jueves, 3 de mayo de 2012

Establecer cortes es esencial en psiquiatría infantil y juvenil - DiarioMedico.com

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LA PREVALENCIA DE LOS TRASTORNOS VARÍA EN FUNCIÓN DE LOS LÍMITES

Establecer cortes es esencial en psiquiatría infantil y juvenil

La prevalencia e incidencia de ciertos trastornos psiquiátricos de la infancia y adolescencia pueden aumentar o disminuir según los cortes en los que se establezcan normalidad y patología. Un extremado estudio del paciente orienta a llevar o no a cabo intervenciones médicas.
Raquel Serrano | 04/05/2012 00:00

Celso Arango
Celso Arango, jefe de Psiquiatría del Niño y del Adolescente del Gregorio Marañón, de Madrid. (DM)
Los trastornos mentales en la infancia y la adolescencia están sujetos a límites muy difusos. De hecho, los especialistas consideran que, en muchos casos, son auténticos bancos de niebla, ya que actualmente se trabaja cada vez más con espectros. Los trastornos mentales se definen por los síntomas que los componen y éstos están distribuidos de forma dimensional y cuantitativa en la población. En este panorama, los psiquiatras debaten en qué momento hay que establecer el corte, un hecho de gran interés porque, de lo contrario, la prevalencia e incidencia de los trastornos mentales puede aumentar o disminuir, en función de dónde se sitúe el umbral de corte.
  • TDAH, autismo y trastornos psicóticos son patologías del neurodesarrollo, pero con características individuales muy concretas
Este fenómeno ocurre, por ejemplo, con los trastornos del espectro autista o los del espectro obsesivo y psicótico, en los cuales puede que no se cumplan criterios de diagnóstico porque los síntomas no interfieren en su normal funcionamiento.

Débil frontera
"Es imprescindible concretar dónde hay que poner los límites, qué es lo que se considera normal y patológico, teniendo en cuenta que se trata de niños con un desarrollo cerebral que va a modular y/o modificar, mediante la plasticidad cerebral, la forma que tiene de expresarse ese malfuncionamiento cerebral. Así, la patología es cambiante: o desaparece o aumenta o aparecen síntomas de diferentes características", según ha señalado a DM Celso Arango, jefe de Psiquiatría del Niño y del Adolescente del Hospital Gregorio Marañón, de Madrid, único servicio de estas características en la Comunidad de Madrid y primero en la historia de esta comunidad, que ha dirigido el XI Curso Internacional de Psiquiatría del Niño y del Adolescente, celebrado en Madrid. No obstante, este hecho tiene una lectura positiva, según el psiquiatra:

"El cerebro en la infancia es muy plástico. Existe una ventana, entre el nacimiento y los 6 ó 7 años, en la que cualquier tipo de intervención va a desencadenar una serie de cambios más positivos". Las patologías analizadas fueron los trastornos del espectro autista, los del espectro psicótico (fundamentalmente el trastorno bipolar) y los trastornos de la personalidad.

En cuanto a cómo debe ser la actitud médica en los casos en los que el establecimiento de límites patológicos sea complejo, Arango considera que debe ser la de transformar lo que es dimensional en algo que es categórico. "Diagnostico o no diagnostico, trato o no trato. Al final, el acto médico es categórico. Es un ejercicio en el que uno debe pasar un filtro y establecer un punto de corte en el que lo primordial es si el paciente solicita o no ayuda y, además, analizar si mediante la intervención se puede o no mejorar la calidad de vida y el pronóstico y el funcionamiento de esa persona".

Desde esta vertiente se deduce que la intervención en Europa es más restrictiva que en Estados Unidos, donde niños con TDAH grave están siendo tratados como bipolares, pero más válida porque se ha comprobado que los diagnósticos se mantienen en el tiempo.
  • El acto médico es finalmente categórico y en él hay que analizar si el paciente pide ayuda y si la intervención mejorará su calidad de vida
Salud emocional
En este congreso internacional, Valentín Fuster, director de Investigación del Centro Nacional de Investigaciones Cardiológicas (CNIC), en Madrid, ha presentado las intervenciones que se llevan a cabo en distintos países europeos, entre ellos España, y fundamentalmente en 32 colegios de Madrid y en 32 de Barcelona, en niños de entre 3 y 6 años de edad, sobre educación para una vida saludable, en la que no sólo se atienden aspectos sobre salud física sino también sobre salud emocional: el aula se contempla como un lugar activo de encuentro donde se desarrollen y expresen las emociones.

Por último, Sir Michael Rutter, catedrático de Psiquiatría Infantil en el Reino Unido, llevó a cabo un análisis crítico sobre tres de las patologías del neurodesarrollo más frecuentes: déficit de atención e hiperactividad, autismo y trastornos psicóticos. En ellas confluyen similitudes, pero con características individuales marcadas en lo que respecta a la respuesta terapéutica, el curso y los antecedentes genéticos.

'ATRAPA' LOS TLP EN LA ADOLESCENCIA


El programa Atrapa, abierto este año en el Gregorio Marañón, se centra en el abordaje de los trastornos límites de personalidad (TLP) en el adolescente, chicos y chicas menores de 17 años. El programa, uno de los pocos que existen en España para dichas edades y con estas patologías, atiende a adolescentes, habitualmente chicas, con personalidades inestables, múltiples intentos de suicidio y miedo al abandono, que se benefician de un tipo de intervención consistente en un trabajo intenso, con visitas semanales y psicoterapia grupal dialéctico- conductual, con resultados hasta el momento optimistas, aunque aún se están analizando datos en cuanto a variaciones en intentos de suicidios, visitas a urgencias e ingresos.

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