viernes, 3 de julio de 2015

Unos expertos aconsejan que el entrenamiento en RCP y el uso de desfibriladores sea obligatorio para graduarse de la secundaria: MedlinePlus en español

Unos expertos aconsejan que el entrenamiento en RCP y el uso de desfibriladores sea obligatorio para graduarse de la secundaria: MedlinePlus en español

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Unos expertos aconsejan que el entrenamiento en RCP y el uso de desfibriladores sea obligatorio para graduarse de la secundaria

Que todo el mundo aprenda estas intervenciones que salvan vidas podría mejorar la supervivencia al paro cardiaco, señala un panel
     
Mary Elizabeth Dallas
Traducido del inglés: miércoles, 1 de julio, 2015
Imagen de noticias HealthDay
MARTES, 30 de junio de 2015 (HealthDay News) -- Muy pocos estadounidenses sobreviven a un paro cardiaco, y un nuevo informe publicado el martes por un panel constituido por el gobierno federal describe formas de mejorar las tasas de supervivencia.
Una recomendación es hacer que el conocimiento práctico sobre la reanimación cardiopulmonar (RCP) y el uso de un desfibrilador electrónico automático (DEA) sea un requisito de la graduación para todos los estudiantes de escuela intermedia y secundaria.
Un experto en atención de emergencias alabó la propuesta.
"Al enseñar al público general el uso adecuado de esos dispositivos en un ámbito público, quizá podamos aumentar de forma efectiva las tasas de supervivencia a los paros cardiacos que ocurren fuera del hospital", comentó el Dr. Robert Glatter, médico de emergencias del Hospital Lenox Hill, en la ciudad de Nueva York.
Según el nuevo informe del Instituto de Medicina (IOM), menos del 6 por ciento de los 395,000 estadounidenses que sufren un paro cardiaco fuera de un hospital cada año sobreviven.
E incluso en el ámbito hospitalario, las tasas de supervivencia al paro cardiaco son bajas, según el panel independiente. Cada año ocurren unos 200,000 eventos en los hospitales, pero solo el 24 por ciento de esos pacientes sobreviven.
"Aunque los avances en la comprensión y el tratamiento del paro cardiaco son promisorios, la capacidad de administrar intervenciones puntuales y atención de alta calidad es inconsistente", dijo Robert Graham, presidente del comité del estudio, en un comunicado de prensa de la Academia Nacional de Ciencias (National Academy of Sciences, NAS), que supervisa al IOM.
"El tratamiento del paro cardiaco es un problema comunitario, que requiere que una amplia variedad de personas estén preparadas para actuar", comentó Graham, que dirige la oficina nacional del programa Aligning Forces for Quality (algo así como "uniendo fuerzas para la calidad") de la Universidad de Washington en Washington, D.C. Los que pueden ayudar incluyen al "público, los familiares, los primeros respondientes, el personal médico de emergencias y los proveedores de atención sanitaria", dijo.
El paro cardiaco no es lo mismo que un ataque cardiaco, según el NAS. Un ataque cardiaco ocurre cuando el flujo de sangre al corazón se bloquea debido a arterias estrechas u obstruidas. Los ataques cardiacos dañan al músculo cardiaco, y pueden provocar síntomas como dolor, mareo y problemas para respirar.
En contraste, el paro cardiaco ocurre cuando una interrupción en la actividad eléctrica del corazón hace que el órgano deje de latir. Un ataque cardiaco puede conducir a un paro cardiaco, al igual que ciertas mutaciones genéticas o unos desequilibrios graves en los electrolitos.
Las personas que sufren un paro cardiaco pierden la conciencia casi de inmediato, según el NAS. Su circulación y el ritmo eléctrico de su corazón se deben restaurar lo antes posible.
¿Por qué es la supervivencia al paro cardiaco tan baja en Estados Unidos?
Según el informe del IOM, la supervivencia depende de varios factores, que incluyen dónde ocurre el paro cardiaco, si hay testigos cerca que estén preparados para intervenir, y qué recursos hay disponibles para administrar un tratamiento puntual y efectivo.
Todas esas variables se pueden mejorar, según el panel del IOM, que ofreció medidas clave que podrían ayudar a salvar vidas:
  • Monitorizar el rendimiento y el progreso a través de un registro nacional de paros cardiacos, que ayudaría a las autoridades sanitarias a detectar los problemas.
  • Educar mejor al público sobre cómo detectar el paro cardiaco, ponerse en contacto con las respuestas a emergencias, realizar la RCP y utilizar un DEA. El comité respalda el entrenamiento en RCP y DEA como requisito de graduación para todos los estudiantes de intermedia y secundaria.
  • Mejorar el rendimiento de los sistemas de servicios médicos de emergencia, enfocándose en la RCP asistida por el despachador y la RCP de alto rendimiento.
  • Desarrollar estrategias para mejorar la atención dentro de los hospitales, lo que incluye crear unos estándares nacionales de acreditación para el paro cardiaco. Adoptar "programas de mejora continua de la calidad" para el paro cardiaco, para fomentar el entrenamiento dentro de los hospitales.
  • Promover el desarrollo de nuevas tecnologías con el potencial de salvar vidas, y ampliar la investigación sobre la reanimación tras un paro cardiaco.
  • Crear una "colaboración nacional para el paro cardiaco", para identificar metas comunes.
Esas metas se basan sobre todo en el hecho de que, tras un paro cardiaco, cada minuto sin tratamiento reduce las probabilidades de que los pacientes sobrevivan sin discapacidad.
El IOM anota que reducir el tiempo que pasa entre el paro cardiaco y el inicio de las compresiones de pecho es esencial. Por cada minuto que pasa entre el momento en que una persona sufre un paro cardiaco y el momento en que se restaura la circulación, las probabilidades de supervivencia se reducen en un 10 por ciento.
Más de 8 de cada 10 paros cardiacos ocurren en casa. De éstos, en el 45 por ciento hay un testigo. La investigación muestra que, en esos eventos que ocurren fuera del hospital en 10 lugares distintos de Norteamérica, las tasas de supervivencia varían de más de un 7 a casi un 40 por ciento. Las tasas de supervivencia ajustadas según el riesgo de los paros cardiacos que ocurren en el hospital también varían en alrededor de un 10 por ciento entre los hospitales con el peor y con el mejor rendimiento.
Actualmente, el entrenamiento en RCP de los estadounidenses es bajo. Menos del 3 por ciento de la población de EE. UU. recibe ese entrenamiento cada año, dejándolos sin preparación para ayudar ante una emergencia, anotó el IOM.
Glatter cree que las tecnologías emergentes podrían ser la clave para salvar más vidas.
Por ejemplo, "el uso de los mensajes de texto que pueden alertar a los sistemas de servicios médicos de emergencia además de a todos los testigos próximos sobre un paro podría ofrecer otro método de activar un abordaje basado en equipo para el paro cardiaco en el campo", planteó. Algún día, incluso quizá se puedan usar drones robóticos para despachar rápidamente un DEA al sitio donde ha habido un paro cardiaco, dijo Glatter.
El Dr. Evan Herzog es director de la unidad de atención cardiaca del Hospital Mount Sinai St. Luke's, en la ciudad de Nueva York. "Estoy totalmente de acuerdo con las nuevas recomendaciones del IOM para ayudar a aumentar la supervivencia de las víctimas de paro cardiaco", aseguró. "El momento de tomar más medidas para salvar más vidas es ahora".

Artículo por HealthDay, traducido por Hola Doctor
FUENTE: Robert Glatter, M.D., emergency physician, Lenox Hill Hospital, New York City; Eyal Herzog, M.D., director, cardiac care unit, Mount Sinai St. Luke's Hospital, New York City; National Academy of Sciences, news release, June 30, 2015
HealthDay
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