ESTOS COMPUESTOS SE UTILIZAN COMO ANTIMICROBIAOS, ANTICANCERÍGENOS Y ANTIINFLAMATORIOS
Identifican una molécula bioactiva en un residuo de la extracción de aceite de oliva
JANO.es · 09 julio 2015 14:52
Investigadores del Instituto de la Grasa y la Universidad de Sevilla descubren un ácido en el alperujo tras la aplicación de un tratamiento térmico patentado que incrementa la concentración de compuestos beneficiosos en este subproducto.
Investigadores del grupo Fitoquímica y Calidad de los Alimentos del Instituto de la Grasa (CSIC-Sevilla), en colaboración con el grupo de Química Fina de Carbohidratos de la Universidad de Sevilla (US), han identificado una nueva molécula bioactiva en el alperujo, un residuo obtenido tras el proceso de extracción del aceite de oliva, que conserva el 98% de los fenoles presentes en el fruto.
Estos compuestos beneficiosos para la salud se utilizan en la industria farmacéutica, cosmética y alimentaría como antimicrobianos, hipoglucemiantes, antiinflamatorios, antipiréticos, anticancerígenos, antioxidantes y también para producir agroquímicos.
Estudios anteriores ya habían demostrado que los efectos beneficiosos del aceite de oliva no sólo se deben a la composición en ácidos grasos (mayoritariamente el ácido oleico), también a la presencia de componentes minoritarios, entre los que se encuentran los compuestos fenólicos, la vitamina E y los carotenoides.
Tras el proceso de extracción del aceite de oliva, solo una baja cantidad de compuestos fenólicos pasan al aceite, mientras que la mayor parte de ellos (aproximadamente el 98-99%) permanecen en el alperujo.
“A pesar de la importancia de estos compuestos por sus propiedades, los subproductos generados en la extracción del aceite de oliva se tratan como residuos contaminantes, cuando en realidad constituyen una fuente barata de estos compuestos bioactivos”, matiza Fátima Rubio, investigadora del Instituto de la Grasa de Sevilla.
El alperujo está compuesto por dos tipos de fases: el alpechín (líquido) y el orujo (sólido). Los expertos se centran en identificar y caracterizar los compuestos beneficiosos de este subproducto. La dificultad para la recuperación de estos elementos bioactivos radica en la necesidad de pre-tratarlo, debido a factores limitantes como la elevada humedad (70%), la separación de sus fases (sólida y líquida) y la solubilización de los compuestos de interés en el conjunto de la mezcla.
Una patente para separar el alperujo
Para solventar estos obstáculos, los investigadores aplican un método propio. Se trata de un sistema de pre-tratamiento térmico, que ha sido patentado conjuntamente entre el CSIC y la empresa cordobesa Oleícola el Tejar. Esta tecnología permite la separación del alperujo de forma sencilla y económica en tres fases (sólida, líquida y volátil).
En la fracción líquida que se obtiene tras el tratamiento térmico, no sólo se incrementa la concentración de compuestos como los fenoles o carbohidratos presentes en el alperujo, sino que se forman otros nuevos.
En concreto, los expertos introducen la mezcla en el reactor y la someten a un tratamiento hidrotérmico de 160 °C durante 60 minutos. Este proceso permite la formación de una fase líquida que contiene una alta concentración de compuestos fenólicos.
“Estudiamos los diferentes componentes que se solubilizan tras el tratamiento térmico del alperujo y comprobamos cómo afectan las condiciones del pretratamiento a su composición. Para ello, las fracciones líquidas obtenidas han sido extraídas con acetato de etilo en caliente. De esta forma, se han obtenido unas fracciones orgánicas enriquecidas en fenoles”, explica Rubio.
Tras sus ensayos, los investigadores aislaron y caracterizaron estructuralmente por primera vez una nueva molécula que aparece en la fracción acuosa del alperujo tratado térmicamente. Así lo describen en un estudio publicado en la revista Food Chemistry.
“Se trata del ácido β-d-glucopiranosil dihidroelenólico y, aunque el siguiente paso será comprobar sus propiedades, se presume que serán similares a otros compuestos fenólicos, es decir, antiinflamatorias, antimicrobianas, etc.”, adelanta Rubio.
De esta forma, los expertos han diseñado un método económico y eficaz de separación entre las fases del alperujo, enriqueciéndose cada una de ellas en compuestos bioactivos de interés. El sistema permite la obtención y estudio de cada uno de estos compuestos.
Alternativas a un residuo
Las propiedades fisicoquímicas del alperujo demandan alternativas de gestión en las almazaras, que han provocado la transformación de las estrategias tradicionales de valorización. Una de las técnicas actuales más consolidadas en el sector es la combustión.
“Hasta el momento, las cerca de seis millones de toneladas que se generan en cada campaña se queman como biocombustible o se utilizan como alimento animal, compost o fertilizante. No obstante, requieren un proceso previo que es largo y costoso”, reconoce la investigadora.
En este contexto, las tecnologías de tratamiento de residuos centradas en la recuperación de compuestos bioactivos a partir de los residuos del aceite de oliva, representan una interesante alternativa, según los expertos.
“La obtención de compuestos naturales a partir de subproductos de la industria agroalimentaria como el alperujo, supone una prometedora opción para el consumidor, el sector industrial y el medioambiente. Nuestros resultados justifican la recuperación de compuestos de interés”, apostilla.
Estos compuestos beneficiosos para la salud se utilizan en la industria farmacéutica, cosmética y alimentaría como antimicrobianos, hipoglucemiantes, antiinflamatorios, antipiréticos, anticancerígenos, antioxidantes y también para producir agroquímicos.
Estudios anteriores ya habían demostrado que los efectos beneficiosos del aceite de oliva no sólo se deben a la composición en ácidos grasos (mayoritariamente el ácido oleico), también a la presencia de componentes minoritarios, entre los que se encuentran los compuestos fenólicos, la vitamina E y los carotenoides.
Tras el proceso de extracción del aceite de oliva, solo una baja cantidad de compuestos fenólicos pasan al aceite, mientras que la mayor parte de ellos (aproximadamente el 98-99%) permanecen en el alperujo.
“A pesar de la importancia de estos compuestos por sus propiedades, los subproductos generados en la extracción del aceite de oliva se tratan como residuos contaminantes, cuando en realidad constituyen una fuente barata de estos compuestos bioactivos”, matiza Fátima Rubio, investigadora del Instituto de la Grasa de Sevilla.
El alperujo está compuesto por dos tipos de fases: el alpechín (líquido) y el orujo (sólido). Los expertos se centran en identificar y caracterizar los compuestos beneficiosos de este subproducto. La dificultad para la recuperación de estos elementos bioactivos radica en la necesidad de pre-tratarlo, debido a factores limitantes como la elevada humedad (70%), la separación de sus fases (sólida y líquida) y la solubilización de los compuestos de interés en el conjunto de la mezcla.
Una patente para separar el alperujo
Para solventar estos obstáculos, los investigadores aplican un método propio. Se trata de un sistema de pre-tratamiento térmico, que ha sido patentado conjuntamente entre el CSIC y la empresa cordobesa Oleícola el Tejar. Esta tecnología permite la separación del alperujo de forma sencilla y económica en tres fases (sólida, líquida y volátil).
En la fracción líquida que se obtiene tras el tratamiento térmico, no sólo se incrementa la concentración de compuestos como los fenoles o carbohidratos presentes en el alperujo, sino que se forman otros nuevos.
En concreto, los expertos introducen la mezcla en el reactor y la someten a un tratamiento hidrotérmico de 160 °C durante 60 minutos. Este proceso permite la formación de una fase líquida que contiene una alta concentración de compuestos fenólicos.
“Estudiamos los diferentes componentes que se solubilizan tras el tratamiento térmico del alperujo y comprobamos cómo afectan las condiciones del pretratamiento a su composición. Para ello, las fracciones líquidas obtenidas han sido extraídas con acetato de etilo en caliente. De esta forma, se han obtenido unas fracciones orgánicas enriquecidas en fenoles”, explica Rubio.
Tras sus ensayos, los investigadores aislaron y caracterizaron estructuralmente por primera vez una nueva molécula que aparece en la fracción acuosa del alperujo tratado térmicamente. Así lo describen en un estudio publicado en la revista Food Chemistry.
“Se trata del ácido β-d-glucopiranosil dihidroelenólico y, aunque el siguiente paso será comprobar sus propiedades, se presume que serán similares a otros compuestos fenólicos, es decir, antiinflamatorias, antimicrobianas, etc.”, adelanta Rubio.
De esta forma, los expertos han diseñado un método económico y eficaz de separación entre las fases del alperujo, enriqueciéndose cada una de ellas en compuestos bioactivos de interés. El sistema permite la obtención y estudio de cada uno de estos compuestos.
Alternativas a un residuo
Las propiedades fisicoquímicas del alperujo demandan alternativas de gestión en las almazaras, que han provocado la transformación de las estrategias tradicionales de valorización. Una de las técnicas actuales más consolidadas en el sector es la combustión.
“Hasta el momento, las cerca de seis millones de toneladas que se generan en cada campaña se queman como biocombustible o se utilizan como alimento animal, compost o fertilizante. No obstante, requieren un proceso previo que es largo y costoso”, reconoce la investigadora.
En este contexto, las tecnologías de tratamiento de residuos centradas en la recuperación de compuestos bioactivos a partir de los residuos del aceite de oliva, representan una interesante alternativa, según los expertos.
“La obtención de compuestos naturales a partir de subproductos de la industria agroalimentaria como el alperujo, supone una prometedora opción para el consumidor, el sector industrial y el medioambiente. Nuestros resultados justifican la recuperación de compuestos de interés”, apostilla.
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