El CSIC descubre que la presencia de células sanguíneas inmaduras está correlacionada con la enfermedad del lupus
Madrid (10/05/2012) - Redacción
En la actualidad no existen pruebas diagnósticas definitivas que confirmen la dolencia, y la clave para realizarlo está en la sangre periférica
La presencia de granulocitos inmaduros entre las células mononucleares de sangre periférica (PBMC) de un paciente indica que éste padece lupus eritematoso sistémico (comúnmente conocido como lupus), según revela una investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Este tipo de células sanguíneas sólo suelen aparecer en la médula ósea y tras una infección bacteriana.
El hallazgo, publicado en la revista Journal of Proteomics, se ha realizado mediante la comparación del conjunto de proteínas (proteoma) de los PBMC de pacientes con lupus e individuos control. Los resultados indican que la proteína S100A9 se sobreexpresa en casos de lupus y su actividad está correlacionada con el nivel de granulocitos inmaduros en la PBMC.
"Los pacientes con una mayor cantidad de este tipo celular en sangre periférica tienen una mayor prevalencia de manifestaciones cutáneas y vasculitis", explica el investigador del Instituto de Parasitología y Biomedicina López-Neyra del CSIC que ha dirigido el trabajo, Jaime Sancho. El objetivo de la investigación era detectar biomarcadores para el diagnóstico y la evolución de esta dolencia.
El lupus es una enfermedad autoinmune de origen desconocido que afecta sobre todo a mujeres en edad fértil, que sufren esta dolencia nueve veces más que los hombres. En Europa, se calcula que afecta a 40 de cada 100.000 personas.
La sintomatología del lupus es muy variada y puede afectar a cualquier órgano o sistema del cuerpo. Sus manifestaciones más frecuentes son las cutaneoarticulares con eritemas (inflamaciones) malares en forma de alas de mariposa. Los síntomas dermatológicos suelen aparecer en el 65 por ciento de los enfermos.
En la actualidad no existe ninguna prueba definitiva que confirme la enfermedad. El diagnóstico del lupus se basa en el análisis de la historia clínica, en un meticuloso examen físico y en algunas pruebas elementales de laboratorio. Funcionalmente, los granulocitos inmaduros tienen características de células proinflamatorias y una gran capacidad para inducir la muerte de células endoteliales. Este factor podría estar relacionado con el alto riesgo de los enfermos de padecer arterioesclerosis prematura y una mayor incidencia de accidentes vasculares (infartos).
El hallazgo de Sancho, que ha contado con la colaboración de investigadores del Instituto de Investigaciones Biomédicas de Barcelona del CSIC y del Hospital Universitario San Cecilio de Granada, podría dar lugar a una prueba diagnóstica definitiva para reconocer y hacer el seguimiento de esta enfermedad.
Este tipo de células sanguíneas sólo suelen aparecer en la médula ósea y tras una infección bacteriana.
El hallazgo, publicado en la revista Journal of Proteomics, se ha realizado mediante la comparación del conjunto de proteínas (proteoma) de los PBMC de pacientes con lupus e individuos control. Los resultados indican que la proteína S100A9 se sobreexpresa en casos de lupus y su actividad está correlacionada con el nivel de granulocitos inmaduros en la PBMC.
"Los pacientes con una mayor cantidad de este tipo celular en sangre periférica tienen una mayor prevalencia de manifestaciones cutáneas y vasculitis", explica el investigador del Instituto de Parasitología y Biomedicina López-Neyra del CSIC que ha dirigido el trabajo, Jaime Sancho. El objetivo de la investigación era detectar biomarcadores para el diagnóstico y la evolución de esta dolencia.
El lupus es una enfermedad autoinmune de origen desconocido que afecta sobre todo a mujeres en edad fértil, que sufren esta dolencia nueve veces más que los hombres. En Europa, se calcula que afecta a 40 de cada 100.000 personas.
La sintomatología del lupus es muy variada y puede afectar a cualquier órgano o sistema del cuerpo. Sus manifestaciones más frecuentes son las cutaneoarticulares con eritemas (inflamaciones) malares en forma de alas de mariposa. Los síntomas dermatológicos suelen aparecer en el 65 por ciento de los enfermos.
En la actualidad no existe ninguna prueba definitiva que confirme la enfermedad. El diagnóstico del lupus se basa en el análisis de la historia clínica, en un meticuloso examen físico y en algunas pruebas elementales de laboratorio. Funcionalmente, los granulocitos inmaduros tienen características de células proinflamatorias y una gran capacidad para inducir la muerte de células endoteliales. Este factor podría estar relacionado con el alto riesgo de los enfermos de padecer arterioesclerosis prematura y una mayor incidencia de accidentes vasculares (infartos).
El hallazgo de Sancho, que ha contado con la colaboración de investigadores del Instituto de Investigaciones Biomédicas de Barcelona del CSIC y del Hospital Universitario San Cecilio de Granada, podría dar lugar a una prueba diagnóstica definitiva para reconocer y hacer el seguimiento de esta enfermedad.
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