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Muchos veteranos de EE. UU. sufren de dolor crónico y toman analgésicos narcóticos, según un estudio
Se necesitan mejores técnicas para gestionar el dolor, apuntan unos investigadores
Traducido del inglés: martes, 1 de julio, 2014LUNES, 30 de junio de 2014 (HealthDay News) -- Casi la mitad de los soldados de EE. UU. que vuelven a casa sufren de dolor crónico, y un número sustancial de ellos dependen de analgésicos narcóticos adictivos que les ayudan a confrontarlo, halla un estudio reciente.
Alrededor del 44 por ciento de los miembros de una brigada de infantería del Ejército reportaron dolor crónico incluso tres meses tras volver de su servicio en Afganistán o Irak, casi el doble de lo que se estima en la población civil. Las tasas de dolor crónico entre los civiles son de alrededor de un 26 por ciento.
Los soldados también son casi cuatro veces más propensos que los civiles a usar narcóticos recetados para tratar el dolor, según el informe que aparece en la edición en línea del 30 de junio de la revista JAMA Internal Medicine. Alrededor del 15 por ciento de los soldados de la brigada reportaron haber utilizado analgésicos narcóticos en el mes anterior, frente al 4 por ciento de los civiles.
"La guerra es realmente dura con el cuerpo", comentó la teniente comandante Robin Toblin, psicóloga investigadora clínica del Instituto de Investigación del Ejército Walter Reed en Silver Spring, Maryland. "Las personas vuelven a casa con muchas lesiones, y como es de imaginar experimentan mucho dolor. Parece que hay una gran necesidad sin satisfacer para la gestión, el tratamiento y la evaluación del dolor crónico".
Las lesiones de combate parecen ser la principal causa de dolor crónico entre los soldados que regresan. El estudio definió el dolor crónico como un dolor que duraba 90 o más días. Los que habían sufrido una lesión de combate son casi tres veces más propensos a reportar dolor crónico, y el doble de propensos a tomar analgésicos narcóticos, reportaron los investigadores.
Los soldados también tienen el doble de probabilidades de reportar dolor crónico si sufren de depresión o trastorno por estrés postraumático.
Toblin y sus colaboradores recolectaron sus datos en 2011, usando encuestas confidenciales respondidas por casi 2,600 soldados de la misma brigada de infantería.
Otro experto se alegró por el estudio.
"Esto nos da la primera instantánea completa de un batallón entero. Realmente resalta el alcance del problema que se presenta al Departamento de Defensa, en términos de una mejor gestión del dolor", señaló el Dr. Wayne Jonas, un ex teniente coronel, presidente y director ejecutivo del Instituto Samueli, una organización de investigación sobre la salud sin fines de lucro.
Entre los soldados que reportaron dolor crónico, el 48 por ciento afirmaron que su dolor había durado un año o más, y el 55 por ciento dijeron que sentían dolor a diario o de forma constante.
Es probable que el dolor crónico de los soldados no esté suficientemente tratado, dado que el dolor crónico no se trata lo suficiente en la población civil, apuntó Jonas, quien escribió un editorial que acompaña al estudio de Toblin.
"Entre los militares, el dolor se considera una señal de debilidad, de forma que muchas personas no lo reportan", apuntó. "No se está tratando lo suficiente, y con demasiada frecuencia se trata con fármacos que no se deben usar a largo plazo".
A Toblin y a Jonas les preocupó el alto uso de analgésicos narcóticos, sobre todo dado que el 44 por ciento de los soldados que reportaron el uso de analgésicos dijeron que habían sufrido de poco o ningún dolor durante el mes anterior.
"Esto podría implicar que los opiáceos están funcionando para mitigar el dolor, pero también es posible que los soldados estén recibiendo o usando estos fármacos sin necesidad", escribieron los investigadores en el informe.
Los médicos militares luchan por equilibrar la necesidad de gestión del dolor contra los riesgos de adicción, dijo Toblin.
"Se quiere poder tratar el dolor de las personas de forma adecuada, pero no que se vuelvan adictas", planteó.
Los analgésicos se han convertido en "la comida rápida para la gestión del dolor", señaló Jonas. "Cuando se necesita aliviar el dolor, se puede usar algo rápido, pero no es necesariamente bueno para uno usarlo todo el tiempo".
Jonas dijo que el departamento de defensa ha comenzado a estudiar otras técnicas para el manejo del dolor, como el yoga, el tai chi o la musicoterapia.
"Se puede entrenar a las personas en esas cosas, y pueden aprender a autogestionar el dolor en lugar de simplemente tragarse una píldora", comentó.
Dijo que el departamento de defensa también evalúa programas que entrenarían a sus médicos en acupuntura, incluso para que los médicos en el ampo practiquen acupuntura.
"En realidad se trata de la integración", explicó. "No es por evitar los fármacos. Es más sobre un uso adecuado de los fármacos, en conjunto con otras herramientas para gestionar el dolor".
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Lt. Cmdr. Robin Toblin, Ph.D., M.P.H., clinical research psychologist, Walter Reed Army Institute of Research, Silver Spring, Md.; Wayne Jonas, M.D., retired Army lieutenant colonel and president/CEO, Samueli Institute, Alexandria, Va.; June 30, 2014, JAMA Internal Medicine, online
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