporta un montón de optimismo para idear nuevas formas de lidiar con el cáncer", concluye Robert Waterland, profesor asociado de Pediatría de Baylor y también participante en el estudio.
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