es factor de riesgo de infarto y de acv
El marcador de disfunción ADMA es útil en enfermedad arterial periférica
Los marcadores biológicos son muy útiles para el abordaje de la enfermedad arterial periférica. Uno de los más novedosos es el marcador de disfunción endotelial dimetil arginina asimétrica (ADMA), cuya elevación se asocia con mayor mortalidad y efectos adversos graves como el infarto de miocardio y el accidente cerebrovascular (ACV).
Covadonga Díaz. Oviedo | 02/05/2012 00:00
Sólo entre el 10 y el 30 por ciento de los pacientes con enfermedad arterial periférica presentan un cortejo florido, como la claudicación intermitente, mientras que la mayoría se mantienen asintomáticos durante un periodo significativo de evolución de la enfermedad. De ahí la necesidad de complementar la clínica con otro tipo de parámetros que permitan anticipar el diagnóstico. En este contexto los marcadores biológicos están demostrando utilidad, según Eloy Fernández Rodríguez, jefe de Servicio de Análisis Clínicos del Hospital de Cabueñes, en Gijón, que ha participado en el II Curso de Medicina Vascular de la Sociedad Española de Angiología y Cirugía Vascular (Seacv), organizado en Gijón en colaboración con el Hospital de Cabueñes.
De hecho, según datos de la Seacv, se calcula en España una prevalencia general de 900.000 casos, ha indicado Javier Álvarez, jefe de Servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital de Cabueñes y organizador del curso.
Patología silente
Otro factor relevante es que se trata de una enfermedad que no siempre da la cara, "con lo que no resulta fácil el diagnóstico clínico; así, un elevado porcentaje de pacientes se mantienen asintomáticos u oligoasintomáticos, lo que es causa de infradiagnóstico y diagnóstico tardío. Aunque, además de la clínica, disponemos de una prueba como es la medición del índice tobillo brazo, para no pocos pacientes cuando diagnosticamos la lesión ya es tarde", ha detallado Fernández.
La enfermedad arterial periférica se asocia a alteraciones cardiovasculares, en concreto infarto agudo de miocardio y accidente cerebrovascular. "Si actuamos precozmente podremos evitar no sólo las consecuencias directas a nivel periférico, como úlceras, amputaciones y gangrena, sino también cardiovasculares mayores en corazón y cerebro".
Definir procesos
Por todos estos motivos este especialista resalta el interés de definir el proceso fisiopatológico y anatómico de la lesión que provoca la acumulación de placa de ateroma y la obstrucción arterial. "Sabemos que este proceso tiene un claro componente inflamatorio y que son varias las sustancias implicadas en esta actividad y que podemos detectar en sangre". De aquí la utilidad de estudiar biomarcadores asociados a enfermedad arterial periférica, como citocinas inflamatorias, marcadores de disfunción endotelial y de angiogénesis, lipoproteínas y lípidos oxidados o modificados, marcadores de estrés oxidativo y factores de coagulación.
Actualmente, ADMA es un marcador que se ha revelado útil, porque, además, recientes datos demuestran su elevación en otros lechos vasculares como ictus en fase aguda, "lo que nos puede llevar a la hipótesis de que, si incluso en fases precoces de la lesión ya está aumentado, se podría anticipar el diagnóstico de la enfermedad arterial periférica y ser de utilidad en la selección de pacientes para posterior evaluación vascular", según Fernández. Es además una prueba accesible en el ámbito asistencial, sin complejidad técnica y de precio no elevado.
- La arterial periférica es una enfermedad que no siempre se manifiesta, por lo que el diagnóstico clínico puede resultar bastante complejo
De hecho, según datos de la Seacv, se calcula en España una prevalencia general de 900.000 casos, ha indicado Javier Álvarez, jefe de Servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital de Cabueñes y organizador del curso.
Patología silente
Otro factor relevante es que se trata de una enfermedad que no siempre da la cara, "con lo que no resulta fácil el diagnóstico clínico; así, un elevado porcentaje de pacientes se mantienen asintomáticos u oligoasintomáticos, lo que es causa de infradiagnóstico y diagnóstico tardío. Aunque, además de la clínica, disponemos de una prueba como es la medición del índice tobillo brazo, para no pocos pacientes cuando diagnosticamos la lesión ya es tarde", ha detallado Fernández.
La enfermedad arterial periférica se asocia a alteraciones cardiovasculares, en concreto infarto agudo de miocardio y accidente cerebrovascular. "Si actuamos precozmente podremos evitar no sólo las consecuencias directas a nivel periférico, como úlceras, amputaciones y gangrena, sino también cardiovasculares mayores en corazón y cerebro".
- Este biomarcador también se eleva en lechos vasculares como el ictus en fase aguda, lo que podría seleccionar pacientes en fases precoces
Definir procesos
Por todos estos motivos este especialista resalta el interés de definir el proceso fisiopatológico y anatómico de la lesión que provoca la acumulación de placa de ateroma y la obstrucción arterial. "Sabemos que este proceso tiene un claro componente inflamatorio y que son varias las sustancias implicadas en esta actividad y que podemos detectar en sangre". De aquí la utilidad de estudiar biomarcadores asociados a enfermedad arterial periférica, como citocinas inflamatorias, marcadores de disfunción endotelial y de angiogénesis, lipoproteínas y lípidos oxidados o modificados, marcadores de estrés oxidativo y factores de coagulación.
Actualmente, ADMA es un marcador que se ha revelado útil, porque, además, recientes datos demuestran su elevación en otros lechos vasculares como ictus en fase aguda, "lo que nos puede llevar a la hipótesis de que, si incluso en fases precoces de la lesión ya está aumentado, se podría anticipar el diagnóstico de la enfermedad arterial periférica y ser de utilidad en la selección de pacientes para posterior evaluación vascular", según Fernández. Es además una prueba accesible en el ámbito asistencial, sin complejidad técnica y de precio no elevado.
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