La ecografía con contraste detecta las endofugas

Un estudio realizado en el Hospital Clínico de Barcelona muestra la eficacia de la ecografia con contraste en la detección de endofugas.

Sonia Moreno | 17/05/2012 00:00

Los autores del trabajo Juan Ramón Ayuso, Xavier Montaña, Rosa Gilabert, Vicenç Rimbau, Marta Barrufet y Angeles García, del Hospital Clínico de Barcelona. (Rafa M. Marín)

La reparación endovascular de los aneurismas de aorta abdominal ha permitido reducir la morbimortalidad asociada a la cirugía abierta. En contrapartida, el paciente que recibe la endoprótesis vascular debe controlarse de forma periódica a lo largo de su vida para descartar posibles complicaciones. Entre ellas, destaca por su gravedad la fuga endoprotésica o endofuga, que consiste en la revascularización del saco aneurismático, el aumento de su tamaño con el consiguiente riesgo de ruptura.

El seguimiento de estos pacientes, aquejados de aterosclerosis sistémica y a menudo con una función renal rozando el límite de la insuficiencia, suele efectuarse mediante tomografía computarizada (TC) con contraste. Los controles son estrictos y discurren al mes, seis meses y el año desde la intervención, para después, si no se detectan alteraciones, realizarse cada año. En caso de endofuga sin aumento del tamaño del saco aneurismático, el paciente se somete cada seis meses a la TC. Esta técnica, el estándar de referencia en el seguimiento, ofrece una evaluación global de la endoprótesis y permite detectar eventuales endofugas. Sus inconvenientes son que expone de forma repetida al paciente a radiación y a un potencial daño renal por el uso del contraste yodado.

El estudio no implica que haya que sustituir a la TC como técnica de seguimiento de estos pacientes, sino que se amplían las opciones radiodiagnósticas

Opciones
De ahí la necesidad de explorar otras opciones diagnósticas. La resonancia magnética (RM) podría constituir una buena alternativa, pero de nuevo plantea el inconveniente del contraste, además del problema de los dispositivos, pues no todos los tipos de endoprótesis pueden ser estudiados por RM. La ecografía Doppler-color también sería una buena opción no invasiva, aunque su sensibilidad en la detección de las endofugas no resulta suficiente para emplearse en el seguimiento. No obstante, en algunos trabajos preliminares se había apuntado que con los contrastes ecográficos de segunda generación y un software específico la ecografía podía mejorar sustancialmente esa sensibilidad.
Así lo ha demostrado un estudio prospectivo que se publica en Radiology y ha llevado a cabo un equipo multidisciplinar integrado por especialistas de los servicios de Radiodiagnóstico (Ecografía, TC, Radiología vascular intervencionista) y Cirugía Vascular del Hospital Clínico de Barcelona.

Bajo la coordinación de la radióloga Rosa Gilabert, han seguido de forma prospectiva con TC (estándar de referencia) y ecografía con contraste de segunda generación a un grupo de 35 pacientes con aneurisma de aorta abdominal desde que recibieron la endoprótesis. En este tipo de pacientes es necesario un seguimiento exhaustivo, pero "nos preocupaba la exposición a la radiación y preservar al máximo su función renal, por lo que evaluamos la eficacia de la ecografía de contraste. Al compararla con la TC, comprobamos que ofrece una buena sensibilidad para detectar endofugas".

En total, realizaron 126 estudios mediante TC y ecografía con contraste. La sensibilidad exhibida por la ecografía para la detección de endofugas alcanzó el 97 por ciento, la especificidad el 100 por cien y la precisión el 99 por ciento. La ecografía no pasó por alto ninguna fuga de importancia clínica.
Gilabert matiza que estos resultados no implican que la ecografía deba sustituir a la TC en el seguimiento de los pacientes con endoprótesis de aorta abdominal, sino que constituye una prueba no invasiva útil y segura para emplear en los enfermos que presenten contraindicaciones, como por ejemplo, una función renal mermada. De hecho, la especialista recuerda que los resultados de este trabajo abundan en la línea trazada por las guías de actuación de la Sociedad Europea de Cirugía Vascular, donde se recomienda en pacientes con sacos aneurismáticos estables y sin fugas endoprotésicas realizar el seguimiento a partir del año con ecografía Doppler-color y placa simple de abdomen. Además, en los pacientes con función renal subóptima, la ecografía podría emplearse alternando con la TC cada año, como una fórmula de reducir radiación y daño renal.