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Institutos Nacionales de la Salud
El parto inducido a finales del embarazo plantea ventajas y desventajas
Un estudio halló que la estrategia podría reducir las muertes infantiles, pero aumentar el número de bebés que necesitan cuidados intensivos
Traducido del inglés: viernes, 11 de mayo, 2012
Sin embargo, los bebés nacidos tras la inducción del parto también eran más propensos a necesitar admisión en la unidad de cuidados intensivos neonatales de un hospital, apuntaron investigadores liderados por Sarah Stock, de Salud de Mujeres y Niños de la Universidad de Australia Occidental.
Una experta no conectada con el estudio afirmó que era "un artículo importante".
El trabajo "confirma un estudio retrospectivo anterior que demostró que la inducción del parto no se asocia con un aumento en las cesáreas", señaló la Dra. Joanne Stone, profesora de obstetricia, ginecología y ciencias de la reproducción de la Escuela de Medicina Mount Sinai en la ciudad de Nueva York.
"Además, aunque hay un pequeño aumento en la admisión a la UCIN [unidad de cuidados intensivos neonatales], la prevención de la muerte fetal/neonatal es un hallazgo extremadamente importante", apuntó.
El estudio involucró datos sobre más de 1.2 millones de mujeres de Escocia que dieron a luz a un solo bebé tras 37 semanas de gestación (40 semanas se considera a término completo).
Stock y colegas hallaron que la inducción del parto entre las semanas 37 y 41 de gestación se asociaba con un menor riesgo de muerte para los bebés, en comparación con la "gestión de la embarazada", que es la continuación del embarazo hasta que ocurra un parto natural o una cesárea.
Por ejemplo, a las 40 semanas de embarazo, ocurrieron muertes en 37 de casi 45,000 partos (0.08 por ciento) en el grupo de inducción, y en 627 de casi 351,000 casos (0.18 por ciento) en el grupo de gestión de la embarazada.
El parto inducido no aumentó la necesidad de cesáreas, pero los bebés nacidos tras la inducción del parto tenían tasas más altas de admisión a una unidad de atención especial para bebés que los nacidos tras una gestión de la embarazada, con 8 frente a 7.3 por ciento.
Según los autores, estos hallazgo significan que por cada 1,040 mujeres que se sometan a parto inducido a las 40 semanas, se podría prevenir la muerte de un recién nacido. Sin embargo, también habría siete admisiones adicionales a una unidad de cuidados intensivos neonatales.
Sin embargo, no todos se mostraron de acuerdo con las conclusiones del estudio.
"La conclusión de los autores de que la inducción electiva del parto a término tiene el potencial de reducir la mortalidad perinatal en países desarrollados sin aumentar el riesgo de parto quirúrgico probablemente no es verdad", apuntó el Dr. James Ducey, director de Medicina Materna y Fetal del Hospital Universitario de Staten Island, en la ciudad de Nueva York.
Considera que "el mejor predictor de si un parto inducido resultará o no en un parto quirúrgico es el estado de la cérvix (la apertura de la matriz) cuando se inicia la inducción. Algo que este estudio no observó. Es altamente probable que el parto fuera inducido electivamente solo en las mujeres cuyas cervices eran favorables".
El estudio aparece en la edición en línea del 10 de mayo de la revista BMJ.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
HealthDay
(c) Derechos de autor 2012, HealthDay
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