El seguimiento a largo plazo de la hipoacúsia, asignatura pendiente

Un estudio, realizado con metodología Delphi, analiza los escenarios de evolución de los ciudadanos sordos en España, desde el punto de vista sanitario, social y cultural.

Karla Islas Pieck | 06/04/2016 17:59

Fluvià Artells Campañá y Joan Josep Artells Herrero, autores del estudio. (Jaume Cosialls)

Los protocolos actuales para la detección precoz de la hipoacusia son adecuados, sin embargo, la información posterior que se ofrece a las familias y el seguimiento a largo plazo de los pacientes con pérdida auditiva resultan aún una asignatura pendiente. Esta es una de las principales conclusiones a las que ha llegado el estudio Política Social y derechos de los ciudadanos sordos en España. Escenarios de evolución 2015-2020, que se ha presentado esta tarde en el hospital maternoinfantil San Juan de Dios, de Barcelona.

El trabajo, dirigido por Fluvià Artells Campañá, investigador de Sanidad, Comunicación y Gestión del Conocimiento y afectado por sordera desde la primera infancia, se ha realizado con la metodología Delphi y recoge la opinión de 200 participantes con diversa implicación en el ámbito de la discapacidad auditiva sobre las perspectivas de regeneración de la política social y su contribución para cumplir con lo que señala la Convención de las Naciones Unidas sobre los derechos de las personas con discapacidad.

La consulta incluyó una investigación documental exploratoria, 20 entrevistas en profundidad de generación de hipótesis de trabajo y la realización de una sesión de grupo nominal con 15 informadores clave para priorizar 7 áreas temáticas y 49 escenarios para la realización de una consulta prospectiva Delphi a 171 panelistas voluntarios.

Artells ha explicado a Diario Médico que el objetivo del estudio es identificar "tendencias, encrucijadas, críticas, obstáculos, así como oportunidades de rescate y consolidación del bienestar, dignidad, desarrollo personal autónomo y participación social inclusiva del colectivo de personas con discapacidad auditiva".

Desde su punto de vista, la crisis económica de los últimos años ha tenido un impacto negativo sobre las prestaciones de las personas con discapacidad auditiva, lo que supone un reto adicional desde el punto de vista sanitario, "pero principalmente social y cultural".

Entre los mensajes del estudio destaca el "escaso convencimiento en la recuperación de la economía, en particular en relación a la desocupación, desigualdad social y descenso drástico de la pobreza infantil; el escepticismo sobre la regeneración espontánea de la calidad democrática y el clientelismo político, y la voluntad compartida de revisión crítica de la efectividad de los mecanismos de participación y de la intermediación de los órganos de representación del asociacionismo".

Además, hay unanimidad entre los participantes sobre "la necesidad de superación del actual distanciamiento entre el asociacionismo de los colectivos usuarios de las modalidades lingüística de signos y oral, así como de evolución hacia formas de cooperación conjunta".

El investigador ha comentado que se ha evidenciado una falta de estudios sobre la coste-eficacia de las diferentes prestaciones vinculadas a los problemas auditivos, así como una inequidad territorial en el acceso a herramientas educativas. Además, considera que es necesario evaluar el impacto de las medidas sociales en este campo.

Finalmente, ha destacado que es necesario fortalecer las estrategias preventivas en salud auditiva, cuidando la contaminación acústica y poniendo especial énfasis en personas que están expuestas a un mayor riesgo, como los obreros de las fábricas, los técnicos de sonido, los músicos o los empleados de bares y discotecas, entre otros. "Espero que este estudio sea la primera piedra para construir un futuro mejor para las personas con discapacidad acústica", en palabras de Artells.